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Dicen que los españoles no leemos, o que leemos poco. Y a lo peor es cierto. Al menos tan cierto como que, a juzgar por la gran cantidad de citas consagradas al libro que la primavera ofrece, nos encanta pasear atraídos por un objeto que, insisten las encuestas, despreciamos.

Pues bien, a ese abigarrado calendario de encuentros entre autores, editores y lectores se añade, desde este año, una nueva cita cuyos impulsores nos piden no sólo que leamos: quieren que nos comprometamos.

Esta semana se ha presentado en Barcelona "Literal. Feria de ideas y libros radicales", que se abrirá el último fin de semana de mayo y que nace para reivindicarse frente al mundo editorial basado en el gremialismo y plantar cara a esos editores que editan libro político con fines mercantilistas: el libro que protagonizará la feria es diferente a aquel que llega a un nicho de mercado progresista o radical, es una herramienta de una comunidad de lucha, una herramienta de la acción colectiva.

"La iniciativa surge en un momento en el que el mundo editorial está sufriendo una profunda crisis, que nadie puede negar, y que exige salirse de ciertos marcos clásicos, como las ferias tipo Liber, basadas en un gremialismo que, aparte de obsoleto es engañoso, ya que en el fondo suelen estar pensadas para la gran industria editorial", nos dice uno de sus impulsores, Miguel Martín, de Virus Editorial. En este sentido, se proponen acoger, "dentro de una pluralidad bastante amplia, a editoriales y librerías que, con diferentes trayectorias, hemos apostado desde hace tiempo por unos contenidos en los que la crítica social y el ensayo crítico en sus diferentes vertientes, son la columna vertebral. Literal puede darnos una visibilidad que nos niegan aquellas ferias de carácter falsamente neutro".

Insisten en que eventos consolidados tipo Sant Jordi y el Día del Libro, la Feria del Libro de Madrid o la Setmana del Llibre en Català, han derivado en meros acontecimientos de masas con escaso contenido, por lo que en un momento de repolitización social como el presente es importante crear, recalca otro de los promotores, Simón Vázquez, de Tigre de Paper Edicions, un espacio para las editoriales políticas independientes, un espacio que actualmente no existe porque "los diversos espacios generalistas no nos representan, o nos representan poco".

El auge del libro político (otra vez)

En infoLibre hemos glosado ya la proliferación de libros de actualidad realizados por encargo, también la de libros que denuncian las injusticias sociales y concluyen en la necesidad de transformar la realidad. Y hemos subrayado la paradoja que supone el que muchos de esos textos sean publicados por grandes conglomerados multinacionales por completo ajenos a la filosofía política que los libros exponen.

"Literal se enmarca dentro de una larga batalla de ideas por defender valores contrahegemónicos, y conseguir abrir un espacio en las ideas dominantes –señala Vázquez–. No tenemos que criticar a nadie, lo que no se puede entender a la izquierda y los movimientos como nichos de mercado del capital. Las editoriales que participan de este proyecto y del libro político son empresas y de ellas dependen sueldos y puestos de trabajo, pero son también y sobre todo herramientas del cambio social y político que está viviendo nuestra sociedad. Y no publicamos libro político para estar al margen sino para ser también protagonistas de este cambio."

En su ADN encontramos, ya lo leen, la denuncia de una industria cultural en la que, dice Miguel Martín, "las lógicas mercantiles han empapado cualquier proceso de creación en tal medida que se ha dado un proceso de absorción brutal en la que el pensamiento más subversivo se convierte en una buena fuente de plusvalías". Propone como caso el estudio el de las televisiones: el hecho de que un mismo grupo empresarial sea dueño de Antena 3 y La Sexta, y otro posea Telecinco y Cuatro, "es la cristalización de un modelo de explotación comercial que se gesta desde la Transición y que hoy está en su punto más álgido. Es objeto de explotación comercial hasta nuestra ideología; Atresmedia, por ejemplo, se alimenta de un monopolio que abarca de la extrema derecha a la izquierda más o menos radical, y eso vale tanto para la televisión como para el mercado editorial, como muestra el grupo Planeta".

Conscientes de que vivimos en una sociedad de mercado que nos condiciona, desde "la modestia de nuestras posibilidades, intentamos generar dinámicas en las que nuestro trabajo editorial rompa esa mercantilización total".

Siempre dentro de ese nivel modesto, atraviesan un momento dulce, en la medida en la que el cambio político requiere un alimento que ellos están en condiciones de proporcionar. La pregunta es si el tipo de edición que defienden, que ha crecido espoleado por la crisis, sobrevivirá cuando las cosas vuelvan a su cauce... "El tipo de edición que defendemos forma parte de ese descontento, aprende de él, recoge cosas, se las devuelve y le aporta lo que sabe, puede y tiene. La pregunta es –corrige Martín– si sobreviviremos a las lógicas depredadoras del mercado".

Recogiendo frutos

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En ese sentido, llama nuestra atención sobre la evolución en las dos últimas décadas de proyectos como el suyo (que cumplirá 25 años en 2016) que se han desarrollado cuando publicar memoria histórica y ensayo crítico desde una perspectiva libertaria era un mal negocio, y sobre el crecimiento de las librerías asociativas. "Eso quiere decir que, a la vez que somos proyectos precarios respecto a las imposiciones de ciertas lógicas y tendencias del mercado, tenemos raíces muy fuertes en otros aspectos: una comunidad de lectores muy sólida, los movimientos sociales de los que formamos parte o las lógicas de sostenibilidad de nuestros proyectos, por citar sólo algunos aspectos, nos hacen fuertes."

En esta idea están, de momento, editoriales como las dos citadas y otras más (Atrapasueños, Bang, Bellaterra, Canoa, Fundación Engels, Gedisa, Hoja de Lata, Icaria, Laertes, Lo diable gros, Pol·len, Siembra, Saldonar , Takatuka, Traficantes de Sueños, Txalaparta, Viento Sur, Yulca...), librerías y medios de comunicación la mayoría de los cuales desempeñan su labor en Barcelona, donde, apunta Simón Vázquez, "las sinergias dentro del mundo del libro editoriales y librerías críticas son muy buenas".

En cuanto al hecho de que la cita coincida con el inicio de la Feria del Libro de Madrid... "No es un problema, ya que la mayoría de las editoriales que participarán no van a Madrid. Y si van lo ven como una oportunidad de que en la misma semana pueden mover a autores entre las dos capitales".

Dicen que los españoles no leemos, o que leemos poco. Y a lo peor es cierto. Al menos tan cierto como que, a juzgar por la gran cantidad de citas consagradas al libro que la primavera ofrece, nos encanta pasear atraídos por un objeto que, insisten las encuestas, despreciamos.

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