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El mayor espectáculo daliniano

Una laberíntica espiral, una suerte de serpiente enroscada sobre sí misma, construida a base de cientos de pacientes y, como la memoria, persistentes personas sirvió ayer de despedida a la que ha sido la exposición más exitosa de la historia del Reina Sofía de Madrid e indudable acontecimiento museístico del año: Dalí. Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas, organizada junto al Centro Pompidou de París, en colaboración con el Salvador Dali Museum Saint Petersburg (Florida), y comisariada por Montse Aguer. Desde la inauguración de la muestra el pasado 26 de abril, que desembarcó en la capital con anterior parada en París, más de 730.000 espectadores, según datos facilitados por el propio museo, han podido ver de cerca unos dos centenares de piezas del maestro surrealista catalán fallecido en 1989, entre pinturas, películas, esculturas, objetos y otras producciones.

Furor popular por Dalí

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La cifra de espectadores en Madrid –exactamente 732.339-, es ligeramente inferior a la de París, donde se registraron 790.000 visitas. Mientras que el museo francés decidió mantener sus puertas abiertas durante toda la noche en los últimos días de la muestra, dada la masiva afluencia de público, en el caso español solo se amplió el horario hasta las 11 de la noche durante las dos últimas semanas, y excepcionalmente hasta la 1 de la madrugada el pasado sábado. La media de visitantes diarios, entre 6.500 y 7.000 según la organización, se ha repartido a medias entre público nacional y extranjero, que ha pagado entradas de ocho euros por asistir a este gran espectáculo daliniano, también con horarios gratuitos al final de la jornada y los domingos.

“La fascinación popular por Dalí”, explicó a infoLibre la comisaria Montse Aguer, “obedece al carácter genial e imaginativo de su obra. El pintor fue capaz de adelantarse a su tiempo y de crear un personaje que conectó con todo tipo de públicos. Ese rasgo explicaría que las generaciones jóvenes de hoy aprendan y se diviertan con los cuadros, los dibujos o las creaciones cinematográficas de Dalí. En su época, al igual que ahora, el pintor no deja indiferente a nadie”. Tal fascinación y tal fervor popular, no obstante, fueron puestos en cuestión por el propio director del centro, Manuel Borja-Villel, quien criticó la conversión del público en “una masa sumisa que se reúne alrededor de un líder, héroe o ídolo”.

Entre las obras del ampurdanés presentes en la exposición, que el museo ha calificado como “una de las más completas” realizadas hasta el momento sobre el artista, destacan celebérrimas pinturas como El gran masturbador, La persistencia de la memoria o Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertarEl gran masturbador, La persistencia de la memoria Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar, películas como Destino, un corto realizado mano a mano junto a Walt Disney, Un perro andaluz, dirigida por Luis Buñuel, anuncios comerciales, esculturas y otros objetos atesorados por el Reina Sofía y por instituciones internacionales de primer orden como el MoMA de Nueva York, el Philadelphia Museum of Art, la Tate Modern londinense y los Musées Royaux des Beaux-Arts de Bélgica.

Una laberíntica espiral, una suerte de serpiente enroscada sobre sí misma, construida a base de cientos de pacientes y, como la memoria, persistentes personas sirvió ayer de despedida a la que ha sido la exposición más exitosa de la historia del Reina Sofía de Madrid e indudable acontecimiento museístico del año: Dalí. Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas, organizada junto al Centro Pompidou de París, en colaboración con el Salvador Dali Museum Saint Petersburg (Florida), y comisariada por Montse Aguer. Desde la inauguración de la muestra el pasado 26 de abril, que desembarcó en la capital con anterior parada en París, más de 730.000 espectadores, según datos facilitados por el propio museo, han podido ver de cerca unos dos centenares de piezas del maestro surrealista catalán fallecido en 1989, entre pinturas, películas, esculturas, objetos y otras producciones.

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