¿Dónde están las mujeres?

Asunción Bernárdez Rodal

No es necesario ser especialista para darnos cuenta de que los medios de comunicación utilizan la imagen de las mujeres como reclamo visual. Y lo hacen en todos los géneros, medios y formatos. Y cuando un fenómeno se encuentra tan extendido y generalizado como este, corre el riesgo de pasar desapercibido o ignorado incluso por los y las profesionales de los propios medios.

A través de ellos creamos las ideas que tenemos sobre mundo que no conocemos de forma inmediata, pero también de ellos obtenemos claves para interpretar lo que vivimos en nuestros contextos cotidianos. No educan de una forma normalizada a las audiencias, pero sí les dan muchas de las claves con las que pensar sobre el sí-mismo y el mundo. Que esa influencia existe resulta obvio si hacemos una simple observación de nuestro entorno. Otro problema del todo insalvable es determinar de forma exacta o científica cómo los medios de masas influyen en el comportamiento humano. A menudo tendemos a echarles la culpa de todo… sin embargo, en cuanto a construcciones de género se refiere, los media no han hecho más que modernizar un sistema de representación simbólica que ya existía en nuestra cultura de lo que se supone que hace diferentes a los hombres y a las mujeres.

Este es un libro que intenta agrupar de forma crítica las herramientas (en este caso teorías e investigaciones) que tenemos a nuestra disposición para poder objetivar cómo los medios realizan una construcción disimétrica de los géneros respecto al desigual reparto del poder, y cómo se las arreglan para naturalizar esa disimetría. Con estas investigaciones hemos pretendido no tanto cuantificar lo que está ocurriendo, como explicar de forma cualitativa por qué los objetos culturales que se producen en las sociedades actuales son como son. Podemos hacer preguntas del tipo: ¿por qué sólo el 11 % de actrices en las películas son mujeres? ¿Por qué el 76% de las noticias del mundo hablan de lo que les ocurre a los hombres? ¿Por qué casi todas las voces de autoridad en el mundo de la información siguen siendo hombres, por mucho que las facultades estén llenas de mujeres? ¿Por qué los premios de cine, de teatro, de poesía, de novela… suelen recibirlos los hombres? ¿Por qué en la ficción abundan los hombres mayores que encandilan a mujeres jóvenes y no existe prácticamente el modelo contrario? Y así podríamos continuar un buen rato haciéndonos preguntas que tienen una explicación de orden estructural general y que sirve para entender cualquier desigualdad: existe una matriz histórica de pensamiento-acción en nuestras sociedades que reproduce un modelo disimétrico entre los géneros. El problema no es la disimetría, sino la diferencia de poder que se da entre sus elementos. Lo femenino, casi como ocurría en la antigua Grecia, sigue siendo representado como la versión débil, inacabada y accesoria de lo humano. La cultura mainstream está hecha masivamente por hombres y responde a sus inquietudes, deseos y egos masculinos.

Las cualidades y formas de nuestro material simbólico, de los cuentos y narraciones ficticias que hoy pueblan nuestros medios, son la continuidad de la existencia real de un mundo en el que las mujeres padecen los mayores niveles de pobreza, violencia y explotación. Las diferencias no las han creado los medios, pero sin dudan, contribuyen a dar una sensación de normalidad a un sistema de explotación que está ante nuestros ojos, pero no nos escandaliza. Porque los datos son escándalos: sobre economía, sobre participación política, sobre explotación sexual, sobre la producción de bienes simbólicos (información y ficción), sobre la participación en sectores tecnológicos, sobre las diferencias salariales, sobre las cargas familiares a asumir… pero no vale para nada que me pierda en enumeraciones. Los datos tienen que ser explicados, y la función de un pensamiento crítico es señalar hacia dónde pueden y deben corregirse las cosas.

El objetivo de este libro es aportar herramientas críticas ante los medios de comunicación, partiendo de los trabajos que han hecho sobre todo en nuestro país muchas investigadoras. Se habla de información, se habla de lenguaje no sexista, de publicidad, de televisión, de cine, de arte y activismo, de violencia de género, pero también se plantean las principales teorías críticas elaboradas en la reflexión teórica feminista sobre todo en lo relativo a la creación cultural. Es un libro que pretende cambiar el foco de atención, proponiendo salirse de la fascinación que nos producen las pantallas y aprender a mirar desde un ojo crítico que no se conforme con mirar la desigualdad como natural, deseable e inalterable. ¿El fin de todo esto? Que las personas que trabajen o interpreten los medios de comunicación aprendan a pararse ante cualquier producto cultural y se hagan la sencilla pregunta: ¿dónde están las mujeres?

  • Mujeres en medio(s). Propuestas para analizar la comunicación masiva con perspectiva de género, de Asunción Bernárdez Rodal. Fundamentos, Madrid, 2015.

*Asunción Bernárdez Rodal es doctora en Periodismo y directora del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid.  Asunción Bernárdez Rodal

No es necesario ser especialista para darnos cuenta de que los medios de comunicación utilizan la imagen de las mujeres como reclamo visual. Y lo hacen en todos los géneros, medios y formatos. Y cuando un fenómeno se encuentra tan extendido y generalizado como este, corre el riesgo de pasar desapercibido o ignorado incluso por los y las profesionales de los propios medios.

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