LA ESTRATEGIA DEL LÍDER DEL PP
Feijóo completa su viaje al 'ayusismo' tras años diciendo que España es más que Madrid
"Quiero que España se parezca a Madrid". Ese fue el mensaje del líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, durante la cena de navidad del PP madrileño, en la que reivindicó el modelo de Isabel Díaz Ayuso como el "polo de inversión", "lugar de atracción de talento" y "generador de riqueza" del país que representa "todo lo contrario" al modelo ejercido por el mando de La Moncloa, que definió como "conformismo, amiguismo, decadencia, inseguridad jurídica, trabas en la inversión y al emprendimiento": "Sánchez no soporta lo que representa Madrid porque es todo lo contrario a su Gobierno", zanjaba.
Se trata de una declaración de intenciones por parte del líder del PP, que hace solo unos años, cuando estaba al frente de la Xunta de Galicia, criticaba a los políticos que "no eran capaces de ver más allá de Madrid y Barcelona", hablaba abiertamente de la "nacionalidad gallega" y denunciaba el "trato discriminatorio" que se le daba a Galicia desde dentro de la M30. El mismo que decía que "el centralismo" hizo invisible al resto y fue el "responsable de los hándicaps" que tuvieron antes del estado de las autonomías.
Es más, durante la campaña de las elecciones gallegas, celebradas en febrero de 2024, Feijóo reivindicaba la manera de hacer política de Alfonso Rueda como la antítesis de lo que ocurre dentro de la M30. "Hace mucha falta que la política nacional se parezca a la gallega", decía Feijóo, que citaba los servicios públicos como la punta de lanza de la Xunta y ponía de ejemplo la educación infantil gratuita. Eso contrasta con lo que sucede en Madrid, donde apenas hay oferta de centros públicos y las familias se ven abocadas a acudir a la privada pagando entre cuatrocientos y quinientos euros mensuales.
Durante su etapa en la Xunta, Feijóo construyó su figura política como un gestor desideologizado e incluso como un político moderado y de inclinaciones nacionalistas. Cuando llegó a la sede de Génova en marzo de 2022 el líder del PP intentó replicar las estrategias que le habían funcionado en Galicia, sin éxito, y acabó adoptando la misma estrategia que ha desplegado Ayuso —y que también puso en marcha su antecesor, Pablo Casado,— de acoso y derribo contra el Gobierno de Sánchez. La madrileña suele protagonizar declaraciones explosivas y desde su equipo se ha fomentado su sobreexposición mediática, es decir, la notoriedad sin importar el riesgo de desgaste.
Feijóo pasa de discrepar a identificarse con el 'modelo' Ayuso
Durante su etapa como líder del PP Feijóo siempre ha evitado cualquier tipo de choque en público con Ayuso, consciente de que eso fue lo que se llevó por delante a Casado, y cuando aterrizó en Madrid hace ya casi tres años aseguró que iba a respetar las decisiones de sus dirigentes territoriales. Sin embargo, ambos se miden constantemente como también sucedía durante la época de Mariano Rajoy con Esperanza Aguirre. La madrileña trata marcar el camino ideológico del PP acompañada de su proyección mediática, mayor que la de sus homólogos en otras comunidades.
Cuando eso ocurre Feijóo despeja su agenda y se refugia en el silencio, mientras los distintos portavoces del partido tratan de restarle importancia a la cuestión. Sucedió en verano con la polémica visita con honores del presidente argentino, Javier Milei, a la Puerta del Sol y tras la decisión de la baronesa del PP de no acudir a las reuniones bilaterales convocadas con Sánchez, a las que sí fueron el resto de dirigentes del partido.
El sentido práctico que aplica Feijóo se entiende mejor cuando se observa cómo aplaude con entusiasmo al mismo tiempo el modelo ultraliberal de Isabel Díaz Ayuso y la moderación supuestamente centrista y andalucista de Juanma Moreno. Le sirven los dos, siempre y cuando ganen elecciones y le ayuden a conseguir en sus respectivos territorios el caudal de votos que necesita para ganar cuando lleguen las próximas generales.
Los mensajes son prácticamente idénticos, aunque teóricamente contradictorios, del "quiero que España se parezca a Madrid" del líder del PP este lunes, al "Andalucía es la comunidad que más se parece a España" defendido por Feijóo durante la campaña de 2022. En ese caso no vendió las bondades de la economía andaluza, sino "su identidad propia y sus peculiaridades", además de su unión "en su diversidad". El líder del PP ha repetido ese esquema en otras autonomías como Aragón o la Comunitat Valenciana.
El conservador busca así el modo de adaptarse a las necesidades e inquietudes de cada territorio sin obsesionarse, como hacía su predecesor, porque eso afecte al discurso nacional del partido. Si los barones tienen libertad de movimientos, el problema de la falta de unidad desaparece. La confrontación con Ayuso ha dejado de ser noticia no porque la presidenta madrileña haya cambiado de rumbo sino porque ya nadie la contradice. Y menos que nadie Feijóo, que ha pasado de discrepar a significarse con su modelo.
Política sin una identidad clara, solo conseguir gobernar
Con todo, el propio líder del PP ha admitido en alguna ocasión que el "modelo ideal" no es el de Isabel Díaz Ayuso, el de Juanma Moreno o el suyo propio, sino aquel que garantice una mayoría absoluta —o suficiente— para gobernar sin depender de terceros. De ahí que la receta para ganar, en palabras de Feijóo, no incluya pronunciamientos ideológicos ni apelaciones a los valores liberales, conservadores o democristianos del partido.
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Feijóo no desprecia la ideología ni el espacio del nacionalismo español que Vox considera propio, pero tiene claro que no será apoyándose ahí donde recuperará la mayoría sino, de nuevo, mediante un discurso que le retrate como un político práctico y pragmático. El sector duro del PP, con Ayuso a la cabeza, sí que considera que el PP tiene que dar "la batalla de las ideas" como parte de la guerra cultural frente a la izquierda, una advertencia que también lanzan de manera periódica los editoriales de medios conservadores.
Cuando se trata de ir al detalle de las políticas concretas que el PP de Feijóo aplicaría en caso de llegar a la Moncloa abundan las contradicciones y los silencios. A eso se le suma que el líder del PP evita posicionarse en cuestiones como el aborto, los vientres de alquiler, derechos trans, la inmigración, la eutanasia, la memoria histórica, la financiación autonómica, la relación con la extrema derecha o el modelo económico. Materias en las que el la formación mantiene discrepancias internas y que han provocado históricas divisiones en el seno del partido. En el 'modelo Feijóo' cabe todo.
A todo esto se le suma que lleva tiempo tratando de encontrar la manera de ampliar el perímetro de sus alianzas, condicionadas desde 2019 por sus cada vez más numerosos y estrechos vínculos con Vox, y en las últimas semanas ha subrayado en varias ocasiones la coincidencia ideológica en lo económico con el partido matriz de Junts —la antigua Convergència— y con el PNV. La alianza con los de Carles Puigdemont no es bien vista por Ayuso, que lidera la oposición interna a ese pacto, pero la madrileña está evitando confrontar directamente con Feijóo por ello, repitiendo que tiene "suerte" de no tener que verse en esa situación.