"Es el momento y hay que aprovecharlo. El cambio para las mujeres en Hollywood ya se ha producido". Salma Hayek no retrocede. Después de haber participado en la histórica marcha femenina que subió los peldaños de la alfombra roja de Cannes, la actriz y productora mexicana fue la estrella del día en la charla de Women in Motion, organizada por cuarto año consecutivo por Kering, al margen del Festival cinematográfico más prestigioso del planeta.
"Personalmente, esto fue muy significativo para mí en muchos modos, sobre todo como mujer que ha sido parte de esta comunidad y que ha tenido que pasar por todas las luchas que también han pasado otras mujeres", dijo Hayek sobre la foto en la que participó junto a 81 directoras y actrices.
Y es que fueron 82 tal como el número de directoras cuyas obras han estado en concurso en este festival en 71 años, contra 1.688 directores. La misma disparidad en los premios. Si 70 realizadores han recibido la Palma de Oro, las realizadoras, solo dos: Jane Campion en 1993 por Lecciones de piano y Agnes Varda en el 2015, Palma de Oro a su carrera.
"Hay que hablar sobre esto, pero sobre todo hay que emprender acciones, enfocarnos en nuestro trabajo y no mirar atrás. Creo que hablamos mucho sobre el tema, pero la imagen de ayer fue emocionante, más poderosa que cualquier palabra, así como lo es el cine, poderoso en imágenes visuales. También me hace sentir orgullosa del Festival, porque ellos nos invitaron a hacerlo", aseguró.
La estrella mexicana ahora afincada en Europa, una de las pocas latinas que ha conquistado Hollywood, derrochó glamour y empeño, mientras insistía sobre su protesta por la desigualdad de género en la industria cinematográfica. Se explayo hablandó de Harvey Weinstein, del movimiento #MeToo y de los proyectos de su compañía de producción, todos centrados en mujeres.
"Teníamos que habernos enfurecido antes. Y más que enfurecernos, porque sí lo estábamos, debimos habernos unido antes porque eso es lo que ha marcado la diferencia", proclamó. "Se impaciente, continua con la frustración. Se impaciente, pero paciente a la vez. Hay que continuar con la presión, no puedes tolerar", insistió.
"La audiencia siente ahora la responsabilidad y recibo muchas llamadas todo el día, pero no tengo el tiempo que quisiera para atender todo. Trabajo mucho en mis proyectos de producción", aseveró.
"Este ano he vendido cuatro series de televisión y tengo dos más listas en espera. Todas centradas en mujeres. Ahora me cuesta encontrar directoras y guionistas en Estados Unidos, pues están todas muy ocupadas y están teniendo oportunidades", recalcó. Y no escatimó en impartir consejos a las jóvenes que trabajan en la industria del cine y sufren injusticias por la desigualdad de género o son víctimas de acoso sexual: "Tienen que tener el valor de enfrentarlo, de tomar las riendas en sus manos e inspirarse, para canalizar su rabia, su angustia, sus frustraciones y humillaciones y transformarlas en productividad, en energía positiva".
Sobre las diferencias salariales en la industria y la brecha de género tan desproporcionada a favor de los hombres en Hollywood, dijo: "Si nos pagaran a las actrices igual que a los actores, la película no podría hacerse. Ellos exigen como sueldo casi todo el presupuesto y todo se vuelve imposible. Creo que los actores deberíamos trabajar juntos para ser más equitativos. Ya es hora de que en el cine, después de tantos años, los hombres sean generosos con las mujeres".
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También le cuestionaron sobre su incomodo episodio con el presunto acosador sexual, el magnate del cine Harvey Weinstein, sobre el cual penden docenas de demandas en Hollywood y sobre el cual Hayek publicó un artículo el pasado diciembre en el New York Times.
"Estoy sorprendida de que se haya salido con la suya, después de su pésimo comportamiento durante años. No sabía que estaba haciéndoles lo mismo a tantas mujeres. El problema es que todos se cubrían por miedo a hablar. Era como un hecho aceptado", afirmó. "Pero Weinstein se ha mantenido callado y solo se ha atrevido a responder a dos mujeres "de color" (ella misma y Lupita Nyong'o), seguramente por una estrategia de abogados, ya que las mujeres de color son más fáciles de desacreditar. Es un hecho bien conocido. Si eres una mujer de color, eres un blanco fácil", enfatizo.
¿Cómo ve México, ahora que se ha destapado también allí la olla sobre el acoso sexual en la industria?: "Pienso que el acoso sexual en los países latinoamericanos es fuertísimo y como es una tradición tan arraigada va a tomar más tiempo para resolverlo. Pero creo que el dialogo ya comenzó en México. Me acabo de enterar que en Chile, las estudiantes se han puesto en huelga por el acoso sexual en las universidades y se han unido. Así empiezan las células en diferentes lugares a inspirar a otros. Cuando ves gente que lucha por sus derechos porque ha sido víctima de injusticias, se vuelve contagioso. Todas las células se comienzan a unir y se fortalecen. En efecto, personalmente pienso que las protestas de los estudiantes luego de los ataques en Florida, tienen mucho que ver con el movimiento #MeToo. Porque hemos sido testigos de horribles tragedias en otros momentos, pero nadie hizo nada para detenerlas, y entonces nada sucede. Esto es una invitación para nosotros, para que reaccionemos y actuemos para fortalecernos. Este es el momento. No hay tiempo que perder. Hay que continuar con el cambio, dando lo mejor de nosotros mismos. Vamos con todo porque si hay oportunidades ahora", concluyó la actriz.
"Es el momento y hay que aprovecharlo. El cambio para las mujeres en Hollywood ya se ha producido". Salma Hayek no retrocede. Después de haber participado en la histórica marcha femenina que subió los peldaños de la alfombra roja de Cannes, la actriz y productora mexicana fue la estrella del día en la charla de Women in Motion, organizada por cuarto año consecutivo por Kering, al margen del Festival cinematográfico más prestigioso del planeta.