¿Cuáles podrían ser los signos de que la escena musical de un país goza de buena salud? Que aumente el número de conciertos y de asistentes, por ejemplo. Que las ventas de música grabada aumenten. Que haya puertas abiertas para la sangre nueva y atención para los veteranos. Los dos primeros deseos no están claros: aunque hoy en día la música en directo recauda un 20% más que en 2008, si eliminamos los grandes festivales el panorama es otro. En 2017 hubo 2.000 conciertos menos que en 2016. Y el crecimiento de las escuchas en streaming (que ya copan el 87% del mercado digital) no palia la caída del mercado, que ha perdido 4 de cada 10 euros desde 2008. Habrá que fijarse, entonces, en lo tercero.
Y ahí hay algún motivo de esperanza. La asociación PAM, que reúne a los periodistas musicales, ha hecho públicos este lunes los once discos nominados al Premio Ruido, que señala el mejor disco español del año. Estos galardones fundados en el 2015 se basan únicamente en el criterio del centenar de asociados y, al no tener en cuenta factores comerciales, a priori, son un buen termómetro de la escena musical más innovadora. En esta tercera edición, que se fallará en enero de 2018, hay hueco para recién llegados y para figuras más que conocidas. Nos detenemos aquí en algunos de los candidatos, que han firmado de lo mejor del sector en este año que se acaba.
45 cerebros y un corazón — Maria Arnal i Marcel Bagés45 cerebros y un corazón
Hace cuatro años, una de las voces de 2017 nunca había cantado en público. Maria Arnal (Badalona, 1987) y Marcel Bagés (Flix, Tarragona, 1980) no se conocían hace cuatro años. Y ahora, tras dos sencillos grabados en 2015 y 2016, la cantante y el guitarrista han firmado 45 cerebros y un corazón (Fina Estampa), que no solo los ha puesto en el mapa más allá de su círculo catalán y se ha dibujado como uno de los trabajos del año, sino que viene a renovar la concepción de la música tradicional española. Vienen del jazz, pero también de la jota. Su "Ball del vetlatori" tiene un algo de fandango mientras "A la vida" recupera el tema del cantautor valenciano Ovidi Montllor y "La gent" toma prestado el poema de Joan Brossa que comienza: "La gent no s'adona del poder que té" ("La gente no se da cuenta del poder que tiene"). El título del disco y la canción homónima vienen de una noticia publicada en agosto de 2016: "Hallan en Burgos 45 cerebros y un corazón en una fosa de la Guerra Civil".
Los Ángeles — Rosalía
Mucho de memoria tiene también Los Ángeles (Universal), el debut de la cantaora Rosalía (Barcelona, 1993). "Para hacer mi propuesta", decía en una entrevista con este periódico, "yo necesito saber lo que se ha hecho. Y no solamente en los últimos cien años, sino incluso antes. Conocer la fuente, los primeros pasos del flamenco. También porque es lo que me ha enseñado mi maestro: reivindicar estos cantes, estas letras, estos referentes". Después de formarse junto a Chiqui de la Línea y de trabajar junto a Rocío Márquez (ver más abajo) o Chicuelo, este primer trabajo junto al guitarrista Raül Refree mezcla coplas por la Niña de los Peines o Pepe Marchena —todas en torno a la muerte— con el pop, la electrónica o el punk. Y, además, funciona comercialmente: la música ha estado nominada a los Grammy Latino como mejor nueva artista y su single "Catalina" alcanza más de un millón de escuchas en la plataforma Spotify.
Firmamento — Rocío Márquez
Cuando la cantaora Rocío Márquez (Huelva, 1985) ganó el Festival de Cante de Las Minas en 2008, lugar sagrado del flamenco más purista, pocos se imaginaban que poco después iba a estar forzando los límites del género que ha mamado desde pequeña. El Niño (2014), producido por Refree, era un homenaje a su adorado Pepe Marchena. Firmamento (Universal) transita los caminos que el maestro señalaba. Compromiso social, feminismo, ecología, palos más que fluidos y la osadía y el trabajo de la música. Como decía en una entrevista con infoLibre: "Para mí, lo interesante es conocer qué es lo que los ortodoxos consideran la base. Y luego hacer lo que te dé la gana".
Para quienes aún viven — Exquirla
Más flamenco o nada en absoluto. Exquirla nace de la unión del grupo de rock instrumental Toundra y del cantaor renegado del flamenco Francisco Contreras, más conocido como Niño de Elche. Para quienes aún viven (Superball Music), el trabajo que nace de esa unión, mezcla la densidad sonora de los primeros, la voz profunda del segundo y los versos de Enrique Falcón, referente poético de Contreras y tan marxista como místico. El contenido político de las letras del escritor fueron la primera piedra del proyecto. Y en la entrevista con este medio decían: "Suelen decirnos que el nuestro es un mensaje radical. Pero esto no es radical, radical es otra cosa. Te llaman antisistema, pero son ellos los que acaban con el sistema sanitario".
Zona temporalmente autónoma — Los Planetas
El 2017 ha sido también un año de regresos. De Lagartija Nick, de Josele Santiago, líder de Los Enemigos, de Maga... y, entre todos ellos, de Los Planetas, protagonistas de la ola indie de los noventa y padres del pop-rock alternativo español. La vuelta del grupo tras siete años sin nuevo disco de estudio, provocaba tanta ilusión como miedo entre sus seguidores. Pero ha salido bien. No solo por el aplauso de la crítica —ahí está la nominación—, sino porque han conseguido renovarse tras más de dos décadas de carrera con, por ejemplo, "Islamabad", tema construido sobre una canción del ídolo trap Yung Beef. La ha acogida por parte de los fans no ha podido ser mejor: "Espíritu olímpico" suma 2,2 millones de escuchas en Spotify e "Islamabad" llega a 1,4 millones. Ahí arriba sigue imbatible, con 6,7 millones de reproducciones, "Un buen día" parte de Unidad de desplazamiento (2000). Cualquier tiempo pasado...
Y además...
Hay dos artistas en la lista de los Ruido capaces de colarse tanto en los 40 Principales como en unos premios de la crítica: Vetusta Morla, con Mismo sitio, distinto lugar (Pequeño salto mortal), y C. Tangana con Ídolo (Sony). Los primeros se alejan ligeramente del pop que les ha regalado grandes festivales y números uno de ventas para entregarse a un preciosismo más arriesgado. El segundo suma trap y pop, en formato exclusivamente digital, materializando una campaña de promoción impresionante con lona publicitaria en la madrileña Gran Vía. Junto a ellos, el asturiano Pablo und Destruktion, underground entre el underground, con Predación(Sonido Muchacho), capaz de unir referencias bíblicas, versos amorosos y crítica social contra un país "de puticlubs, farlopa y jubilados". A Cala Vento (Aleix Turon y Joan Delgado) les basta una guitarra, una batería y dos discos para encandilar a Los Planetas, al festival South by Southwest de Austin y a Los conciertos de Radio 3. Su Fruto panorama (Bcore Disc) compite también en los premios.
Lista completa de finalistas a los Premios Ruido:
Sentido del espectáculo, de Biznaga
Fruto panorama, de Cala Vento
Ídolo, de C.Tangana
Para quienes aún viven, de Exquirla
45 cerebros y un corazón, de Maria Arnal y Marcel Bagés
Predación, de Pablo und Destruktion
Zona temporalmente autónoma, de Los Planetas
Firmamento, de Rocío Márquez
Los Ángeles, de Rosalía
Ver másÍñigo Errejón reivindica la memoria antifascista con Maria Arnal i Marcel Bagés
Magnolia, de Rufus T. Firefly
Mismo sitio, distinto lugar, de Vetusta Morla
¿Cuáles podrían ser los signos de que la escena musical de un país goza de buena salud? Que aumente el número de conciertos y de asistentes, por ejemplo. Que las ventas de música grabada aumenten. Que haya puertas abiertas para la sangre nueva y atención para los veteranos. Los dos primeros deseos no están claros: aunque hoy en día la música en directo recauda un 20% más que en 2008, si eliminamos los grandes festivales el panorama es otro. En 2017 hubo 2.000 conciertos menos que en 2016. Y el crecimiento de las escuchas en streaming (que ya copan el 87% del mercado digital) no palia la caída del mercado, que ha perdido 4 de cada 10 euros desde 2008. Habrá que fijarse, entonces, en lo tercero.