Cultura

¿Nuevos horizontes o estrategia comercial? El Thyssen se cuela en el videojuego 'Animal Crossing'

El museo Thyssen-Bornemisza en el videojuego de Nintendo Switch 'Animal Crossing: New Horizons'
  • Este artículo está disponible sólo para los socios y socias de infoLibre, que hacen posible nuestro proyecto. Si eres uno de ellos, gracias. Sabes que puedes regalar una suscripción haciendo click aquí. Si no lo eres y quieres comprometerte, este es el enlace. La información que recibes depende de ti.

El museo es uno de los lugares más apreciados de Animal Crossing (para quién todavía desconozca en qué consiste este videojuego, respuesta aquí). En New Horizons, la versión más reciente de la franquicia -disponible en Nintendo Switch-, este espacio ofrece diversas posibilidades. El personaje creado por el jugador puede completar el museo cumpliendo con las duras exigencias de Sócrates, el búho-curador. El interés de Sócrates es principalmente biológico. Solicitará al protagonista un ejemplar de todas las especies de peces y bichos y de los distintos tipos de fósiles existentes en el juego.

En una actualización posterior al lanzamiento del videojuego el pasado 20 de marzo, el museo incorporó la galería de arte. Con él llegó Ladino, el honrado. Un zorro –literal y figuradamente- que intentará vender pinturas a tu personaje a precios más o menos desorbitados. Una vez las obtengas, deberás desplazarte al museo y mostrárselas a Sócrates. Los originales se incorporarán a la galería, pero cuidado: Ladino puede encasquetarte falsificaciones que Sócrates rechazará tajantemente.

Estas divertidas dinámicas son un ejemplo del museo incorporándose al videojuego, pero ahora las tornas han cambiado: es el museo el que ha querido introducirse en Animal Crossing: New Horizons. En concreto, el Thyssen-Bornemisza, que ha creado su propia isla virtual en el juego de Nintendo. Lo ha hecho a través de una iniciativa de EducaThyssen, el área educativa del centro de arte.

En la web de EducaThyssen, así como en su canal de YouTube, la institución ha publicado una serie de vídeos que permiten conocer en detalle diversos artistas y cuadros, además de algunas de las instalaciones más destacadas del museo. El jardín o la cafetería del Thyssen se convierten en lugares accesibles desde el sofá de casa.

Pero eso no es todo: los jugadores también podrán incorporar obras del museo a sus propias islas de Animal CrossingAnimal Crossing. El funcionamiento es sencillo. Tan solo hay que descargar grandes obras de arte de la historia a través de diversos códigos QR. Goya, Caravaggio, Degas, Hopper, Manet, Rubens o Cézanne estarán al alcance de un clic a través de NookLink –nombre que homenajea al mítico Tom Nook, el gran propietario especulador del videojuego-.

Desde el propio museo afirman que este proyecto, bautizado El Thyssen en Animal Crossing, forma parte de una serie de acciones educativas que buscan acercar el museo a un público más joven "con el propósito de fomentar la sensibilidad hacia el arte y la cultura". El interés por este público concreto se hace patente cuando desde su propia web llaman a los jugadores a solicitar nuevas obras disponibles o compartir las que ya han adquirido para sus islas a través de Twitter.

¿Una esperanza para el museo en un momento crítico?

Animal Crossing: New Horizons salió al mercado en medio de una pandemia mundial que ya había confinado países como España. Sin embargo, lejos de resentirse por contratiempos como las dificultades en la adquisición de copias físicas en tienda o la crisis económica que siguió a la sanitaria, el videojuego logró unas ventas estratosféricas. Entre los meses de marzo y junio, la gran apuesta de Nintendo en 2020 rozó los 22,5 millones de unidades vendidas.

Una situación que contrasta con las enormes dificultades del sector museístico, y de la cultura en su conjunto. Quizá aprovechar la dinámica de experiencias virtuales e interactivas de probado éxito puede ser un camino interesante a explotar. Especialmente si la educación tiene un papel primordial.

Sin embargo, es ingenuo comparar el sector de los videojuegos con el museo. Ambos atraviesan momentos históricos radicalmente distintos, tanto desde el punto de vista económico como del social. Además, la presencialidad continúa siendo un elemento clave en el arte. Para modificar esta circunstancia serían necesaria estrategias de un calado mucho mayor que esta acción puntual.

El mundo de la danza recuerda a la diva Alicia Alonso en el centenario de su nacimiento

Uno de los más importantes defensores de propuestas encaminadas a producir cambios profundos es el filósofo y museólogo francés Bernard Deloche, autor de El museo virtual: hacia una ética de las nuevas imágenes (2001). "El verdadero museo probablemente sea solo virtual, es decir, enteramente imaginario", afirma Deloche en una cita recogida curiosamente en la propia web de EducaThyssen.

Pero conviene ser cautos. Especialmente si uno observa el importante componente promocional que tienen iniciativas como esta. El Thyssen-Bornemisza no ha sido la primera marca que ha dejado verse en Animal Crossing: New Horizons. Las firmas de moda han aprovechado asiduamente el escaparate del videojuego. Givenchy, Valentino o Marc Jacobs, entre otros ejemplos, han lucido modelitos en millones de Switch de todo el mundo.

Si queremos que la frase de Deloche siga vigente en el futuro y el museo alcance el cénit de sus posibilidades imaginativas, puede que sea necesario apostar por un museo interactivo y virtual. Pero también que vaya más allá de una pose para Instagram.

Más sobre este tema
stats