En la misma sala de la Fundación ICO de Madrid donde se despliega la exposición The architect is present, no solo es la arquitecta, Anupama Kundoo, quien -como bien indica el título- está presente. También una veintena de los alumnos de su taller, Building knowledge, que trabajan en grupos ante la mirada de los visitantes. El título, nuevamente, vuelve a revelarse meridiano: están construyendo conocimiento, algo que solo es posible en conexión con los otros. De ahí que el espectador, si quiere, pueda intervenir y opinar. Colaborar. La tarea de hoy es crear maquetas con un material nada convencional, aunque más que abundante: libros. “Uno debería ser capaz de usar lo que tiene alrededor, y hoy nos encontramos con que los libros ya casi no se usan, porque son todos electrónicos”, dice Kundoo (Pune, India, 1967). “Es simplemente un símbolo, es un modo de que (los alumnos) sean más creativos, para que aprendan a mirar lo que les rodea de un modo diferente. Tienes que pararte un momento, mirar a tu alrededor, y ver qué puedes hacer con lo que tienes”.
La arquitecta india Anupama Kundoo. | Caitling Moore.
Bajo las premisas de la funcionalidad y la sostenibilidad, muchos arquitectos alrededor del mundo trabajan con materiales low cost como la arcilla, la madera... con los que, sin embargo, son capaces de erigir edificios y construcciones tan capaces de ser útiles y bellos como cualquier obra millonaria. En torno al trabajo de cinco estudios internacionales – el burkinés Diébédo Francis Kéré, el noruego TYIN Tegnestue Architects, el paraguayo Solano Benítez, la austriaca Anna Heringe y Kundoo- la muestra del ICO (abierta hasta el 18 de mayo y comisariada por Luis Fernández Galiano), explora los límites y las posibilidades de esta nueva forma de hacer arquitectura que es, en realidad, la más antigua de todas. “No es una moda: el mundo era así antes”, explica Kundoo, que impartirá su taller -una iniciativa paralela a la muestra- hasta el 18 de abril (Solano Benítez impartirá el suyo del 22 de abril a 2 de mayo y Anna Heringer del 6 a 16 de mayo). “Los pájaros hace sus nidos, las termitas y las hormigas construyen túneles… los animales, como los seres humanos, no pueden vivir sin cobijo. Dependiendo del clima y de los materiales disponibles, la gente se adapta y busca con qué construir ese cobijo. Si estás en un lugar cálido en el que hay árboles, tendrás que desarrollar una tecnología para construir con árboles. Pero si vives en el desierto, tendrás que buscar otros métodos”.
El conocimiento adquirido a través de las generaciones y la experiencia producida, dice la arquitecta -que acaba de mudarse a España, donde impartirá clases a partir de septiembre en la Universidad Camilo José Cela-, marca la pauta a la hora de decidir qué merece la pena utilizar y qué tendrá que ser desechado. “Esta ha sido la manera de trabajar, a través de lo generado colectivamente, pero en los últimos cien años, con la industrialización, nos hemos olvidado de esto, y hemos creído que si algo no se produce en serie, no se puede utilizar”, dice, para ejemplificar: “En mi país, los trajes se producían para cada persona, dependiendo de su talle. Cuando era pequeña, jamás pensé que yo era demasiado gorda o demasiado flaca porque una ropa no me valía. Tú tienes una tela y no sabes si eres la S, la M o la L. Por eso, el hecho de que las fábricas de ropa creen esas tallas no significa que haya un problema con mi cuerpo. Lo que pasa es que las máquinas son limitadas, pero eso no es problema mío, sino de la máquina, que no puede producir más variedad”.
Construir con materiales más ecológicos, en cualquier caso, no implica que todo lo industrial sea necesariamente pernicioso. “Pero el hecho de que puedas comprar pan fabricado en masa, no significa que yo tenga que dejar de hacer mi pan”, dice Kundoo, que subraya que esta querencia por lo producido en serie se da sobre todo en los países más desarrollados. “La gente que está creando cosas nuevas a nivel industrial también está innovando, pero en ese sentido, los arquitectos no están haciendo cosas nuevas, no están reflexionado. Nosotros tenemos que pensar en muchas cosas a la vez: en el medio ambiente, en el clima, en las necesidades sociales, en el presupuesto… Por eso creo que estamos en una situación ideal para imaginar, al tiempo que buscamos ayuda de otros profesionales. Pero lo que yo creo es que por el hecho de que se haya inventado el cemento, no quiere decir que yo tenga que usar forzosamente el cemento. Además, es más divertido construir sin las piezas de Lego”.
Edificio diseñado por Kundoo | Finotti
En la ciudad india de Auroville, donde hasta ahora tenía asentado su estudio, Kundoo ha levantado edificios cuyos techos están construidos con vasijas reutilizadas, otros cuyas bóvedas sustituyen las vigas de acero por bambú o casas hechas de tierra cocida. En todos ha aprovechado lo que tenía más a mano, pero sin dejar de lado la plasticidad, la estética y la comodidad. Se trata, dice la arquitecto, de "revelar la belleza natural de los materiales". "Para otros proyectos, he investigado sobre las estructuras a partir de los principios del origami", explica. "Con este ejercicio quería encontrar qué tipo de geometría te permite utilizar capas muy finas, en vez de construir con un montón de cemento". ¿Y cuánto pueden durar unos edificios construidos con este tipo de materiales? "El primer material manufacturado fue el ladrillo, y los edificios más antiguos que conservamos están hechos de ladrillo, todavía no les hemos visto caer. El cemento, sin embargo, en unos años empieza a perder fuerza, y eso es algo que sabemos, pero como estos nuevos materiales tienen una historia corta, no podemos decir cuánto durarán. Pero no es una competición: por muchas razones, los edificios caen en desuso o se van modernizando con el tiempo. Para mí, lo principal es que vivimos en tiempos de una gran crisis, pero principalmente medioambiental, no tanto económica, que es más a corto plazo. No tenemos tantos recursos, así que no deberíamos malgastarlos. Si puedes construir más con menos, sería muy tonto no hacerlo".
En la misma sala de la Fundación ICO de Madrid donde se despliega la exposición The architect is present, no solo es la arquitecta, Anupama Kundoo, quien -como bien indica el título- está presente. También una veintena de los alumnos de su taller, Building knowledge, que trabajan en grupos ante la mirada de los visitantes. El título, nuevamente, vuelve a revelarse meridiano: están construyendo conocimiento, algo que solo es posible en conexión con los otros. De ahí que el espectador, si quiere, pueda intervenir y opinar. Colaborar. La tarea de hoy es crear maquetas con un material nada convencional, aunque más que abundante: libros. “Uno debería ser capaz de usar lo que tiene alrededor, y hoy nos encontramos con que los libros ya casi no se usan, porque son todos electrónicos”, dice Kundoo (Pune, India, 1967). “Es simplemente un símbolo, es un modo de que (los alumnos) sean más creativos, para que aprendan a mirar lo que les rodea de un modo diferente. Tienes que pararte un momento, mirar a tu alrededor, y ver qué puedes hacer con lo que tienes”.