“El poeta García Lorca decía: ‘Yo denuncio a toda la gente que ignora a la otra mitad”. Lo recitaban las directoras Leticia Dolera y Paula Ortiz en la gala de los Goya. “Nosotras somos la otra mitad, la mitad del mundo”, seguían, blandiendo el abanico con el lema “#másmujeres” que la asociación de cineastas había repartido. Lo hacían para presentar el premio a la mejor dirección novel, único galardón de la noche del sábado que parecía claro: la favorita era Carla Simón por Verano 1993 (Estiu 1993) y fue ella quien se lo llevó. Fue la primera victoria de una gala extraña. Cuando todo apuntaba a que la ceremonia coronaría a Handia, tras diez estatuillas, Isabel Coixet salía, sorprendidísima (tanto como el público), a por su Goya a la mejor dirección por La librería. Y luego, redoble, mejor película: La librería.
Uno tras otro, Handia iba subiendo al escenario a por sus cabezones: guion original, actor revelación, música, montaje, dirección de producción, fotografía, dirección artística, maquillaje y peluquería, diseño de vestuario y efectos especiales. Una decena de Goyas, un récord al nivel de La isla mínima y Blancanieves. El filme de Aitor Arregi y Jon Garaño tuvo que conformarse con una victoria técnica, porque ahí llegaba La librería, adaptación de la novela homónima de Penelope Fitzgerald, para dar la sorpresa. La propia Coixet daba todo por perdido al recoger el premio al mejor guion adaptado: “Menos mal que no nos vamos de vacío, porque me he traído a mi madre…”. No se fueron de vacío, sino con tres de las estatuillas más preciadas de la noche.
Otras tres se llevaba Verano 1993, de Carla Simón, la otra película nominada cuya dirección corría a cargo de una mujer. Fueron para Simón, a mejor dirección novel (uno de los pocos premios seguros de la noche), para Bruna Cusí como mejor actriz revelación y para David Verdaguer como mejor actor de reparto. Con ocho nominaciones y la etiqueta de favorita, ¿eso era ganar o eso era perder? No tendría dudas Manuel Martín Cuenca, cuyo filme El autor partía con nueve candidaturas de las que se llevó dos: Javier Gutiérrez como mejor actor (otro que estaba claro) y Adelfa Calvo como mejor actriz de reparto.
La victoria final de La librería fue celebrada con abanicos rojos en alto: los repartidos por la asociación de cineastas CIMA, que exhibían el lema "#+mujeres" para reivindicar el valor de las trabajadoras del cine. Y no había sido fácil, con una gala que se había propuesto ser un "homenaje a la mujer", según sus presentadores (dos hombres: Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla), pero que acabó resultando incómoda. Ernesto Sevilla abría la ceremonia con varios intentos de chistes sobre el machismo que tuvieron una recepción más bien fría por parte del auditorio. “Es mi noche”, decía, “todas las actrices se quieren llevar un cabezón a su casa” (en referencia al apodo cariñoso que se da al premio). O: “Lo más parecido que tengo a una mujer es Joaquín, porque me aguanta a diario y es más inteligente que yo. También cobra la mitad”. Risas hubo las justas. Y menos aún tras el gag en el que Joaquín Reyes, que había desaparecido entre bambalinas, fingía vomitar al estilo niña de El exorcista sobre El Langui.
Luego lo dejaría claro Leticia Dolera, a la que Joaquín Reyes explicaba en otro gag lo que es un mansplaining (precisamente, que los hombres expliquen a las mujeres lo que ellas ya saben): “Os está quedando un campo de nabos feminista precioso”. La actriz Cristina Castaño, que presentaba un corto de animación y se marcó, de paso, un monólogo: “Este año los Goya lo presentan dos hombres. Está muy bien porque antes lo hacía uno”. Y, en el suyo, Pepa Charro insistía en los datos que, pese al triunfo de La librería, señalan que la igualdad está lejos: "De 135 nominados, 30 son mujeres. De esas 30, casi la mitad están nominadas como actrices. No hay mujeres en música, arte, animación, efectos... Por el mero hecho de ser mujeres, no están ahí". De las 17 categorías mixtas existentes, solo en seis ganó una mujer.
Handia podía quedarse con la dulzura de esos diez cabezones que le sitúan en el palmarés histórico de los premios de la Academia, o con la amargura de no haber conseguido alguno de los grandes galardones. La historia de Joaquín de Eleizegui, el gigante vasco que asombró con sus 2,30 metros a la sociedad del siglo XIX, demostraba que la leyenda local había sido también europea. Y los agradecimientos en euskera del equipo, quizás su mayor reivindicación, venían a decir lo mismo. Ninguna de las tres películas más premiadas está rodada en castellano: Verano 1993 (Estiu 1993) sucede en el catalán de La Garrotxa y La librería, en el inglés de Suffolk.
Si la edición de los Goya de 2017 había sido criticada por su homogeneidad (Tarde para la ira, El hombre de las mil caras, Que Dios nos perdone... todos thrillers con protagonistas masculinos), la de 2018 ha presumido de cierta heterogeneidad. Eneko Sagardoy, mejor actor de reparto por Handia, le dedicaba su cabezón además a “esos que no se sienten entendidos, por esas identidades incomprendidas y esos cuerpos raros. ¡Que vivan!”. El filme, desde luego, es una rareza: 3,5 millones de euros de presupuesto (cuando la media del cine español ronda el millón), en euskera, sobre una leyenda considerada local y ambientada en el siglo XIX. Tampoco es normal la historia de Verano 1993, debut premiado en la Berlinale que acaba llegando a un millón de espectadores. Ni La librería, aunque solo sea por la internacionalidad, que en la industria española parece estar reservada a unos pocos.
La victoria compartida supo durante toda la gala a derrota, aquel irse "de vacío" que vaticinaba Coixet. Y hubo protesta más protesta que celebración. En las palabras de Nora Navas, vicepresidenta de la Academia de cine: “Derrotando la desigualdad de género derrotaremos el monstruo de la violencia contra las mujeres. Y debemos lograrlo todos juntos. Todas juntas”. Aplausos y abanicos rojos en alto. El discurso presidencial debería haberlo hecho Yvonne Blake, cabeza de la Academia, pero sigue convaleciente tras el ictus que sufrió a principios de enero. La recordaba Navas y Mariano Barroso, también vicepresidente. Y recordaban también a las trabajadoras de la industria: “También necesitamos directoras, montadoras, guionistas, sonidistas, directoras de fotografía, scripts, compositoras... en igualdad de número que los hombres”. Tenían que hacer también la que sería la única referencia de la noche al IVA cultural que, como decían, sigue “al 21% a pesar de las promesas y anuncios oficiales de que bajaría”.
E incomodidad. Con los desafortunados sketches de los creadores de Muchachada Nui, que ponían a musas a susurrar a autores en una gala en la que precisamente se reivindicaba que las mujeres son algo más que una inspiración. O con que el premio a mejor corto de animación se lo llevara Woody&Woody, sobre el cineasta estadounidense, al que las acusaciones de abuso sexual por parte de Dylan Farrow (hija adoptiva de Mia Farrow), de entonces solo siete años, han puesto en el punto de mira. “Solo tengo una certeza sobre el protagonista de nuestro corto”, decía la productora y guionista Laura Gost, “que Woody Allen es un autor genial y una pieza indispensable de la historia del cine”. Las feministas asturianas (entre otras), que pidieron que se retirara la escultura en su honor que hay en Oviedo, se revolverían en sus sofás.
Cuando Paula Ortiz entregaba el Goya a Carla Simón, le susurró: “Todas somos tú ahora mismo”. Lo mismo le podría haber dicho a Coixet. El siguiente paso sería que no haya solo dos plazas disponibles para la amplia “mitad del mundo”.
Lista completa de ganadores
Película
El autorVerano 1993HandiaLa libreríaVerónica
La librería
Dirección
Manuel Martín Cuenca, por El autor
Aitor Arregi y Jon Garaño, por Handia
Paco Plaza, por Verónica
Isabel Coixet, por La librería
Guion original
Pablo Berger, por Abracadabra
Carla Simón, por Verano 1993
Aitor Arregi, Andoni de Carlos, Jon Garaño y José Mari Goenaga, por Handia
Fernando Navarro y Paco Plaza, por Verónica
Guion adaptado
Alejandro Fernández y Manuel Martín Cuenca, por El autor
Agustí Villaronga y Coral Cruz, por Incierta gloria
Isabel Coixet, por La librería
Javier Ambrossi y Javier Calvo, por La llamada
Actriz protagonista
Maribel Verdú, por Abracadabra
Emily Mortimer, por La librería
Penélope Cruz, por Loving Pablo
Nathalie Poza, por No sé decir adiós
Actor protagonista
Antonio De la Torre, por Abracadabra
Javier Gutiérrez, por El autor
Javier Bardem, por Loving Pablo
Andrés Gertrúdix, por Morir
Actriz de reparto
Adelfa Calvo, por El autor
Anna Castillo, por La llamada
Belén Cuesta, por La llamada
Lola Dueñas, por No sé decir adiós
Actor de reparto
José Mota, por Abracadabra
Antonio de la Torre, por El autor
David Verdaguer, por Verano 1993
Bill Nighy, por La librería
Dirección novel
Sergio G. Sánchez, por El secreto de Marrowbone
Carla Simón, por Verano 1993
Javier Calvo y Javier Ambrossi, por La llamada
Lino Escalera, por No sé decir adiós
Actriz revelación
Ariana Paz, por El autor
Bruna Cusi, por Verano 1993
Itziar Castro, por Pieles
Sandra Escacena, por Verónica
Actor revelación
Pol Monen, por Amar
Eneko Sagardoy, por Handia
Eloi Costa, por Pieles
Santiago Alverú, por Selfie
Música original
Pascal Gaigne, por Handia
Alberto Iglesias, por La cordillera
Alfonso de Vilallonga, por La librería
Chucky Namanera (Eugenio Mira), por Verónica
Canción original
“Algunas veces”, de José Luis Perales, por El autor
“Feeling lonely on a sunday afternoon”, de Alfonso de Vilallonga, por La librería
“La llamada
“Rap Zona hostil”, de Fenyxxx y Roque Baños, por Zona hostil
Montaje
David Gallart, por Abracadabra
Ana Pfaff y Didac Palou, por Verano 1993
Laurent Dufreche y Raúl López, por Handia
Bernat Aragonés, por La librería
Dirección de producción
Mireia Graell Vivancos, por Verano 1993
Ander Sistiaga, por Handia
Alex Boyd y Jordi Berenguer, por La librería
Luis Fernández Lago, por Oro
Dirección de fotografía
Santiago Racaj, por Verano 1993
Javier Agirre Erauso, por Handia
Jean Claude Larrieu, por La librería
Paco Femenía, por Oro
Dirección artística
Alain Bainée, por Abracadabra
Mikel Serrano, por Handia
Llorenç Miquel, por La librería
Javier Fernández, por Oro
Maquillaje y peluquería
Sylvie Imbert y Paco Rodríguez Frías, por Abracadabra
Ainhoa Eskisabel, Olga Cruz y Gorka Aguirre, por Handia
Eli Adánez, Sergio Pérez Berbel y Pedro de Diego, por Oro
Lola Gómez, Jesús Gil y Óscar del Monte, por Pieles
Diseño de vestuario
Paco Delgado, por Abracadabra
Saioa Lara, por Handia
Mercè Paloma, por La librería
Tatiana Hernández, por Oro
Sonido
Daniel de Zayas, Pelayo Gutiérrez y Alberto Ovejero, por El autor
Sergio Bürmann, David Rodríguez y Nicolas de Poulpiquet, por El bar
Iñaki Díez y Xanti Salvador, por Handia
Aitor Berenguer, Gabriel Gutiérrez, Nicolas de Poulpiquet, por Verónica
Efectos especiales
Jon Serrano y David Heras, por Handia
Reyes Abades e Isidro Jiménez, por Oro
Raúl Romanillos y David Heras, por Verónica
Reyes Abades y Curro Muñoz, por Zona hostil
Película documental
CantábricoDancing BeethovenMuchos hijos, un mono y un castilloSaura(s)
Muchos hijos, un mono y un castillo
Película de animación
DeepNur eta Herensugearen tenpluaTadeo Jones 2: El secreto del Rey Midas
Tadeo Jones 2: El secreto del Rey Midas
Película iberoamericana
Amazona (Colombia)
Tempestad (México)
Una mujer fantástica (Chile)Una mujer fantástica
Zama (Argentina)
Película europea
C’est la vie (Francia)
Lady Macbeth (Reino Unido)
The square (Suecia)The square
Toni Erdmann (Alemania)
Cortometraje de ficción
Australia, dirigido por Lino Escalera
Baraka, dirigido por Néstor Ruiz Medina
Como yo te amo, dirigido por Fernando García-Ruiz
Extraños en la carretera, dirigido por Carlos Solano
Madre, dirigido por Rodrigo SorogoyenMadre
Cortometraje documental
Los desheredados, dirigido por Laura FerrésLos desheredados
Primavera rosa en México, dirigido por Mario de la Torre
The Fourth Kingdom, dirigido por Adán Aliaga y Álex Lora
Tribus de la inquisición, dirigido por Mabel Lozano
Cortometraje de animación
Colores, dirigido por Arly Jones y Sami Natsheh
El ermitaño, dirigido por Raúl Díez
Un día en el parque, dirigido por Diego Porral
Woody&Woody, dirigido por Jaume CarrióWoody&Woody
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Goya de honor
Marisa Paredes
“El poeta García Lorca decía: ‘Yo denuncio a toda la gente que ignora a la otra mitad”. Lo recitaban las directoras Leticia Dolera y Paula Ortiz en la gala de los Goya. “Nosotras somos la otra mitad, la mitad del mundo”, seguían, blandiendo el abanico con el lema “#másmujeres” que la asociación de cineastas había repartido. Lo hacían para presentar el premio a la mejor dirección novel, único galardón de la noche del sábado que parecía claro: la favorita era Carla Simón por Verano 1993 (Estiu 1993) y fue ella quien se lo llevó. Fue la primera victoria de una gala extraña. Cuando todo apuntaba a que la ceremonia coronaría a Handia, tras diez estatuillas, Isabel Coixet salía, sorprendidísima (tanto como el público), a por su Goya a la mejor dirección por La librería. Y luego, redoble, mejor película: La librería.