Carlos do Carmo, el hombre que hizo poeta a Saramago

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A sus 76 años, Carlos do Carmo conserva una vitalidad y un sentido del humor envidiable. Sigue haciendo gala, además, y para regocijo de sus fans, de la coqueta galantería que siempre le ha caracterizado. El crooner portugués lleva medio siglo encima de un escenario reinventando y reivindicando el fado, la música popular portuguesa que quedó fuertemente marcada tras la caída de la dictadura de Salazar que había sentado las bases del Estado Novo sobre las tres efes: fado, fútbol y Fátima. Do Carmo acaba de presentar en Madrid el documental Un homem no mundo, dirigido porIvan Dias, que ha querido hacer un homenaje a un amigo -“desde el amor”, ha reconocido sin tapujos- y al primer cantante portugués que recibió un premio Grammy. La cinta se podrá ver esta tarde, a las 20 horas, en la sala Berlanga de la SGAE, y en el Festival Internacional de Cine Iberoamericano de Huelva (entre el 14 y 21 de noviembre).

“Carlos do Carmo es una auténtica leyenda viva del fado, la figura masculina del género por excelencia. El segundo icono más importante del fado después de la gran Amália Rodrigues. Por eso, copó un protagonismo central en la película Fados, de Carlos Saura. El gran fadista de la actualidad es Camané, y siempre cita a Carlos do Carmo como su maestro. Porque lo es. Además, ensanchó los límites de la canción portuguesa con dos discos maravillosos en los que no se hacía acompañar por guitarras (como es habitual en el fado), sino por el piano de Bernardo Sassetti y de María Joao Pires”, explica Francisco Chacón, periodista, colaborador de infoLibre en temas musicales y corresponsal del diario ABC en Lisboa.

Esa misma capacidad innovadora es la que destacó Dias (que también fue productor del filme de Saura) en la presentación del documental en Madrid, que se lanzó a hacer la película tras la gala de los premios Grammy Latino en Las Vegas en noviembre de 2014. Entonces, una gran parte del público descubrió el género y mostró un gran interés hacia el fadista y hacia la tradición de la música popular portuguesa. “Es increíble que la gente vaya a conocer el fado en el siglo XXI con un señor de 76 años”, señaló.

La voz de los poetas portugueses

El cantante lisboeta, hijo de la conocida fadista Lucília do Carmo, inició su carrera musical en 1964 y desde entonces ha prestado su voz a grandes poetas lusos. Es precisamente José Carlos Ary dos Santos uno de sus letristas de cabecera, cuyos poemas cantó en los discos Um homem na cidade y Um homem no país. Con la muerte de Ary dos Santos quedó suspendido el tercer proyecto juntos: Um homem no mundo, título que ahora recupera Dias para homenajear a ambos en este documental. 

Dias pretende que se vea al Carlos que es fuera de los escenarios, una faceta bastante desconocida, según él, para el público portugués. "Conocen al cantante y su actividad política y social", añadió. Por ello, el grueso del documental retrata al fadista entre bambalinas, bromeando con los músicos, besando a su mujer, que le peina con delicadeza antes de cada actuación. Uno de las escenas más interesantes es la que tiene lugar entre Do Carmo y Pilar del Río, viuda del escritor José Saramago y directora de la Fundación Saramago de Lisboa. Durante la conversación, Pilar relata la primera vez que le escuchó, una historia que deja sin palabras a Do Carmo, que reconoce que nunca supo si al Nobel de Literatura le habían gustado las adaptaciones musicales que hizo de sus poemas.

"Voy a contar la historia de la primera vez que nos conocimos sin conocernos", relata Pilar, "era la primera vez que José y yo hacíamos un viaje, de Lisboa a Évora. No fuimos muy lejos, pero bueno, para mí fue el fin del mundo o el principio. Salimos a dar una vuelta, encontramos una librería y entramos. Había varios discos expuestos y una máquina con sus auriculares para oírlos. Entonces, José y yo compartimos auriculares porque me dijo: 'Quiero que oigas una canción de este hombre'. Yo te conocía de nombre, sabía quien eras, pero no podía decir títulos de discos tuyos, y menos, distinguir un poema. Entonces José comentó: 'Yo no me considero poeta, pero si me oigo aquí, me siento poeta'. Nos pusimos el auricular, buscamos la canción y oímos Aprendimos o rito [poema de Saramago cantado por Do Carmo]. Y, efectivamente, me pareció que José Saramago era un poeta".  

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Tanto Carlos do Carmo como Ivan Dias aprovecharon para evaluar el gran impacto que tuvo la película de Carlos Saura, estrenada en 2007, para la tradición musical del fado en Portugal. "Es la visión de un gran cineasta, de algo que fue siempre mirado desde dentro y no hacia fuera. Un portugués no lo haría así nunca, porque su visión es diferente", apuntó el cantante lisboeta en un perfecto castellano. "El fado se veía como una canción de vencidos, que hace 15 años decían que iba a terminar con la muerte de Amália Rodrigues, y estos 15 años han sido los más vitales. Ha sido su mejor época y las autoridades, que no siempre lo hacen, han sabido ver que este es el momento", señaló Dias, recordando, además del revulsivo que fue Fados, el museo creado en Lisboa y el uso de la tradición musical como reclamo turístico. Do Carmo recordó entonces que cuando en 2011 plantearon a la UNESCO el proyecto para que el fado fuese considerado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, desde el organismo respondieron que "nunca había sido un propuesto un trabajo tan serio y profundo sobre una canción popular". 

Una voz masculina en un mar de mujeres fadistas

Para Dias, Do Carmo continúa llevando la etiqueta de gran innovador del fado en Portugal: "Sigue metiendo músicos de jazz y mezclando estéticas". Es por ello que el cantante se aventuró a contar que su próximo disco, del que no pudo adelantar mucho, "será muy loco". "Habrá poetas que nunca habían sido cantados en fado". Parece, pues, que la gran voz masculina del fado, va a continuar en la senda de la reinvención sin despegar nunca los pies de la tradición, algo, destacó, que deberían hacer todos los nuevos fadistas.

A sus 76 años, Carlos do Carmo conserva una vitalidad y un sentido del humor envidiable. Sigue haciendo gala, además, y para regocijo de sus fans, de la coqueta galantería que siempre le ha caracterizado. El crooner portugués lleva medio siglo encima de un escenario reinventando y reivindicando el fado, la música popular portuguesa que quedó fuertemente marcada tras la caída de la dictadura de Salazar que había sentado las bases del Estado Novo sobre las tres efes: fado, fútbol y Fátima. Do Carmo acaba de presentar en Madrid el documental Un homem no mundo, dirigido porIvan Dias, que ha querido hacer un homenaje a un amigo -“desde el amor”, ha reconocido sin tapujos- y al primer cantante portugués que recibió un premio Grammy. La cinta se podrá ver esta tarde, a las 20 horas, en la sala Berlanga de la SGAE, y en el Festival Internacional de Cine Iberoamericano de Huelva (entre el 14 y 21 de noviembre).

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