Barcelona guarda sin duda algunos de los mejores ejemplos de la arquitectura modernista del mundo, muy especialmente los gaudianos edificios de La Pedrera y la Casa Batlló y, por supuesto, la inigualable Sagrada Familia. Menos conocidas son las edificaciones levantadas a principios del siglo XX en la otra orilla del mar Mediterráneo, en Melilla.
Muchas de estas construcciones, también con elementos art déco, fueron obra del arquitecto catalán Enrique Nieto, que antes de asentarse en la ciudad autónoma trabajó en La Pedrera junto a Antoni Gaudí. En Melilla fue el arquitecto municipal, por lo que buena parte del urbanismo de la ciudad –más de 1.500 proyectos- corrió de su cuenta.
Especialmente interesantes son los ejemplos de la Casa Tortosa, el Edificio La Reconquista, la Casa de los Cristales, el Palacio de la Asamblea o el Edificio El Acueducto, todos diseñados por Nieto.
En paralelo a las edificaciones civiles, Nieto introdujo también el modernismo en la arquitectura religiosa: en la sinagoga judía de Yamín Benarroch, en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús o en la Mezquita Central.
En Melilla, que es la segunda ciudad española después de la capital catalana en número de edificios modernistas, trabajaron también muchos otros arquitectos que imprimieron el sello de aquel estilo en la línea del horizonte melillense: Francisco Hernanz, Enrique Álvarez, Tomás Moreno Lázaro, Manuel Becerra Fernández, Droctoveo Castañón…
Qué: Ruta modernista por Melilla
Ver másEl pulpo en el garaje
Cuándo: Todo el año.
Cuánto: Nada.
Dónde: Melilla.
Barcelona guarda sin duda algunos de los mejores ejemplos de la arquitectura modernista del mundo, muy especialmente los gaudianos edificios de La Pedrera y la Casa Batlló y, por supuesto, la inigualable Sagrada Familia. Menos conocidas son las edificaciones levantadas a principios del siglo XX en la otra orilla del mar Mediterráneo, en Melilla.