Los libros

'La uruguaya': Crisis de los 40

La uruguaya, de Pedro Mairal.

Pablo Bonet

La uruguayaPedro MairalLibros del AsteroideBarcelona2017La uruguaya

 

Pedro Mairal, escritor argentino que nos impactó con su novela Salvatierra, una obra poderosa y poética en la que describía con minuciosidad la vida de una familia marcada por el drama y el arte, vuelve con La uruguaya a escribir una novela corta que nos adentra en la vida de un escritor, Lucas Pereyra, de 44 años en plena crisis existencial que escribe una larga carta de amor a su mujer, explicándole, como una confesión descarnada, lo que nunca le había contado, sus sentimientos, su verdad desnuda. Solo al final entenderemos sus motivos, puesto que el protagonista inicia su relato en primera persona contándonos cómo prepara un viaje a Montevideo para recoger un dinero que le adeudan por su trabajo como escritor y no tener que tributar en Buenos Aires. Allí tiene previsto encontrarse con su amante, Guerra, menor que él, con la que todavía no ha logrado consumar su deseo, y lo que se presenta como un apacible viaje para poder al fin, encontrarse con su amada a la que había conocido en otro viaje y cobrar un dinero pendiente, se convertirá en una jornada llena de sorpresas e inconvenientes que le harán reflexionar profundamente respecto a su periplo vital. Mairal nos atrapa desde las primeras líneas,  con su narrativa en apariencia sencilla pero pulida hasta el límite, vibrante e intensa, en una historia intimista de amor y secretos que se lee de un tirón.

La uruguaya refleja una crisis generacional, la que se suele sufrir en torno a los 40 años cuando se han tenido hijos y la relación de pareja se tambalea, por los silencios y sospechas, por las imposturas familiares, por los sueños en común que se separan, por los lugares que uno anhelaba conquistar y se perdieron en el camino. Porque Mairal escribe también sobre la quiebra del paradigma de un tipo de familia clásica y los problemas de la clase media acomodada que va deteriorando sus condiciones, siempre con humor e ironía como en este párrafo en el que describe la fragilidad de ser padre, las renuncias que conlleva y lo que supone:

 

“Vos sabés que adoro a mi hijo. Lo quiero más que a nadie en el mundo. Pero a veces me agota, no tanto él sino mi constante preocupación por él. A veces pienso que no tendría que haber tenido un hijo a esta edad. Es horrendo pensarlo, pero se me llenó la vida con un miedo de que me pase algo y se quede huérfano, que le pase algo a él, que te pase algo a vos. Es una nueva fragilidad, un lado vulnerable que no conocía. Quizá a los padres más jóvenes no les pasa. A mi me da terror a veces. Cuando corre hasta la esquina y no lo alcanzo y le pego el grito sin saber si va a frenar. Tendría que haber un curso para criar hijos. Tanto curso de preparto y después nace y cuando llegás a tu casa por primera vez no sabés ni dónde ponerlo. ¿Dónde lo apoyás, en qué parte de la casa va ese viejito mínimo, ese haiku de persona? Nadie te enseña. Nadie te advierte lo duro que es no dormir, renunciar a vos mismo cada rato, postergarte.”

El protagonista vive la familia egoístamente en cierta medida como un drama que coarta su libertad,  frustrado, analizando y proponiendo finalmente otros modelos posibles de familia por su propia experiencia. Además la infidelidad, muy reflexionada a través de varios meses preparándola, es un escape a su propia opresión personal, una proyección de placer en medio de la rutina y las obligaciones, y aquí también reflexiona sobre el trabajo precario y las condiciones laborales que llevan a la corrosión del carácter. Mairal mezcla la acción y la intriga con ternura y humor recorriendo sus páginas hasta el imprevisto giro final, dónde las dudas, el temor, los celos o la culpa se apoderan de Pereyra para contarnos en unas últimas páginas memorables el aprendizaje de la derrota y de los peajes de los caprichos, todo narrado en 24 horas. Una novela urbana, redonda y generacional en la que muchos lectores podrán analizarse y sacar conclusiones con una media sonrisa en los labios.

Autoparodia de un cuarentón

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*Pablo Bonet es poeta (Pablo BonetImaginemas, Editorial Adeshoras) y librero de guardia en la Librería Muga. Librería Muga

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