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Sor Juana Inés de la Cruz debuta en la nueva temporada de la CNTC

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Helena Pimenta no oculta que el regreso a la que ha sido durante décadas su sede oficial, el Teatro de la Comedia, ha supuesto un importante espaldarazo para la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC). Es la tercera vez que presentan temporada en este edificio que permaneció cerrado entre los años 2002 y 2015 para ser remodelado. Todavía quedan algunos remates, como la motorización de un escenario, pero Pimenta –directora teatral y dramaturga al frente de la CNTC desde hace seis años- considera que las posibilidades de este nueva casa para la compañía han facilitado que la programación para la temporada 17/18 sea “más ambiciosa que en otras ocasiones”. La sentencia de Pimenta no es una boutade: hace dos años sólo pudieron producir una pieza, El alcalde de Zalamea, por razones de presupuesto; en esta ocasión, el número de obras propias que presentan ascienden a 11. 

La compañía ha cerrado la anterior temporada con unas cifras que certifican su buena salud: entre 2016 y 2017 recibieron un total de 200.000 espectadores, 20.000 más que en la temporada anterior, y superando notablemente la tímida cifra que se habían planteado conseguir en 2016: 90.000. Esto se ha traducido en una media de ocupación del 99,5% en las más de 500 representaciones realizadas. “Desconfío de las cifras porque no contienen todos los aspectos a valorar”, ha asegurado cautelosa Pimenta durante la presentación de la programación para el próximo curso. No obstante, los números parecen avalar el progresivo paso de la compañía, que acaba de rebasar la treintena, hacia una madurez artística que buscan consolidar a corto plazo.

La primera evidencia de este propósito se encuentra en la reposición de su exitoso El perro del hortelano, de Lope de Vega, a lo largo de esta temporada. “Uno de los objetivos en una compañía como esta consiste en tener títulos en repertorio y un equipo estable. Otro síntoma de madurez es que se repitan algunos títulos con años de diferencia". Se refiere Pimenta a El caballero de Olmedo, también de Lope de Vega, que en 2014 la CNTC llevó a los escenarios en coproducción con Teatre Lliure. En esta ocasión, se pone al frente de esta obra el director Eduardo Vasco (predecesor de Pimenta en la CNTC entre los años 2004 y 2011) y la compañía Noviembre, que estrenarán la pieza en Valladolid.

Entre las grandes novedades de esta temporada se encuentra la de una autora que pisará por primera vez las tablas del Teatro de la Comedia: sor Juana Inés de la Cruz. De esta escritora –uno de los máximos referentes de la literatura del siglo de Oro- se ha programado Los empeños de la casa, su obra más emblemática. Pepa Gamboa, encargada de la dirección de la esta versión, opina que sor Juana Inés era “una adelantada a su tiempo, no ya por la perfección y belleza de su verso, sino por la maestría con que perfila psicológicamente a sus personajes, especialmente los femeninos”.

Difundir el legado del siglo de Oro

Sobre mujeres también versa la obra con la que se abrirá la temporada 17/18: La dama duende, de Calderón de la Barca, dirigida por la propia Helena Pimenta. Esta comedia, que ya se pudo ver en el último Festival de Teatro Clásico de Almagro, cuenta la historia de una mujer viuda, que vive bajo la mirada de sus hermanos y las costumbres de una sociedad que pretende mantenerla encerrada. La dama duende será la obra más viajera de esta temporada: se podrá ver en Pamplona, Valladolid, Córdoba, Logroño, Sevilla, Vitoria, Valencia o Murcia.

También repite su peregrinaje por institutos de toda España el espectáculo pedagógico Préstame tus palabrasPréstame tus palabras que realizada la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, el proyecto formativo iniciado por Eduardo Vasco tras unos primeros pasos de Marsillach en la formación de actores. Préstame tus palabras afronta su tercera edición y llevará textos de Calderón de la Barca y Lope de Vega por diferentes centros educativos en colaboración con los profesores de Lengua y Literatura.

Fuera de nuestras fronteras, la CNTC ofrecerá en Bruselas, Lyon y Milán La voz de nuestros clásicos, iniciativa que lleva celebrándose cuatro años y que conjuga fragmentos de algunos de los más brillantes literatos de esta época. Esta temporada recupera La vida es sueño y El alcalde de Zalamea, de Calderón de la Barca; El perro del hortelano, de Lope de Vega; el Quijote, de Miguel de Cervantes; y Don Juan Tenorio, de José Zorrilla, del que este año se celebra el bicentenario de su nacimiento.

En la presentación de la programación –que incluye a un total de 11 autores, tres obras en coproducción y dos compañías invitadas- Pimenta ha destacado también La cueva de Salamanca, con dramaturgia y dirección de Emilio Gutiérrez Caba. Este espectáculo está basado en la obra de Juan Ruiz de Alarcón y fue encargado para conmemorar el VIII centenario de la Universidad de Salamanca. La cueva de Salamanca, en palabras de Gutiérrez Caba, refleja a la perfección la vida cotidiana de la ciudad en el siglo XVII, llena de estudiantes, sopistas, truhanes, sabios y nobles. “Una ciudad motor de cultura y referente para aquella España obsesivamente volcada hacia las Indias, pero que seguía estando en una Europa asolada por guerras continuas y continuas incomprensiones”.

De Lope de Vega a Elena Fortún

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La vocación de la compañía por difundir el excepcional patrimonio del siglo de Oro español se refleja en la producción El barrio de las letras, un homenaje a los dramaturgos y artistas que han bautizado el céntrico barrio madrileño. El director Ángel Fernández Montesinos propone aquí “un recorrido por el barrio en el que se concentró en esta época el mayor número de intelectuales de Occidente”. Cinco actores representarán las enemistades entre Lope de Vega y Luis de Góngora, los amores de José Cadalso, las peleas entre Francisco de Quevedo y Juan Luis de Alarcón, y también la enconada disputa entre de nuevo Quevedo y Góngora, que dejó algunos de los poemas y versos más conocidos de la literatura en castellano. Así, hasta emprender un viaje en el tiempo que termina con Elena Fortún, la escritora nacida en 1886, conocida por haber creado al personaje de Celia, que vivió en la calle de Huertas.

El planteamiento de este proyecto probablemente sirva como resumen la filosofía y la labor de la CNTC: recuperar el legado y que éste perdure. La tarea no es sencilla: los presupuestos de 2017 dieron un varapalo al teatro, tras la bajada del IVA a los espectáculos en directo. Una de cal y otra de arena. “Nuestro trabajo está en formación continua”, añade Pimenta, “estamos ante un material maravillo que no vamos a permitir que se disuelva y que queremos mantener como sólida base de nuestra cultura”.

 

Helena Pimenta no oculta que el regreso a la que ha sido durante décadas su sede oficial, el Teatro de la Comedia, ha supuesto un importante espaldarazo para la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC). Es la tercera vez que presentan temporada en este edificio que permaneció cerrado entre los años 2002 y 2015 para ser remodelado. Todavía quedan algunos remates, como la motorización de un escenario, pero Pimenta –directora teatral y dramaturga al frente de la CNTC desde hace seis años- considera que las posibilidades de este nueva casa para la compañía han facilitado que la programación para la temporada 17/18 sea “más ambiciosa que en otras ocasiones”. La sentencia de Pimenta no es una boutade: hace dos años sólo pudieron producir una pieza, El alcalde de Zalamea, por razones de presupuesto; en esta ocasión, el número de obras propias que presentan ascienden a 11. 

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