"Somos memoria de este país": El Último de la Fila se sube a los escenarios tras casi 30 años separados
Como si no hubiera pasado el tiempo, decenas de fans y medios se apiñan en la primera fila frente a un pequeño escenario del parque madrileño del Retiro. De fondo, la fotografía en blanco y negro de un joven músico Quimi Portet junto al cantante Manolo García, integrantes de la banda de pop-rock española El último de la Fila, que triunfó a finales de los 80 y en la década de los 90. Los dos aparecen entre telones negros, ahora con los rostros marcados por el paso del tiempo, pero la misma esencia de siempre: sencillos, claros, muy cercanos a su público. "Nosotros somos una banda de las muchas que ha habido que, por suerte, han pasado a la memoria popular de nuestro país", se presenta el vocalista del grupo
"El último de la Fila siempre ha estado presente", ha sido la frase que ha utilizado Juan Ochoa, periodista y presentador del evento. De fondo, unas 70 personas asienten ante tal afirmación con sus móviles en la mano, capturando un momento histórico para la música española: el grupo vuelve a la escena musical. "Creemos que va a ser algo muy agradable, bonito, emocionante", comenta García.
La banda se disolvió en 1998, pero desde entonces ambos artistas han continuado sus carreras en solitario. Ahora, vuelven unidos con 24 canciones nuevas, pero con la misma esencia de siempre. "Vamos a intentar que El Último de la Fila recupere el sonido que tenía", comenta el guitarrista. Y preguntados por si van a intentar adaptarse a los nuevos tiempos, Portet responde claro: "Nos dedicamos a la música popular de la forma que la sentimos, no de la manera que nos exige un mercado o un público concreto".
Si hay algo que caracteriza al grupo, mas allá del sonido, es que no hay El Último de la Fila sin "reivindicación". "Siempre hemos defendido la idea de que la música sea un 100% de calidad musical y un 100% de calidad literaria. Venimos de una época de mucha reivindicación, y es por ello que para nosotros los textos aportan", dice Portet. Y ya no solo con sus letras, con cada acto, con cada gesto, tratan de ser coherentes con sus ideas, también a la hora de poner precios a las entradas, que se podrán adquirir a partir de este 29 de mayo en Ticketmaster.
"Los precios de las entradas los hemos puesto nosotros, irán de 65 a 90 euros y, si suben en la reventa, lo lamentaremos muchísimo", asegura Portet. "Somos un grupo popular, malo sería que predicasemos una cosa y luego hiciéramos otra (...) Podríamos aprovecharnos de la nostalgia, de que hay mucha gente con ganas de nuestra vuelta, pero no sería justo", añade García. "Hay una multitud de personas que lo pasan mal en nuestro país para llegar a final de mes, poner unos precios muy altos sería burlarnos de ellos".
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En total darán nueve conciertos desde abril hasta junio de 2026 en Fuengirola, Barcelona, Roquetas de Mar, Madrid, Bilbao, A Coruña, Avilés, Sevilla y Valencia. Por el momento, no esperan que se surjan nuevas fechas, "aunque nunca se sabe", pero sí aclaran que prefieren que esta se una gira "corta, como una reunión de antiguos amigos en la que haces una paella y te diviertes recordando viejos tiempos". "No queremos ser esclavos del éxito, porque eso nos aleja de nuestras vidas personales", zanja García, que explica así los motivos por los que evitan alargar el tour.
Entre el público surgen entonces preguntas sobre cómo serán los conciertos. "¿Tocaréis alguna canción de las antiguas?", pregunta una periodista. A lo que ambos músicos, como buenos enigmáticos artistas, responden que no pueden "dar muchos detalles" de la actuación, más allá de una pequeña declaración de intenciones de Portet: "Alguna canción caerá de Los Burros", el grupo con el que los artistas comenzaron su andadura.
En los tiempos que corren, pueden cambiar muchas cosas hasta volver a ver a El Último de la Fila en directo. Pero una cosa tienen clara: "Nuestras expectativas son las que son, llegar a los corazones de la gente", asegura Portet. "Eso es", reafirma García.
