En realidad lleva disponible casi tres años, pero ha saltado a la fama hace tan solo una semana. Se trata de Vero, la nueva red social que pretende pelear con las grandes: Facebook, Twitter e Instagram. En un mundo en el que Internet y las redes sociales ocupan un lugar muy privilegiado en la vida de las personas, controlar y conseguir un buen puesto en este mercado es una auténtica lucha. "Nuestros usuarios son nuestros clientes, no el producto que vendemos a nuestros anunciantes". Así se presentan en su manifiesto, en el que pretenden destacar sus diferencias con la competencia.
Vero –que significa 'verdad' en italiano– aspira a ser un espejo real de las relaciones personales. Por ello, a diferencia de las demás redes, establece cuatro grados de conexión con las personas con las que se conecta: seguidores, conocidos, amigos y amigos íntimos. No todos tenemos la misma relación con todas y cada una de las personas que conocemos, así que Vero plantea que en Internet debería ocurrir lo mismo. Así, al igual que en la vida real, permite compartir según qué contenidos con según qué personas. Un hecho que mejora la privacidad de esta aplicación, tal y como explican los especialistas en redes sociales consultados por infoLibre. "La privacidad es el punto fuerte de Vero. Además, al no haber url [enlaces], los perfiles de los usuarios no aparecen en Google", indica Amel Fernández, especialista en redes sociales.
Vero también quiere atraer a todos los desencantados, sobre todo de Facebook, que rechazan la plataforma por la abundancia de publicidad. Esto es, precisamente, lo que elimina. Al no contar con publicaciones patrocinadas y anuncios publicitarios, Vero busca financiarse mediante el pago. Será la única red social que se financie mediante una cuota anual de sus usuarios, aunque como gancho anunció que el primer millón disfrutará de una cuenta gratuita de por vida. O, al menos, ese anuncio es una de las razones por las cuales la plataforma ha cosechado tanta fama en los últimos siete días. "Ha sido una estrategia de márketing fantástica", comenta Laura Ferrera, consultora de márketing digital.
Otra distinción es el timeline. A diferencia de las demás redes, Vero ordenará cronológicamente las publicaciones de los contactos del usuario, aunque cuenta, además, con categorías y hashtag para agruparlas en el mismo espacio y facilitar, así, su visibilidad. ¿Y qué se puede publicar? Todo tipo de contenido multimedia: fotografías, vídeos, libros, música, etc. Así, esta app aúna características de Facebook y de Instagram, "aunque lo que se echa en falta es la posibilidad de transmisión en directo y de publicaciones efímeras [las que desaparecen a las 24 horas de haber sido publicadas]", explica Fernández.
¿Puede abrirse un hueco entre sus competidoras?
Pero, realmente, si aúna funciones que ya existen en otras redes sociales –Facebook acumula 23 millones de usuarios en España e Instagram 13 millones–, ¿hay espacio para Vero en el mercado de las redes sociales? De momento, lo único que se puede asegurar es que su crecimiento está siendo bastante rápido. Los datos de la consultora Sensor Tower estiman que la aplicación está sumando una media de 500.000 nuevos seguidores cada 24 horas y acumula ya un millón de usuarios. Por ello, se ha convertido en una de las aplicaciones más descargadas en la App Store de iPhone y en la PlayStore de Android.
Aun así, es complicado que consiga desbancar a sus principales competidoras. Facebook e Instagram ya reinan como redes personales, y en el terreno de lo profesional LinkedIn tiene el terreno para ella sola. Además, otras apps ya intentaron antes encontrar su huecoapps. Se trata de Diaspora o de Ello, que nunca consiguieron un espacio de mínima importancia en el mundo de las redes. Google+, del gigante Google, tampoco lo consiguió.
La cuestión que determina el triunfo o no de una nueva red social está, según explica a este diario Manuel Moreno, periodista especialista en redes sociales y creador de TreceBits, en la necesidad que cubra. "Es complicado que haya hueco en el mercado de las redes sociales porque tendría que satisfacer una necesidad importante, y eso es ya muy complicado", afirma. No hace falta tener un perfil en todas las redes sociales, solo en las que cada persona determine que necesita. "Esta, por lo que parece, solo satisface la curiosidad", dice Moreno.
Muchos españoles viven completamente conectados. El 86% de los internautas españoles entre 16 y 65 años –19,2 millones de personas– usa a diario las redes, según el VIII Estudio Redes Sociales IAB Spain publicado el año pasado. Y la preferida continúa siendo Facebook, con un 91% de los usuarios. ¿Para que utilizan los ciudadanos estas aplicaciones? Princpalmente, para chatear (67%), consumir vídeos o música (59%) y ver las publicaciones que comparten sus contactos (47%). Y Vero no ofrece ninguna función distinta, de ahí lo complicado de que consiga su espacio.
Además, si tenemos en cuenta que el 53% de los usuarios que se conectan a la web a través de un smartphone teme por la privacidad de sus datos, el hecho de proporcionarlos en una nueva no genera demasiada confianza. "La abundancia de redes está saturando a las personas que no trabajan con ellas", dice Ferrera. "Tanta red social cansa a la gente", coincide Fernández. Él, aun así, piensa que sí puede tener futuro, "aunque habrá que esperar". "Instagram funcionó porque tenía filtros para las fotos. Vero incluye la novedad de controlar completamente el contenido que se comparte", apunta.
¿Quién está detrás?
Esta es, sin duda, la otra razón por la que Vero ha saltado a la fama. Su ideólogo y director ejecutivo, el libanés Ayman Hariri, no es, precisamente, el ejemplo de empresario modelo. Hariri, hijo de Rafic Hariri –ex primer ministro del Líbano asesinado tras la explosión de un coche bomba el 14 de febrero del año 2005–, fue directivo de la desaparecida empresa Saudi Oger, una de las constructoras más grandes de Arabia Saudita. La historia detrás de su cierre, en 2017, le ha convertido en un personaje controvertido.
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La mala administración de la compañía dejó impagos millonarios y deudas con miles de trabajadores, según publicó Bloomberg. 31.000 empleados interpusieron una demanda por salarios sin percibir. A través de un comunicado, Hariri se defendió de las críticas derivadas de esta situación afirmando que, desde 2013, ya estaba desvinculado de la empresa familiar, por lo que en el momento de su desaparición no guardaba ningún tipo de relación con ella.
Toda esta polémica se tradujo en una campaña, #DeleteVeroDeleteVero, difundida a través de sus redes sociales competidoras, como Twitter. Ante la dificultad para conseguir borrar el perfil de Vero, han proliferado multitud de artículos que ayudan a los descontentos usuarios a eliminar cualquier rastro de su actividad en la app. Escondido en el menú de la configuración, hay una opción para eliminar la cuenta. Sin embargo, esto solo envía una solicitud para borrar los datos. En ese momento, el perfil deja de estar disponible, pero la eliminación definitiva puede tardar hasta dos semanas.
El paso del amor al odio a Vero ha sido casi tan rápido como su crecimiento. Los ataques que sufre en las redes sociales competidoras dificulta, todavía más, su futura viabilidad.
En realidad lleva disponible casi tres años, pero ha saltado a la fama hace tan solo una semana. Se trata de Vero, la nueva red social que pretende pelear con las grandes: Facebook, Twitter e Instagram. En un mundo en el que Internet y las redes sociales ocupan un lugar muy privilegiado en la vida de las personas, controlar y conseguir un buen puesto en este mercado es una auténtica lucha. "Nuestros usuarios son nuestros clientes, no el producto que vendemos a nuestros anunciantes". Así se presentan en su manifiesto, en el que pretenden destacar sus diferencias con la competencia.