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'Verano 1993' triunfa en unos Feroz con mordiente feminista

Los Premios Feroz no son los Goya. Una obviedad. Los galardones organizados por la prensa cinematográfica, entregados el lunes en Madrid, se han ganado en sus cinco ediciones la fama de agitadores, con discursos guerreros y una puesta en escena más fresca, pero también de justicieros, señalando películas más minoritarias. Este año, la agraciada con el favor de los 200 periodistas que integran la Asociación de Informadores Cinematográficos ha sido Verano 1993, el debut de Carla Simón en el largometraje, que se hizo con los galardones a mejor película dramática, dirección, guion y actor de reparto para David Verdaguer, de las siete estatuillas a las que optaba. En un contexto en el que solo el 19% de las películas estrenadas tienen a la cabeza una directora (datos de 2015), es todo un triunfo. Y la gala se convirtió también en una reivindicación de los derechos de la mujer, con discursos que tocaron temas como el salario de las creadoras con respecto a sus pares masculinos, la dificultad de encontrar trabajo para las actrices de mayor edad o los abusos en el cine tras el caso Weinstein

La ópera prima de Simón se ha impuesto finalmente a El autor, de Manuel Martín Cuenca, que con ocho nominaciones partía como favorita pero que finalmente solo se hizo con dos, para Javier Gutiérrez como mejor actor protagonista y Adelfa Calvo como mejor actriz de reparto. Handia, el filme más nominado en los Goya (se entregarán el próximo 3 de febrero) con 13 candidaturas, salió del Complejo Magariños el lunes con dos premios considerados menores, como son los de mejor música y cartel. Y La llamada, también un debut, esta vez de Javier Ambrossi y Javier Calvo, se hizo con otros dos Feroz, el muy celebrado galardón a mejor comedia (estos premios emulan el sistema de los Globos de Oro desdoblando su categoría reina) y el de mejor tráiler. Más difícil lo tendrán los Javis (mimados de la prensa y ganadores ya el año pasado en la categoría de televisión con su indie Paquita Salas) en los Goya, donde parte con cinco nominaciones que en un sistema que prima el drama pueden ser fácilmente eclipsadas por sus competidoras. Lo que decíamos: unos justicieros.  

Más masculina fue la sección de televisión, dominada por Vergüenza (creada por Álvaro Fernández Armero y Juan Cavestany y emitida en Movistar+, a la que pertenece #0, el canal donde se emitieron los premios) y La zona (de Alberto y Jorge Sánchez-Cabezudo, también en Movistar+). En las categorías de interpretación, la cosa estuvo igual de repartida: los protagonistas de Vergüenza, Javier Gutiérrez y Malena Alterio, se hicieron con las  estatuillas en sus categorías, así como Miguel Rellán en la de actor de reparto. Su homónima femenina fue Emma Suárez, por La zona.  

"Mujeres, escribid, dirigid, cread" 

El mensaje de Carla Simón al recoger su Feroz era sencillo: "Estoy muy emocionada y aprovecho para decir: mujeres, escribid, dirigid, cread". Fue, obviamente, muy aplaudido. Más incómodos resultaron otros. Como el inicio del discurso del cómico Julián López, presentador de la gala, que comenzaba riéndose de la, según él, escasa relevancia de los Feroz, con un "somos el secreto mejor guardado del cine español", para seguir con: "Bueno, ese y el nombre de nuestros acosadores sexuales". Siguió un silencio más que incómodo y algún que otro aplauso. "Lo que pagaría por saber quién se está poniendo nervioso ahora mismo", se decía. Toda su apertura de la gala, con referencias tanto a Weinstein como al fraude de la taquilla, fue recibida con frialdad. 

 

El discurso de agradecimiento más compartido en las redes sociales ha sido el de Javier Calvo, que, al borde de las lágrimas, hacía una defensa del colectivo LGTBI: "Si algún niño que me está viendo tiene miedo, siente que está perdido, siente que no le van a querer, que sepa que le van a querer, que va a encontrar su sitio, que va a cumplir su sueño y que yo y él [Ambrossi] y yo vamos a escribir historias para que se sienta inspirado". Pero monólogos combativos no faltaron, sobre todo por parte de las ganadoras —que no los ganadores— y sus reclamaciones feministas. 

Adelfa Calvo: "Se lo dedico a todas la actrices para que no se nos juzgue por el físico ni por la edad, sino con igualdad". Valerie Delpierre, productora de Verano 1993: "Verano es un sueño que se conjuga en femenino". Emma Suárez: "Me gustaría que todos los premios de esta noche los recogieran mujeres". (Difícilmente, cuando no había creadoras tras las nominadas a mejor comedia, ni en música original, ni en mejor tráiler, ni tras las series nominadas.) Marian Álvarez afeaba a la organización que hubiera elegido a un presentador, y soltaba: "Cuando una llega a los 40, o se opera o no la llaman de ningún sitio. Cuando una tiene el culo flácido y arrugas, no la llaman. Si eres un hombre y tienes arrugas y el culo flácido te llama Martín Cuenca [en referencia a Javier Gutiérrez, protagonista de El autor]". 

'El reino', con diez nominaciones, es la favorita de la gala de los premios Feroz

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Sigamos. La cómica Silvia Abril, presentadora de la edición de 2016: "Este año [los Feroz los] presenta un hombre y los premios los damos las mujeres, como en la Vuelta Ciclista de España. Lo mismo". La organización había querido que todas las estatuillas fueran entregadas por mujeres, con la intención de darles voz, lo que subrayaba más aún el hecho de que se las dieran a hombres. La actriz Leticia Dolera se marcaba un discurso de dos minutos que empezaba dando caña a la organización por esta decisión: "Gracias a los Premios Feroz por permitirnos el honor de hacer esta noche de azafatas... digo entregadoras. Que es un rol que nos ha sido negado durante años". Después se giraba hacia la industria: "Es difícil ser actriz, qué os voy a contar. Pero si además te da por estar viva y cumplir años… ¿De qué vas, tía? Si además eres una actriz, yo qué sé, de más de 35, y feminista…", bromeaba. 

En la edición de 2016, los Feroz encumbraron a La novia, de Paula Ortiz, con seis estatuillas. En la gala de los Goya, pese a sus 12 nominaciones, solo se hizo con dos. Si la Academia de Cine le diera la espalda a Verano 1993, sus cuatro Feroz serían quizás la mayor reivindicación feminista de la gala. 

 

Los Premios Feroz no son los Goya. Una obviedad. Los galardones organizados por la prensa cinematográfica, entregados el lunes en Madrid, se han ganado en sus cinco ediciones la fama de agitadores, con discursos guerreros y una puesta en escena más fresca, pero también de justicieros, señalando películas más minoritarias. Este año, la agraciada con el favor de los 200 periodistas que integran la Asociación de Informadores Cinematográficos ha sido Verano 1993, el debut de Carla Simón en el largometraje, que se hizo con los galardones a mejor película dramática, dirección, guion y actor de reparto para David Verdaguer, de las siete estatuillas a las que optaba. En un contexto en el que solo el 19% de las películas estrenadas tienen a la cabeza una directora (datos de 2015), es todo un triunfo. Y la gala se convirtió también en una reivindicación de los derechos de la mujer, con discursos que tocaron temas como el salario de las creadoras con respecto a sus pares masculinos, la dificultad de encontrar trabajo para las actrices de mayor edad o los abusos en el cine tras el caso Weinstein

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