Lo que las películas de José Luis Borau nos cuentan de nosotros mismos: "Su cine es memoria de España"

Crítico cinematográfico, director, productor, guionista, actor ocasional, editor literario, miembro de la Real Academia Española (RAE), presidente de la SGAE y de la Academia de Cine pero, por encima de todo, apasionado del séptimo arte y amante de la cultura como motor de la sociedad. Porque todo eso y mucho más era, es y será José Luis Borau (Zaragoza, 1929 - Madrid, 2012), una de las figuras españolas más relevantes de la segunda mitad del siglo XX, cuya influencia atemporal queda para la posteridad a través de sus películas, persistentemente vigentes.
"El cine de Borau es memoria de nuestro país", afirma a infoLibre Germán Roda, guionista y director de Borau y el cine, película documental que hace un recorrido por la vida y obra del realizador aragonés a través de la mirada y los testimonios de amigos y profesionales que compartieron camino junto a él. Un viaje a través de colegas, colaboradores, actores y actrices coetáneos que recuerdan la influencia poliédrica de Borau en sus propias vidas y carreras. Entre otros, Miguel Rellán, Alicia Sánchez, Antón Castro, Luis Alegre, Fernando Méndez-Leite, Manuel Gutiérrez Aragón, Carlos F. Heredero o Icíar Bollaín.
Esta película documental, que llega a las salas comerciales de cine el próximo viernes 27 de junio, recorre en paralelo la evolución personal y creativa de Borau, que pasó su infancia en su ciudad natal, Zaragoza, donde estudió y comenzó a trabajar como crítico del Heraldo de Aragón para acabar en Madrid, estudiando en las primeras escuelas de cine, de las que saldrían los cineastas que cambiaron el cine español para siempre: Luis García Berlanga, Mario Camus, Carlos Saura, Miguel Picazo...
"Es una figura imprescindible en nuestro cine y también una figura imprescindible del cine de esa época. Por eso se llama Borau y el cine, no es solo un documental sobre él, sino que también hablamos de un cine, de los sesenta y los setenta, que yo creo que marcó el cine actual", apunta Roda, para quien en esas décadas "se reflejaba mucho un país en cambio", quizás "más pegado a la sociedad que el que se hace ahora". Y es que, el denominado 'nuevo cine español' quería hablar de lo que estaba pasando en las calles después de unos años en los que las películas en nuestro país estaban "muy condicionadas" por la censura franquista.
"Al llegar, toda esta generación más joven recoge los aires de la nueva sociedad. Cambiaron la historia del cine español que llega hasta ahora", defiende el director, insistiendo en que los cineastas "vivían muy pegados a lo que estaba pasando" en una época en la que pasaban cosas muy importantes en el país. "El cine de Borau es memoria de nuestro país en esas décadas. Nadie ha retratado mejor esos años que él en Furtivos (1975), que refleja plenamente la España del momento", destaca, antes de ir un poquito más allá y sentenciar: "Furtivos está entre las diez o quince mejores películas de la historia del cine español, sin duda".
Lo que ocurre, continúa, es que Borau "no es un cineasta fácil", pues te obliga a "estar muy atento y concentrado" para comprender todas las "capas" de sus films. Al mismo tiempo, es un creador que te propone retos. "Yo veo Furtivos y me está apelando, me está pasando algo en el cuerpo que a lo mejor no sé lo que es, pero me está llegando. No hay muchas películas en los últimos años que a mí me hayan transmitido esa sensación", resalta Roda, mencionando otra obra de Borau emparentada con esta, Leo (2000), con la que ganó el Goya a Mejor Director.
"Yo creo que Leo es la película más parecida a Furtivos y, además, cerró a la perfección el círculo. Fue la gran despedida de Borau porque volvió a hacer una grandísima película. Además, en ella se estaba adelantando a lo que iba a ser España, con mucha inmigración, trabajos precarios, la vida en los polígonos fuera de la ciudad... Se adelantó a lo que iba a venir con una gran película también muy ligada a a la sociedad de de la época", defiende, poniendo en valor que el director aragonés, "como Kubrick", hizo cintas de géneros muy diferentes a lo largo de toda su trayectoria, citando el thriller Hay que matar a B (1973) o la casi comedia Tata mía (1986).
'Mi querida señorita', un guion transgresor
'Ellas en la ciudad', la lucha de una generación relegada de mujeres: "Transformaron y dieron vida a los barrios"
Ver más
Igualmente, en su faceta de guionista demostró Borau ir un paso por delante de una sociedad a la que le costaba coger velocidad tras tantos lustros de dictadura. Pero lo demostró antes de la muerte de Franco con el gran éxito Mi querida señorita (1972), dirigida por su amigo Jaime de Armiñán, protagonizada por José Luis López Vázquez y entre las cinco nominadas al premio Oscar a la mejor película de habla no inglesa. "Están ahora Los Javis haciendo un remake de esta película, que tiene más de cincuenta años. Eso es porque es una historia que ahora interesa porque sigue estando de actualidad", resalta Roda, enfatizando en el carácter transgresor y visionario de Borau a través de cualquier disciplina creativa.
Fue también, de hecho, profesor de Pilar Miró, Gutiérrez Aragón o Iván Zulueta, además de crítico cinematográfico de joven en el Heraldo de Aragón y, académico de la RAE desde 2008 hasta su muerte, en 2012: "Él tuvo la idea de que hubiera alguien del cine en la RAE, que lo aceptó. Pero, como aragonés humilde, propuso a Fernando Fernán Gómez por ser mayor que él y haber dirigido más películas. Así entró Fernán Gómez, y es cuando éste muere cuando Borau ocupa su lugar. Ahora, igualmente quien ocupa su sitio es Manuel Gutiérrez Aragón, que fue uno de sus mejores amigos y colaboradores. Por eso, José Luis Borau es importantísimo no solo para el cine, sino para la cultura de este país".
"Hay muchísimos cineastas que están influidos por Borau, pero muchísimos, más de los que podamos imaginar", reitera Roda, quien busca con esta película, además de reivindicar la vigencia del creador zaragozano, darlo a conocer a las nuevas generaciones, que "conocen a Saura o a Buñuel", pero no a él. "Solo con que vean Furtivos les va a cambiar la vida", afirma, para acto seguido recalcar que "el cine español tiene una grandísima deuda con Borau". "Por eso, yo invito a la gente a que lo redescubra y, si lo conocía, que vuelva a ver sus películas o lea los libros que hay publicados sobre él, porque seguro va a aprender algo. Borau te enseña. Él aprendió tanto que nos ha dejado muchísimas cosas para que aprendamos los demás, y seríamos necios los cineastas si no aprendemos de él. Con Borau aprendes", termina.