Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo (de los animales)

Hay anécdotas maritales de los animales que podrían ser la envidia de más de un ser humano. La mantis religiosa, por ejemplo, sólo se ve con los machos en las épocas de apareamiento, y tras el acto sexual, si le apetece, se los come. Los zánganos son alimentados por las abejas hembras y su función en la colmena consiste en fecundar a la abeja reina, que sólo se va de picos pardos una vez en su vida. Y ya no hablemos de los caracoles, animales hermafroditas que, aunque no se fertilizan a sí mismos, tienen la ventaja de que se pueden aparean con el primer miembro de su especie que aparezca sin importar el género.

La actriz Isabella Rossellini (Roma, 1952) presenta en España Green porno, live on stage un hilarante monólogo sobre las aventuras conyugales de los animales más diversos. El adjetivo green en el título, verde en inglés, es una alusión a la naturaleza, ya que Rossellini no estaba al tanto de las connotaciones de la palabra en castellano, como confesó entre risas en la presentación del espectáculo en los Teatros del Canal de Madrid.

“Hice esta serie porque al público le interesa siempre el sexo. Si la hubiese hecho sobre el sistema digestivo no habría tenido tanto interés”, asegura la actriz matizando que “no sabemos si los animales sienten o qué es lo que sienten”, por si acaso algún espectador llegara a lamentarse de su propia vida sexual al ver las excéntricas costumbres de alcoba de la fauna.

El monólogo es la adaptación teatral de una serie de cortos de dos minutos que Rossellini empezó a realizar hace siete años para la cadena Sundance Channel a petición del también actor Robert Redford, quien creó el canal en 1996. “Siempre me habían interesado los animales y justo en el momento en el que me llamaron había vuelto a la facultad para estudiar biología”, explica Rossellini.

Green porno, live on stage llega a Madrid para clausurar el XXXII Festival de Otoño a Primavera de la Comunidad de Madrid con cuatro actuaciones que terminan este domingo día 7. Las entradas ya están agotadas, pero muchos de los 40 cortos que componen la serie (algunos de los cuáles están incluidos en el montaje del espectáculo) se pueden ver en plataformas como YoutubeYoutube. Con una salvedad, están en inglés, al igual que la representación teatral, que va acompañada de sobretítulos en castellano. Rossellini ha presentado la obra en 40 ciudades a lo largo de dos años de gira.

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“A mucha gente le sorprendió [el proyecto de Green porno] por mi pasado como modelo, femme fatale o la película Terciopelo azul…”, respondió cuando le preguntaron por las reacciones del público. El interés de Rossellini hacia los animales comenzó desde niña, pero le influyó notablemente un libro que su padre, el director de cine Roberto Rossellini, le regaló cuando tenía 14 años. El libro, del zoólogo austríaco Konrad Lorenz, fue una auténtica revelación para ella y su primer acercamiento a la etología. Con Green porno, live on stage aúna esa afición con su trayectoria profesional. “Decidí aprovechar las habilidades del mundo de la moda y añadir ese plus de comedia”, dice la actriz, que se caracteriza como diferentes animales durante la actuación. “No estoy intentando dar lecciones a nadie. Me veo a mí misma como una artista, como una payasa. No hay ningún intento profundo por cambiar las perspectivas de nadie. Sólo hacerles reír”.

En la obra intenta responder a preguntas, entre otras cosas, sobre aspectos como la maternidad. “¿Cómo llegamos biológicamente al altruismo si de lo que se trata es de que sobreviva el más fuerte? Darwin especulaba que ese amor materno quizás era el origen, pero algunos científicos feministas aseguran hoy en día que las hembras no sienten naturalmente esa voluntad de sacrificio, y lo demuestran con el comportamiento de animales que hacen cosas horribles con sus crías”, explica la actriz. Las digresiones más profundas del guion se deben a los textos de Jean-Claude Carrière, coguionista de la obra que también trabajó para Luis Buñuel (Belle de Jour), Volker Schlondorff (El tambor de hojalata) o Michaël Haneke (La cinta blanca). Pero, en todo caso, el espectáculo cuenta con una buena dosis de comedia, deja claro Rossellini, “porque lo totalmente filosófico me aburre”.

La actriz italoamericana repasó algunos de los hitos de su carrera, como la película de culto Terciopelo azul, de David Lynch, del que dijo que le interesaba “el misterio, no la revelación del misterio. Por eso la gente se queja de que no es capaz de entender sus historias”. Y confesó que realmente no quería ser actriz porque le abrumaba un poco la fama de su madre, Ingrid Bergman, que este año habría cumplido 100 años. En todo caso, si hubiese sido un animal, después de haber investigado tanto sobre su comportamiento, sería un perro. Concretamente, el suyo. Y tiene claro qué especie tiene el destino sexual más aciago: “Lo que no quiero ser es un mantis macho, porque mi mujer me comería”.

Hay anécdotas maritales de los animales que podrían ser la envidia de más de un ser humano. La mantis religiosa, por ejemplo, sólo se ve con los machos en las épocas de apareamiento, y tras el acto sexual, si le apetece, se los come. Los zánganos son alimentados por las abejas hembras y su función en la colmena consiste en fecundar a la abeja reina, que sólo se va de picos pardos una vez en su vida. Y ya no hablemos de los caracoles, animales hermafroditas que, aunque no se fertilizan a sí mismos, tienen la ventaja de que se pueden aparean con el primer miembro de su especie que aparezca sin importar el género.

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