7.500 kilos de cocaína ocultos entre pescado: así localizó un policía el mayor alijo de la historia de Galicia

Parte de la cocaína.

En diciembre de 2023, el Cuerpo Nacional de Policía y Vigilancia Aduanera anunciaban la incautación de 7.500 kilos de cocaína procedentes de Ecuador. Era el mayor alijo de cocaína jamás incautado en Galicia. La droga fue intervenida en un área industrial de Cambre (A Coruña), perteneciente a la empresa destinataria del cargamento. Sin embargo, y aunque autoridades sudamericanas habían advertido a la Brigada Central de Estupefacientes de la posible llegada de la partida contaminada, la droga estuvo muy cerca de hacer saltar por los aires todos los controles y alcanzar su destino: una organización de Los Balcanes.

Las fuerzas de seguridad españolas y, en concreto, los Greco Galicia de la Udyco Central, llevaban tiempo siguiendo la pista de una empresa, Mare Azzurro, de la que tenían sospechas de que ofrecía sus ‘servicios’ a distintos grupos criminales, entre ellos los balcánicos, para hacer de intermediaria en grandes negocios de droga, aportando su fachada (importación de pescados y mariscos) para permitir la entrada de los alijos. Sin embargo, nada habían logrado en claro hasta ese mes de diciembre. Precisamente uno de los agentes de la Comisaría de Pontevedra, sede de esa unidad, fue clave en la caída de la mercancía.

A finales de noviembre, las autoridades ya esperaban la llegada del barco Contship Zen, un gran buque de bandera liberiana y que recaló inicialmente en el puerto de Algeciras. Precisamente esta misma semana, un año después del hallazgo, el mismo buque estaba descargando contenedores en el puerto de la provincia de Cádiz. Ya en el Sur de España, los contenedores sospechosos fueron sometidos a una primera inspección mediante el escáner de Vigilancia Aduanera, pero el resultado fue negativo. La droga estaba oculta mediante un sistema que nunca antes había sido descubierto por las autoridades, y en este caso el camino parecía ser el mismo: en paquetes de entre 15 y 17 unidades, ubicados en el centro de los palés y recubiertos por todas partes, incluso por la superior, por lomos de atún congelado.

La composición del citado pescado, su densidad y su textura, unidos al recubrimiento en plásticos grises de los paquetes de cocaína hacían que la ayuda del escáner no fuese suficiente para discriminar la existencia de la droga en los palés. Así, el contenedor siguió su camino hacia el Norte, llegando al puerto de Vigo. En ese punto volvió a ser sometido al control, con resultado igualmente negativo. Pero Vigilancia Aduanera y la Policía Nacional insistieron, y dieron seguimiento a la salida del contenedor en dirección a Pontevedra, Santiago de Compostela y, finalmente, A Coruña. Sabían que su destino era Mare Azzurro, en Cambre, y hasta allí se desplazaron efectivos de la Sección IV de la Policía, de los Greco Galicia y de Vigilancia Aduanera, estos últimos provistos de un escáner móvil (en el interior de una furgoneta), con la idea de pasar una vez más todos los palés de atún en busca de la droga.

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Las autoridades esperaron a que el camión entregase la carga y los agentes entraron en la nave, deteniendo a las personas que la iban a recoger. El nerviosismo era evidente por parte de ellas, según cuentan los que estuvieron allí. Todas ellas, sin embargo, quedaron en libertad provisional, asegurando que desconocían lo que había en el interior de aquellos palés. Solo Bautista S., el dueño de la empresa, acabó ingresando en prisión, no sin antes esquivar la acción de la Justicia por dos veces: la primera, volando a México tras saber que había sido descubierto; la segunda, tras una sorprendente decisión judicial que le dejó en libertad, medida que fue revocada después tras el recurso de la Fiscalía Antidroga.

La búsqueda de la droga se complicaba por momentos. Los agentes revisaron primero los distintos huecos del contenedor, junto a la carga, sin éxito. Posteriormente, y con los palés ya descargados en la nave, intervino un experto policía con base en la Comisaría de Pontevedra, integrante de los Greco Galicia. Su instinto le llevó a abrir uno de los palés, dejando los dos o tres primeros intactos. Del mismo extrajo los lomos de atún de la parte superior y de la lateral, y localizó los paquetes de cocaína. Inmediatamente se pusieron a trabajar todos los funcionarios allí presentes de ambos cuerpos, hallando el monumental alijo que se convertiría en el más importante de la historia de esa región de España.

Hace apenas un par de semanas, una operación conjunta serviría para detener a las personas que enviaron esa mercancía, con un Objetivo de Alto Valoralias Carlitos, como presunto responsable principal, que contaba con el apoyo de personal portuario en su país, Ecuador, así como de un coronel que en su día fue jefe de la Policía de Guayas (la principal provincia del país) y un capitán de la Armada, ambos al servicio del narco.

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