Martín Caparrós deja su legado en el Cervantes: "Me impresiona estar aquí frente a Miguel Hernández"

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"Siempre me había jactado de no haber tenido nunca una caja en un banco, pero parece que todo llega por las vías más extrañas. Este es el único banco donde realmente quiero poner mis ahorros, mis bienes y mis males". Con su ironía habitual ha agradecido el escritor argentino Martín Caparrós que el Instituto Cervantes (cuya sede fue anteriormente el Banco Español del Río de la Plata) le haya invitado a dejar su legado personal en la Caja de las Letras. En el casillero 959, concretamente, frente al de Miguel Hernández. 

"Estar en un lugar como este ya es mucho más de lo que podría haber esperado", ha apostillado durante el acto de la mañana de este lunes en Madrid, en el que ha recordado divertido que a finales de los setenta, estando exiliado en París, intentó junto al cineasta Pino Solanas realizar una película sobre el poeta de Orihuela que finalmente no salió adelante porque la viuda tachó un tercio del guion que habían escrito. "Luego llegó su hijo Miguel Hernández Manresa, el destinatario de las Nanas de la cebolla, un muchacho de poco menos de 40 años que era una caricatura de macarra de barrio, y nos dijo que hiciéramos caso a su madre, y que lo que teníamos que hacer es poner tías en pelotas en la película para que la gente fuera a verla", ha rememorado entre risas.

"Sigo pasando mucho tiempo de mi vida con Miguel Hernández y me impresiona estar frente a él, por una vez, en un club del que sí quiero ser socio", ha destacado con emoción en este acto donde además del autor han participado Luis García Montero, director del Instituto; Sergio Ramírez, escritor y premio Cervantes 2017, y Claudia Neira, directora del festival Centroamérica Cuenta, en cuya programación se ha enmarcado este homenaje.

Entre los objetos que ha depositado en el cajetín número 959 de la cámara acorazada de la institución se encuentran doce libretas con notas del proceso de documentación y creación de la monumental crónica que es Ñamérica (2021), un colosal retrato de un continente "donde veinte países y más de 400 millones de personas comparten una lengua, una historia, una cultura, preocupaciones y esperanzas", en palabras del periodista y escritor. Una obra que dibuja este territorio dejando a un lado sus mitos, sus reflejos y sus lugares comunes para entenderlo tal como es en el presente.

Forman parte además del legado del argentino un disco duro con otros materiales del proceso creativo de este volumen (decenas de entrevistas en formato vídeo y audio, entre otros documentos), el propio libro y una edición conmemorativa publicada por el Cervantes. "Por si alguien quisiera alguna vez reconstruir semejante disparate", ha apostillado con su proverbial sentido del humor Caparrós, explicando además que en las libretas que lega no solo está todo el material que reunió para escribir Ñamérica, sino también "algunas cosas más que no sé qué pueden ser, porque a veces anotaba cosas que no eran exactamente material de trabajo y no quise revisarlas".

"En la Caja de las Letras defendemos el valor democrático del periodismo", ha remarcado García Montero en su introducción, comentando que para él es muy emocionante entrar en este sitio tan especial y "ver cómo los legados conversan entre sí". Así, ha recordado que en la Caja de las Letras están los pasaportes con los que Rafael Alberti y María Teresa León volvieron del exilio en 1977, así como un ejemplar de la Constitución Española que legó la princesa Leonor y que en esta cámara acorazada conversa a su vez con el legado de la Cadena SER donde están las cintas grabadas por los periodistas durante el golpe de Estado de 1981. "En esta caja se reúne y dialoga lo mejor de nuestra memoria", ha apostillado el director del Instituto Cervantes.

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Martín Caparrós "lleva años preguntándose qué cabe en la palabra mundo", ha señalado García Montero, "una pregunta que es la razón de toda su escritura". "Con sus preguntas" –ha proseguido– nos recuerda el autor que "la vida humana en el planeta está en peligro", por cuestiones como el cambio climático, y sobre todo por "las desigualdades y la inasumible avaricia del capitalismo". Por su parte, Ramírez ha recordado los inicios de Caparrós en el diario argentino 'Noticias', cuando era solo un adolescente, que encierran "el embrión de lo que llegaría a ser: un escritor de ficciones y realidades a lo largo de 50 años de rigurosidad, imaginación libre, fidelidad a los hechos, y curiosidad desmedida".

Una vez terminado el acto de entrega, ha tenido lugar la mesa redonda El mundo de hoy: periodismo a pesar de todo, con el propio Caparrós junto a las periodistas Mónica González y Montse Domínguez. En esta charla, el argentino ha hablado de su reciente novela interactiva, que utiliza para mofarse "en la medida de lo posible" del presidente de su "expaís", Javier Milei. "Por el momento lo siento así", ha asegurado, si bien ha concedido que, lógicamente, es argentino y siempre lo será.

Y ha compartido sus sentimientos: "Últimamente lo que me pasa es que no reconozco ese país. A mí, que Milei sea presidente me parece terrible, pero que 15 millones de personas le hayan votado hace que me cueste mucho reconocer ese país, sentirme parte, entenderlo. Por supuesto, me importa, me indigna, me cabrea, me produce esos efectos, pero me cuesta sentirme parte de esos 15 millones de personas que votan a un desquiciado gritón que dice que habla con su perro muerto. Mi abuelo era exiliado republicano y nunca dejó de sentir que España fuera lo suyo porque había formado parte de una mitad que perdió. No era que se hubiera convertido en otra, sino que su mitad había perdido y podía seguir perteneciendo a ella. Nosotros nos votamos encima. Me cuesta sentirme argentino y al mismo tiempo es obvio que todo lo que escribo tiene que ver con eso porque es lo que me jode y me importa".

"Siempre me había jactado de no haber tenido nunca una caja en un banco, pero parece que todo llega por las vías más extrañas. Este es el único banco donde realmente quiero poner mis ahorros, mis bienes y mis males". Con su ironía habitual ha agradecido el escritor argentino Martín Caparrós que el Instituto Cervantes (cuya sede fue anteriormente el Banco Español del Río de la Plata) le haya invitado a dejar su legado personal en la Caja de las Letras. En el casillero 959, concretamente, frente al de Miguel Hernández. 

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