Después de tantos y tan largos meses de espera por fin ha llegado a las librerías la nueva novela de Almudena Grandes, la cuarta entrega de los Episodios de una guerra interminable —serie que consta de seis novelas de ecos galdosianos—, titulada Los pacientes del doctor García, una apasionante novela sobre el coraje, la determinación y la esperanza de aquellos que lucharon contra el fascismo aún a costa de sacrificar sus propias vidas. Una intensa historia de amistad entre dos hombres unidos por una impostura que dará sentido a sus vidas a la vez que les hará perder su identidad personal buscando un futuro mejor. Amor, intriga, sufrimiento y también la alegría como forma de resistencia —algo habitual en la obra de la autora—, en una ambiciosa y lograda apuesta que provocará de nuevo esa fascinación en el lector de conocer una historia de España que no nos habían contado, esa que no se ha narrado suficiente y que la excepcional labor de Almudena Grandes con esta serie de libros pretende rememorar y descubrir, haciendo oír la voz silenciada y enterrada de tantas personas olvidadas. ¿Cómo era el Madrid de los años cuarenta para los perdedores de la guerra tras la victoria franquista?
En 1936 el joven médico Guillermo García Medina atiende en el hospital San Carlos de Madrid a los heridos por las bombas fascistas que socavan Madrid y dejan miles de damnificados durante los atroces bombardeos sobre población civil al inicio de la guerra. Con la ayuda de un médico canadiense comienza a realizar las primeras transfusiones móviles de sangre y logra salvar la vida de muchos heridos, desahuciados de otra manera. Uno de ellos, Manuel Arroyo Benítez, diplomático del gobierno de la República, se convierte en su fraternal amigo y junto a él, deberá transitar un apasionante periplo de aventuras, cambiando sus identidades una vez perdida la guerra para sobrevivir. Serán espías e informadores, e intentarán infiltrarse dentro de la trama de huida de criminales del Tercer Reich a través de Madrid hacia Argentina creada por Clara Stauffer, falangista y nazi que dirige la organización desde su piso del barrio madrileño de Argüelles, contando con el apoyo de una intrincada y peligrosa red de criminales dispuesta a todo para fugarse a través de España una vez perdida la II Guerra Mundial. Una novela de espías trepidante narrada en varios tiempos y escenarios que aúna hechos reales e ignorados del franquismo para construir la epopeya de unos personajes que habitan por el destino de España, Argentina y Europa durante gran parte del siglo XX.
Esta es la conmovedora historia de una amistad entre dos hombres que arriesgaron sus vidas y perdieron su identidad luchando por un bien común, el tremendo relato de dos amigos que tuvieron que suplantar a otros para sobrevivir durante la guerra y en los primeros años del atroz franquismo. Es también la pesadilla de un tercer hombre, un patético boxeador enloquecido, enrolado en la división azul en la II Guerra Mundial para olvidar su pasado. La historia de otro perdedor luchando brutalmente por la supervivencia entre las ruinas de la guerra, acostumbrado a matar a inocentes y que es capaz de asesinar a sangre fría para poder sobrevivir con otro nombre y en otro lugar.
Una gran parte de la novela, contada en primera persona por el doctor García, profundiza en los retratos psicológicos de sus personajes, hablando sobre la derrota moral y el dilema de arriesgar la vida con cada elección viviendo el doloroso silencio de sus protagonistas:
“Me había salvado porque quería vivir, pero en aquel momento la vida me pareció un bien despreciable, un mezquino atributo de mi cobardía. Así, se fue abriendo paso en mi interior una fantasía semejante a la que no me había atrevido a cumplir mientras los soldados de Franco entraban en mi ciudad. Era tan sencillo como presentarme en el hospital al día siguiente, ir a ver a Paco Arrieta, dejarme detener y acabar en una cárcel, disfrutando de la compañía de miles de hombres con quienes lo había compartido casi todo, con los que podría empezar a compartir todo en absoluto y la promesa de la muerte, gracias a un único gesto de coherencia, de dignidad, de coraje. Hoy no lo haré, me dije a mí mismo, hoy no, porque estoy cansado, pero no corre prisa. Mañana o pasado, el resultado será el mismo…” “Quería vivir, prefería arrastrar una vida de impostura con un nombre falso a reivindicar mi propio nombre y afrontar las consecuencias.” (….) “Me sentía culpable de querer vivir, y esa culpa absorbía todos mis recuerdos, envilecía mi vida de principio a fin, me convirtió, en la espesa oscuridad de la noche, en un ser despreciable.”
Esta es una historia de impostores y de perdedores y de dignidad. Es el relato de la injusticia de los Aliados con España y su traición y abandono. Es también la narración de hechos poco conocidos, la connivencia del gobierno de Perón con la huida de los nazis tras el final de la guerra. Y también de cómo los americanos miraban para otro lado para criticar la dictadura de Franco por interés estratégico frente al enemigo comunista de la URSS. Y de la hipócrita actitud de la recién creada Naciones Unidas para cumplir con sus mandatos. O el aislamiento y olvido de miles de republicanos que tuvieron que huir en pésimas condiciones sin casi ayuda. El relato de los que todo perdieron, de los vencidos y humillados. La memoria de los que no pudieron escribir la historia, su historia. Su arriesgada y ambiciosa apuesta sale bien porque su oficio e intensidad están expuestos, trasparentes, en cada página de estas historias poderosas y envolventes que aúnan ternura y dolor, pero también alegría y orgullo:
“A punto de cumplir cuarenta años, había invertido casi la mitad de su vida en una lucha incesante contra la derrota, un fracaso que le había perseguido como un perro de presa de Ginebra a Londres, de Londres a Valencia, de Valencia a Madrid, y de vuelta a Valencia, a Ginebra, a Madrid para seguir su rastro hasta Buenos Aires sin dejar de invadir jamás el centro y los márgenes de todos sus horizontes. Cada mañana que despertaba al lado de Simona, era más consciente de que no había sido capaz de construir nada, ni una vocación, ni una casa, ni una familia, ninguna variedad una existencia plena, siquiera apacible. Por no tener, no conservaba ni su propio nombre. Lo había ido perdiendo de impostura en impostura, de pensión en pensión, en la larga sucesión de vidas prestadas, robadas, falsas, que resumían lo que debería haber sido la vida auténtica de Manuel Arroyo Benítez. En ese aspecto, su experiencia no era muy distinta de la mujer a la que amaba. Él también arrastraba la memoria de unos años frustrados, consumidos en vano, no tan crueles, pero más largos e igual de inservibles.”
Los pacientes del doctor García es un thriller, una novela de espías con una trama en la que se cruzan las vidas de múltiples personajes, marca de la casa como las que pergeñó la escritora en su novela anterior, Las tres bodas de Manolita, donde nos relataba con pasión de cronista los comienzos de la resistencia a la represión franquista en la posguerra, gran parte en Madrid como este nuevo libro de la serie. No es solo novela histórica como decíamos, son varios géneros a la vez con su particular y envolvente escritura. Junto a esta trama, la novela está llena de referencias históricas muy concretas, reales, que la autora intercala y dosifica en breves capítulos en tercera persona. La novela, por tanto, es también un homenaje narrativo al Galdós de los Episodios Nacionales, donde se mezclaba la trama novelesca con la crónica histórica. No en vano la novela comienza con una cita, el poema Díptico español, de Desolación de la quimera, de Luis Cernuda en el que el poeta homenajea a Galdós, y la autora, a los dos: “Como él tolerante de lealtad contraria / según la tradición generosa de Cervantes, / heroica viviendo, heroica luchando / por el futuro que era el suyo, / no el siniestro pasado al que a la otra han vuelto. / Lo real para ti no esa España obscena y deprimente / en la que regenta hoy la canalla / sino esta España viva y siempre noble / que Galdós en sus libros ha creado”.
Es esta mezcla entre lenguaje popular y el lenguaje de crónica, el lector encuentra refugio y verosimilitud a su propia cotidianidad. Almudena Grandes, que posee el don de narrar con intensidad las emociones con su estilo propio, hace de Los pacientes del doctor García una de las novelas más importantes por su equilibrio narrativo, y por su capacidad de poner a prueba a sus personajes hasta el extremo, en un espacio extraño, del que no pueden huir pues son coherentes con sus decisiones. Eso obliga al elenco de hombres y mujeres que transitan por el libro a crecer, a sentir y a descubrir lo que quieren en un entorno que no han elegido, obligándoles, incluso, a perder su identidad. El despertar de la madurez, el fracaso sentimental y familiar, la sensación de no pertenencia y de la aceptación de un vacío prematuro se entremezclan con el riesgo de elegir, por conciencia, lo correcto ante la ferocidad del franquismo, pero viviendo con toda la intensidad posible la mínima felicidad.
No hay en la actualidad narradora más minuciosa y directa a la vez. Divulgadora de las crueldades de la dictadura de Franco y de sus tripas y maquiavélicos planes siempre con la muerte y la venganza como estandartes. Quizá la importancia de esta novela no radique solo en su hábil trama sino en la importancia de los pequeños detalles, en las historias detrás de la gran Historia que pocos conocen, y ahí es dónde Almudena Grandes se hace fuerte como torrencial narradora de cada hecho, de cada breve encuentro con su detallada descripción y sus matices hace que el lector entienda la descomposición moral de un régimen enfermo de un mal incurable. Leer este ciclo de novelas permite conocer nuestra infame y reciente historia pero también te hace pasar por todo tipo de estados emocionales, la rabia, el dolor, la alegría, el orgullo, el estremecimiento, la compasión y además, entretenerte hasta el final con un lenguaje cercano y a la vez poético, con su dominio peculiar del lenguaje del amor y la alegría aún en las peores condiciones.
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Lean y disfruten, aunque sufran con los avatares de estos personajes inolvidables. Cerraremos el libro con la pena de saber que hasta dentro de casi dos años no habrá otro episodio de la guerra interminable y que ya solo quedan dos para terminar un ciclo que será recordado para siempre por su brillantez, su magnitud y su certera narrativa reflejo de una época atroz en la historia de España.
*Pablo Bonet es poeta y librero de guardia en la librería Muga. Pablo Bonet librería Muga
Después de tantos y tan largos meses de espera por fin ha llegado a las librerías la nueva novela de Almudena Grandes, la cuarta entrega de los Episodios de una guerra interminable —serie que consta de seis novelas de ecos galdosianos—, titulada Los pacientes del doctor García, una apasionante novela sobre el coraje, la determinación y la esperanza de aquellos que lucharon contra el fascismo aún a costa de sacrificar sus propias vidas. Una intensa historia de amistad entre dos hombres unidos por una impostura que dará sentido a sus vidas a la vez que les hará perder su identidad personal buscando un futuro mejor. Amor, intriga, sufrimiento y también la alegría como forma de resistencia —algo habitual en la obra de la autora—, en una ambiciosa y lograda apuesta que provocará de nuevo esa fascinación en el lector de conocer una historia de España que no nos habían contado, esa que no se ha narrado suficiente y que la excepcional labor de Almudena Grandes con esta serie de libros pretende rememorar y descubrir, haciendo oír la voz silenciada y enterrada de tantas personas olvidadas. ¿Cómo era el Madrid de los años cuarenta para los perdedores de la guerra tras la victoria franquista?