La de Àlex Seguí es, probablemente, una de las voces más especiales del panorama musical actual. Y sin embargo es también de esas capaces de pasar desapercibidas camuflándose tras la normalidad aséptica del cable telefónico.
Aunque su nombre propio pueda dejar indiferente al público, el grupo en el que sus cuerdas vocales se ponen en movimiento es toda una referencia en el mundo del rock estatal, y especialmente del valenciano. La Gossa Sorda nace hace 19 años –surge en 1997, aunque su primer concierto será en 1999– en el pueblo alicantino de Pego, producto de las inquietudes y la necesidad de expresarse de un grupo de adolescentes. "De decir lo que sentíamos, lo que pensábamos", admite Seguí, quien recuerda aquellos años, finales de los noventa, como "una etapa en la que todo estaba muy a flor de piel", y en la que entran en contacto sus "primeras experiencias como estudiantes, los primeros conocimientos de aquello que consideramos que era moralmente más ético, y el componente contestatario que ahora se ha perdido un poco de vista o comienza a diluirse, y que en los años noventa, recién salidos de la eclosión de los ochenta, todavía tenía mucho sentido".
Este sábado, casi 20 años después, La Gossa Sorda se despide en el mismo lugar donde comenzó todo, en un concierto en Pego. Lo hace en un momento en el que puede presumir de haber pasado por los festivales más emblemáticos del rock nacional –Festivern, Marearock, Aupa Lumbreiras o Viña Rock, entre otros–, y de haber llenado las salas de conciertos de allá por donde llevaban sus himnos a ritmo de dolçaina.
Lleno total fue el que consiguieron hace un año, el 14 de junio del 2015, cuando–junto con el grupo Calle 13– rompieron el veto que pesaba sobre la plaza de toros de Valencia, blindada a La Gossa por el Gobierno del PP durante años. "La verdad es que no sé cómo o por qué ellos accedieron a ceder la plaza de toros, no sé si por debilidad, si porque pensaron que de alguna manera aquello les iba a servir para algo… No sé, la verdad", admite Seguí al recordar aquella fecha que califica como un hito: "No pensábamos en la vida que nos dejarían la plaza de toros, pero lo conseguimos".
La Gossa Sorda bebe de toda una tradición de música popular, que se ha ido alimentando con los años gracias a la actividad infatigable de la contracultura. "En el País Valencià siempre ha habido una necesidad de hacer música que después de la Transición se esfumó, y el hecho de cantar en valenciano ya no tenía sentido", reflexiona el vocalista. Su generación, sin embargo, fue la encargada de recoger el testigo que Raimon, Ovidi o Carles Dénia –este último, colaborador con La Gossa en la canción La Polseguera, que da nombre al último disco de la banda– habían dejado en el aire.
Son cerca de 20 años sobre los escenarios, pero se torna complicado percibir temblor alguno en la voz de Àlex Seguí a la hora de hacer balance, si bien el peso del tiempo se materializa, en cierto modo, cuando habla del final. "De alguna manera no queríamos", reconoce, pero la fuerza de las responsabilidades individuales de cada miembro –compuesto por una decena de músicos–, se hacía cada vez más evidente. "Comenzamos a tener proyectos que ya no estaban inscritos dentro del grupo y que nos pedían más tiempo", explica, "y formar parte de algo como La Gossa Sorda es complicado, intentar combinar ambas cosas es complicado". Llegados a este punto, la ominosa necesidad de tomar decisiones se impuso sobre lo demás: "Pensamos que antes de que de alguna manera el proyecto perdiera fuerza, era preferible cerrarlo, teniendo en cuenta que el grupo estaba en un buen momento, y que hacerlo ahora sería una forma consistente de finalizarlo".
Seguí subraya el buen momento del grupo, y es que esa ha sido precisamente una de las sorpresas generales tras el anuncio de la separación. Son cinco discos y una maqueta a sus espaldas, aforos completos en sus conciertos y el nombre imprescindible de los festivales. Aún así, la noticia no resultó del todo inesperada. El grupo ya hizo un parón hace tres años, después de su penúltimo disco, L'últim heretge. Tras un 2013 que dejó a La Gossa Sorda más muda que nunca, la banda vuelve a juntarse para editar en 2014 La Polseguera.
Ahora, en pleno apocalipsis, un especial CD-DVD reúne algunos de sus temas más simbólicos en un directo acompañado por las voces que han surgido en los últimos años dentro del panorama valenciano –colaboran con ellos miembros de grupos como Aspencat, Zoo, Auxili o la voz sublime de Xavi Sarrià, vocalista del ya extinto Obrint Pas–, y que de alguna forma han estado influenciadas por la experiencia y los acordes de La Gossa.
El resurgir de la música valenciana
Es precisamente este hecho, la paulatina visibilización de artistas cantando en valenciano, la evidencia del "incremento de la oferta, de propuestas", algo que para Àlex Seguí "es motivo de alegría, porque es un paso para llegar a la normalización del uso de la lengua", y que sin embargo "no deja de verse todavía como algo exótico, y no debería, tendría que ser algo completamente normal". En este sentido, el artista manifiesta su desacuerdo con el uso de la etiqueta "cantar en valenciano". "Cantar en una lengua o en otra no debería ser motivo de debate", sostiene.
El diagnóstico de Seguí no esconde cierto escepticismo: "Sí que hay más oferta, pero las razones de esa oferta no creo que se reduzcan a la decisión de cantar en valenciano, hay más factores". Para el valenciano, "antes era muy difícil grabar un disco y ahora los jóvenes son usuarios de la tecnología, y tienen facilidad para poder editar temas que se pueden publicar en las redes sociales, y eso ha facilitado mucho la difusión y compartir música".
Opta, además, por evitar el uso de la palabra hegemonía: "El panorama continúa siendo muy precario". No obstante, añade, "es cierto que hemos salido del extrarradio, de ser una expresión ínfima, gente de pueblo que no tenía demasiado impacto, y es verdad que hemos ido vertebrándonos un poco al margen de las instituciones públicas valencianas". Porque, continúa, "desde los noventa hasta ahora, las instituciones, por la razón que sea, no le han dado importancia a este tipo de manifestaciones, que se han ido vertebrando de una forma muy social, muy de calle".
Pese a no haber alcanzado aún la ansiada hegemonía, es incuestionable que en los últimos años los grupos valencianos no sólo han crecido, sino que su éxito se ha prolongado fuera de las fronteras autonómicas. El pasado 22 de abril Madrid coreaba las canciones de La Gossa en (casi) perfecto valenciano. "Creo que es interesante eso", admite Seguí, "encuentro que hemos visto una etapa muy oscura, y el hecho de que mucha gente cante en valenciano y que eso sea símbolo de compromiso, es un espejo de lo que ha pasado en las instituciones". Dicho crecimiento, opina el cantante, surge como resultado de cierta oposición ante "unas instituciones que se ha demostrado que eran corruptas, que no estaban tampoco por la cultura, que no estaban por las iniciativas artísticas, y de alguna manera la gente joven ha ido creando un caldo de cultivo y ha habido una eclosión".
Una eclosión que, no obstante, también deja carencias. La más evidente es probablemente la ausencia de mujeres en toda esa nueva corriente de músicos jóvenes. "Yo no creo que sea el más indicado para hablar", aclara Seguí, "pero es completamente cierto, no hay bandas de mujeres y tampoco hay bandas mixtas". El vocalista reconoce que "el machismo es un problema que tenemos todos y es evidente, no solamente en música: las mujeres no reciben la consideración ni el respeto que deberían" en ningún ámbito.
Medios, política y contracultura
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"Creo que nunca hemos sentido a los medios muy a favor, no sólo La Gossa, sino que los medios en el País Valencià nunca han dado mucha cabida a la música en valenciano". El eterno conflicto entre medios de comunicación y cultura no ha pasado inadvertido tampoco para La Gossa Sorda. "Los medios al final acaban convirtiéndose en una extensión de los partidos políticos, y por mi experiencia he visto muy pocos partidos políticos que inviertan en cultura".
Para Seguí "la cultura es un mundo precario, pero las ideas más interesantes siempre nacen del extrarradio, nunca nacen de lo alto de la pirámide, aunque luego sean absorbidas". Pese a estar abocados, por definición, a engrosar ese submundo que es la cultura, Seguí reconoce que en el último año la actividad de La Gossa ha encontrado cierta cabida en los medios, curiosamente coincidiendo con la entrada en política de otro de los cantantes del grupo, Josep Nadal, como diputado por Compromís. "Que Nadal sea diputado le ha dado mucha visibilidad al grupo, y muchas veces también se utiliza el proyecto político que pueda tener él para atacar a La Gossa Sorda, algo que no tiene demasiado sentido", remacha.
Con o sin la atención de los medios, esta noche Pego se convertirá una vez más en el escenario de, aunque con forma de final, la gestación de algo nuevo. "Para nosotros es el final, y no sé hasta qué punto es positivo que lo diga yo, pero igual es el fin de un ciclo y el inicio de una nueva etapa".
La de Àlex Seguí es, probablemente, una de las voces más especiales del panorama musical actual. Y sin embargo es también de esas capaces de pasar desapercibidas camuflándose tras la normalidad aséptica del cable telefónico.