Def Con Dos: “El poder está interesado en crear una sociedad de memos”

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Llamaron a su primera maqueta Primer Asalto, y desde aquel 1989 han ido acumulando los combates a base de canciones que, en más de una ocasión, han acabado convertidas en himno. Recuérdense, por ejemplo, aquellos Pánico a una muerte ridícula, La culpa de todo la tiene Yoko Ono o, antes, Acción mutante y El día de la Bestia, que Álex de la Iglesia hizo más grandes en sus primeras películas. Sobrepasada la barrera de sus 25 años de vida, el grupo gallego-madrileño Def Con Dos cierra el círculo de su particular ring con Dos Tenores,Dos Tenores un álbum en el que recuperan algunos de sus temas clásicos a modo de remixes, a los que añaden otros cuantos nuevos.

La intención, como aseguran los integrantes del grupo César Strawberry y Peón Kurtz, reunidos con infoLibre en la sede madrileña de su sello, Warner, es “recuperar el espíritu de los primeros discos”. En los primeros noventa, recuerdan, “la gente no entendía un espectáculo en el que se subían tres personas a un escenario con unos micros y con la música grabada”. Como hoy el hip-hop -parte de su naturaleza musical mestiza, con partes de metal y punk- ha calado más, ellos han decidido desandar el camino y dejar de lado su base más instrumental para “quitarse la espinita” de aquellos tiempos en los que apenas hicieron conciertos.

Aunque no actuarán con un deejay, sino con guitarra, bajo y programaciones, han querido recogerse y emprender una gira de shows más íntimos, “casi sin pisar temas del repertorio habitual” y con un formato “diseñado para poder movernos por Latinoamérica con soltura”. Del lado lírico, continúan como siempre: intentando desentrañar la realidad más allá de la superficie, cosa que Strawberry también ha querido hacer desde la literatura en su tercera novela, Margen de maniobra, que va incluida en el disco. De ahí que en plena crisis, ellos lancen como single Habrá que morirse más, una canción “jocosa” sobre el muy serio problema de la superpoblación del planeta.

También hablan en su letras de política, de economía y de lo que se tercie. Pero recuerdan: hace casi 20 años que retrataron en sus versos un país “más allá de la memez”, allá por el disco de 1996 Ultramemia. Y hoy, aseguran, sus predicciones se han hecho verdaderas porque, más que nunca, "estamos en Ultramemia”.

Pregunta. Presentáis álbum con una novela -Margen de maniobra- incluida. ¿Responde esta decisión a la aparente necesidad que existe a día de hoy de proporcionar contenidos novedosos para poder vender discos o váis por otros derroteros?Margen de maniobra

César Strawberry. Desde que empezamos, siempre intentamos romper con la publicación de un disco de una manera aislada, que no fuera respaldada por una sensación de actividad de crew, de equipo, y que abarcara otros campos de la creatividad en general. Cuando empezamos, en el año 91, teníamos una galería de arte underground en Madrid, en Malasaña, que se llamaba Legado Social, que estaba vinculada a la prioridad primigenia de Def Con Dos. Hacíamos exposiciones, presentaciones, editábamos un fanzine… Siempre hemos intentado potenciar toda esa sensación de pensar que no somos solo un grupo de música, a la par que hemos ido publicando nuestros discos.

En este caso hemos intentado seguir con ese concepto, que siempre hemos llamado asalto, como en un combate de boxeo. Este asalto nos exige ofrecer algo más que no ofrezcan los demás grupos, es decir, contar cosas que otros grupos no puedan contar, valorar todo lo que hay en Def Con Dos. En ese sentido ya lo hicimos en 2009 y 2010: incluimos en el primer caso un libro de relatos, Destino Zoquete, y en el segundo el Volumen I de la biografía de Def Con Dos. En este caso publicamos mi última novela, que es Margen de maniobra, porque nos parece más interesante revalorizar un disco con un libro inédito de un miembro del grupo que con una camiseta o una bolsa de palomitas que inflar luego en el microondas.

También el disco va editado en una caja especial. Intentamos crear el gusto por un objeto que está muy denostado, porque con el progreso de Internet se ha convertido en un objeto que no sabes muy bien para qué sirve. Entonces, lo acompañamos de una serie de complementos que ayudan a revalorizarlo y a que tenga un sentido como objeto para el fan de Def Con Dos, que es el que se lo va a comprar, básicamente. Además, el fan de Def luego te manda fotos con todos sus discos, sus cajitas… hay un rollo muy de culto, y es más que nada para esa gente para la que trabajamos, aunque luego hay más gente que se lo compra, pero nosotros trabajamos para la gente que nos entiende y que valora que metas cosas que no meten otros.

P. Se trata de un álbum con temas nuevos y revisiones de otros antiguos. ¿Qué queríais ofrecer musicalmente hablando?

C. S. Con Dos Tenores hemos intentado darle un giro a la trayectoria musical de Def Con Dos. Es algo que veníamos planteándonos desde hacía tiempo, pero no acabábamos de ver hacia dónde dar el giro, hasta que descubrimos que simplemente se trataba de revisitarnos a nosotros mismos y de recuperar una etapa del grupo que va desde el 89, que editamos la primera maqueta, hasta el 93, que editamos Armas pal pueblo. Es una época muy surrealista, muy cafre, en la cual no pretendíamos ser un grupo de música, y en la que prácticamente no actuábamos, pero en la que sin embargo concebimos un tipo de música que luego ha resultado que con el tiempo se ha revalorizado.

Mucho de nuestro público nos reclamaba de alguna manera echar esa mirada atrás, recuperar viejos temas que no tocamos en directo nunca, porque los discos posteriores han marcado más la pauta del directo. Y bueno, satisfacer a un montón de gente que nos preguntaba y que nos pregunta que por qué no tocamos temas de Segundo Asalto, que es un disco que sacamos en el año 90, o Cotorra Criolla, o Edipo Rey, que es del 91. Hay gente muy fan de esa época, y hemos querido despojarnos de todos los aditamentos que habíamos ido adquiriendo en cuanto a complejidad y diversidad musical y volver a algo muy sencillo, muy básico, claramente inspirado en Randy MC, en cómo empezaron ellos a hacer hip-hop, y nos hemos encontrado muy cómodos, porque el mensaje permanece, y lo único que ha variado es el acompañamiento musical.

En este caso está gustando mucho porque la gente dice que los temas son muy frescos. Lo hemos conseguido, era lo que queríamos: mostrar una cara diferente de Def. Dentro de eso, en ese intento de renovarnos, hemos hecho el trabajo de volver atrás y recuperar temas algunos más antiguos y otros menos, porque hay alguno de 2009, pero sí revisitados por gente que no pertenece a nuestro ámbito musical más cercano y que aporta precisamente eso: otro tipo de visión musical. Es el caso de Marcos in Dub, que es un DJ que funciona estupendamente a nivel internacional, y que remezcla para todo el mundo, y que es mu fan de Def y quería hacer esta remezcla de Agrupación de Mujeres Violentas. O Mariano Lozano con Hipotécate tú, que es un tema de 2009.

En todas las remezclas no hemos tenido nada que ver, sino que ha sido la gente la que las ha hecho a su bola, como Dremen con Pánico a una muerte ridícula, que también ha dado lugar a una colaboración con ellos muy intensa -ellos han colaborado en nuestro disco y nosotros en el suyo, que precisamente sale estos días, se llama Day II. Hemos querido crear esa sensación de crew, de que somos mucha gente diversa, y sobre todo de que no estamos cerrados en una jaula de ISIS atrapados en nuestros propio estilo, sino que nuestro estilo nos permite sortear esos barrotes y hacer cosas diferentes.

P. Vosotros, que como decíais siempre habéis querido lanzar un mensaje, ¿cómo veis que ahora la política haya calado no solo en grupos que nunca antes la habían practicado en su música, sino casi en cualquier rincón de la sociedad?

C. S. Sorprende y también entristece ver que la conciencia social de una persona o de un grupo o de un sector de opinión venga determinada por la ausencia de viandas en su nevera. Es decir, mientras tengo la nevera llena todo va bien, y cuando tengo la nevera vacía protesto mucho. En el caso de España, era evidente que la Transición fue un chanchullo, aunque coyunturalmente fue una manera de avanzar, eso tampoco hay que negarlo. Dio pie a una apertura que daría sus frutos posteriormente, pero no se puede mitificar esa época como lo mejor de España, porque no lo es. Esta es una democracia con los pilares anclados en el cenagoso franquismo y posfranquismo, es una democracia vigilada por el Ejército, con el capitán general del Ejército que es el jefe del Estado…

Todo eso son cosas no precisamente muy democráticas, que las hemos admitido y las hemos tolerado porque el país iba progresando de alguna manera. Mi generación, la gente que creció en los ochenta, ha visto cómo su vida iba a mejor en los noventa, sin embargo nadie se paraba a pensar sobre qué se estaba construyendo esa entrecomillada prosperidad, y nosotros ya lo decíamos desde el 93-94, entonces ya hablábamos mucho de eso, de esa herencia turbia del franquismo, de esas instituciones democráticas que han sido lideradas por tipos que han sido falangistas o hijos de falangistas… En fin, toda esa herencia de la costra del franquismo, que estaba enquistada en el sistema y sigue enquistada en el sistema.

Eso da lugar a que no se pueda desarrollar un país en libertad, y que determinados sectores no progresen. En el caso de España, el ladrillo fue lo único que funcionó, y todo el mundo se refugió ahí. Me refiero al nivel de expectativas de vida: el american way of life a la española lo veías ya de cerca, con la proliferación de los centros comerciales, o el desembarco masivo de las franquicias, que han terminado con las tiendas de barrio… Y esa ha sido una transformación que todo el mundo ha estado aplaudiendo. En el libreto del disco Ultramemia, que es del año 96, se habla de ese mundo idílico que se estaba dibujando, de ese soma del centro comercial al que vas con tu chándal y tu riñonera, toda esa pérdida de criterio.

En aquel momento, durante los 90, mucha gente nos tachaba de agoreros, de lanzar mensajes mesiánicos, como si fuéramos los profetas del apocalipsis. Fuimos muy denostados por ciertos sectores de la prensa especializada, pero la sorpresa llegó cuando vino el crack y muchas de las cosas que nosotros apuntábamos en canciones hablaban de lo que iba a pasar. ¿Qué ha hecho eso? Que nuestro mensaje, lejos de perder vigencia, y pese a que nosotros ya nos vamos cubriendo canas, no se cubra de canas. Aquel mensaje está como un adolescente, en su mejor momento. De ahí que mucha gente nos redescubra y se acerque gente muy joven, que no sabía que existíamos.

El hecho de que ahora todo el mundo tienda a buscar maneras de explicar lo que sucede me parece muy bueno, pero creo que el estilo no se puede ir adaptando a las coyunturas socioeconómicas de un país. Cuando pase la época de crisis, si es que pasa algún día, ¿vas a hacer solo baladas de amor otra vez? Yo creo que la actitud se mantiene desde que uno nace hasta que muere. Uno varía también, dentro de un abanico de opiniones, pero no tanto como Jimenez Losantos, que empezó siendo maoísta y acabó siendo fascista. Es recurrente y fácil hoy día criticar la evidencia, porque te están echando de tu casa, pero quizá es más interesante no esperar a que eso se produzca, y ver venir esas fisuras de un sistema que te hace cree que todo te va bien cuando en realidad no nos iba nada bien.

P. De hecho, en el single del disco, Habrá que morirse más, habéis querido ir más allá, y en vez de hablar de política o economía habláis del problema de la superpoblación en el mundo. single Habrá que morirse más

C. S. Es un tema muy jocoso en el que hemos intentado hablar de un tema muy peliagudo y muy bestia en un tono muy divertido, con un videoclip muy divertido. Pero el trasfondo del tema es muy serio, habla de algo que no se atreve a hablar nadie. En ese discurso de la superpoblación llegas a un punto en el que dices: qué vas a hacer, ¿vas a hacer como en Un mundo feliz, de Huxley, donde se puede vivir solo hasta una edad? Pues no lo sé, pero está claro que ahí no se mete nadie a apuntar soluciones.

Con el deterioro del panorama económico general, la polarización de las clases sociales, el hecho de solo unos pocos pueden tener acceso a un nivel de vida sostenible y respetable, hace que mucha otra gente lo tenga muy difícil para reproducirse. Se eliminan las ayudas, se recorta la sanidad… todo eso hace que la expectativa de reproducirse y formar una familia sea un reto que muy pocos pueden afrontar. A nadie le apetece no poder garantizar a sus hijos un techo, una comida y una educación.

Todo eso es lo que están propiciando las políticas neoliberales heredadas de la escuela de Chicago. Estamos viviendo en ese absurdo y se está demostrando que no funciona, que es lo lamentable. Sin embargo, sí es cierto que el avance de la ciencia propicia que vivamos muchísimos más años, que la expectativa de vida de un hombre en Occidente pueda estar en los ochenta y pico y de una mujer en los noventa, y que sin embargo no haya recursos para mantener a esa gente. Esa contradicción la hemos querido resaltar en una canción divertida como Habrá que morirse más.

P. Ayer (por el lunes) el Gobierno madrileño canceló un concierto de Soziedad Alkohólika, ¿qué opinión os merece esta decisión?

Peón Kurtz. Vergonzoso. Una vez más, porque además no es la primera vez que les pasa. Tampoco me ha sorprendido, la verdad. Es lo que decía César antes, no vivimos en una democracia real cuando se prohíbe un concierto de un grupo que tiene tanto derecho a tocar como cualquier otro. 

C. S. Sobre todo, es ejemplo del cinismo de unos políticos. Hace nada el señor Rajoy estaba llevando una pancarta de Je suis Charlie, acompañado de Netanyahu, que ya ves tú qué tendrá ese hombre de Charlie. Pero bueno, en aquel gran festival de la hipocresía, allí estaban defendiendo la libertad de expresión unos tipos que en sus propios países -como está demostrando Rajoy a través de la subdelegada de su gobierno, la señora Cifuentes-, consideran que la cultura es algo subversivo y peligroso. Ya no es solo el tema del IVA y el tema de eliminar subvenciones a la cultura, sino que llegan a suspender por decreto y porque les da la gana, de una manera absolutamente mafiosa, un concierto de Soziedad Alkohólika. Es un grupo al que se le ha acusado de cosas súper absurdas porque les han cogido de cabeza de turco. Es un grupo vasco y como son vascos pues son todos muy malos. Se les ha cogido y se les ha llevado a un juicio en la Audiencia Nacional, del cual ellos han salido airosos. O sea, que es un grupo como cualquier otro, como puede ser Maldita Nerea, a efectos de poder tocar en cualquier sitio. Sin embargo se les discrimina y se les acusa prohibiendo sus conciertos. Es algo que les pasa recurrentemente fuera del País Vasco…

P. K. Y sobre todo aquí en Madrid.

C. S. Y también les pasa también en otras ciudades donde el PP tiene mano. Y la manera de suspender los conciertos no es una manera explícita, sino que puede ser a través de connivencias oscuras con la Guardia Civil, colocando controles en las puertas, amenazando a los locales con revisiones y pérdidas de licencias… Eso lleva pasando muchísimos años. Ahora, lo que ha sucedido en este caso en Madrid es un espectáculo lamentable.

P. En el tema España es idiota decíais 'Bigote, ceja o barba cana, vota al soplagaitas que te venga en gana'. Ahora que se han ampliado las opciones, ¿mejora el panorama?

España es idiota

C. S. Todo el movimiento de indignación de la población desde que comenzó la crisis ha provocado que renazca en la gente la conciencia política. Es decir, que tú tienes un margen para transformar la política de tu país. Eso es algo que nunca habíamos pensado, en general. Desde el 77 en adelante ha habido un bipartidismo férreo, salvo pequeños periodos, y sin embargo ahora la gente se empieza a dar cuenta. Es lo que tiene de bueno toda esta crisis, que se ha destapado toda la corrupción, que todo el mundo sabía que existía, pero digamos que lo veía con la frase tan española de 'Hombre, si tú estuvieras en su lugar, a ver si no hacías lo mismo'. Ese tipo de cosas, que forman parte de la cultura más españolista.

P. K. Ese 'cómo no vas a robar, si tú harías lo mismo'.

C. S. Identificarte con el ladrón e incluso envidiarle, porque él ha tenido una oportunidad y la aprovechado. Todo eso, a nivel moral es lo que tenemos que regenerar entre todos. A nivel político sí es muy bueno que se diversifique el panorama, que los partidos no puedan gobernar por mayoría absoluta, porque eso es una aberración, es lo más antidemocrático que hay: una mayoría absoluta y un gobierno por decreto. Y que se fragmente un poco para que los políticos tengan que hacer política, que consiste en llegar acuerdos con fuerzas que no piensan como ellos, es la única manera de oxigenar la política de un país. Buscar el consenso entre partidos y que de alguna manera se vigilen unos a otros para que todos roben más o menos lo mismo.

P. También ayer (por el lunes), volvió a salir a relucir el tema de la posible bajada del IVA cultural, aprovechando la coyuntura de que se acercan las elecciones. ¿Es este IVA el mayor palo para la industria musical?

C. S. El palo más grande para la cultura en general es el deseo de ignorancia que hay en este país, que está muy arraigado. El hecho de que Gran Hermano sea un producto televisivo consumido por millones de personas… El hecho de que los productos culturales mayoritarios puedan ser, en el caso audiovisual, Torrente, que es la caspaza cutre más lamentable, o en el caso literario las memorias de Belén Esteban, denota un perfil cultural del español medio muy triste, muy mediocre, que interesa a los poderes fácticos. Interesa un pueblo ignorante, por eso ahora están cambiando el programa educativo, para que se produzcan personas muy ignorantes, sin criterio. Una sociedad de muñequitos que se manejen bien, como quien maneja la barra de un futbolín: que se muevan cuando uno quiere.

A eso atiende el poder: a crear una sociedad de memos. Y en lo que respecta a los planes del PP queda clarísimo: ¿quién puede sustraerse de eso? Quien tiene dinero para pagarse una universidad privada con otros contenidos. Puedes ir a una del Opus y quedarte igual de memo o a lo mejor puedes acceder a otra. Los grandes profesores y las grandes eminencias serán de pago, y eso es una aberración. No quiero meterme tampoco con los más jóvenes, pero lo estamos viendo. Yo tengo sobrinos jóvenes, y ves que sus referencias culturales son muy escasas. Lo que se intenta imponer a la gente es el poligoneo, básicamente para que no vean las cosas. El otro día comentaba una chica en el gimnasio: 'es que prefiero ver Gran Hermano a estar viendo noticias de muerte y corrupción'. Claro, pues así no vamos como país a ningún lado. Eso es lo que intentan: meter miedo y que refugies tu miedo en Gran Hermano, en Torrente o leyendo las memorias de Belén Esteban. Es un panorama aberrante, en el cual por supuesto influye que suban el IVA, pero siempre nos quedará el porno al 4%, que también es cultura (risas).

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P. Mencionabas Un mundo feliz, antes ha salido a colación el soma... ¿Véis el mundo como una distopía hecha realidad? Un mundo feliz

C. S. Ya en el otoño del 96 publicamos Ultramemia, que de hecho iba vinculado a un proyecto cinematográfico que no llegó a buen puerto, y que mezcla las palabras Ultra –con todas las connotaciones que tiene- y Memia – de memo.  O sea, el país que va más allá de la memez. En realidad habla de una ciudad, en la cual el presidente es un jugador de fútbol, porque ese es otro de los somas que nos ofrece este mundo. Todo va enfocado a la gran catarsis del fútbol el domingo, que es un negocio mafioso y vergonzante en el cual muy poquitos ganan muchísimo dinero que les da muchísima gente que casi no tiene para vivir pero sí tiene para sacarse un abono para verse un partido. En fin, es un engaño lamentable. Ultramemia como concepto en su momento nos decían que era exagerado, una distopía demasiado negativa que no podía ser. Hace casi 20 años del concepto Ultramemia, y estamos en Ultramemia.

P. K. Yo creo que quedó un poco flojo el mensaje, para como ha sido el futuro.

Llamaron a su primera maqueta Primer Asalto, y desde aquel 1989 han ido acumulando los combates a base de canciones que, en más de una ocasión, han acabado convertidas en himno. Recuérdense, por ejemplo, aquellos Pánico a una muerte ridícula, La culpa de todo la tiene Yoko Ono o, antes, Acción mutante y El día de la Bestia, que Álex de la Iglesia hizo más grandes en sus primeras películas. Sobrepasada la barrera de sus 25 años de vida, el grupo gallego-madrileño Def Con Dos cierra el círculo de su particular ring con Dos Tenores,Dos Tenores un álbum en el que recuperan algunos de sus temas clásicos a modo de remixes, a los que añaden otros cuantos nuevos.

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