Si Antonio Vázquez Romero (Córdoba, 1951) no es condecorado algún día por el Gobierno británico será que no hay justicia. En época de crisis, con los mercados temblando, el crédito cegado y la confianza por los suelos, ha cerrado dos grandes operaciones con empresas de Reino Unido. En 2007 vendió Altadis a Imperial Tobacco y en 2010 fusionó la compañía aérea española Iberia con British Airways. Son dos de las compras más importantes de los últimos años.
De la fusión de Iberia con British Airways surgió la tercera compañía aérea de Europa (sexta del mundo por facturación) y de la unión Imperial Tobacco-Altadis, la cuarta tabaquera del mundo entonces. Palabras mayores. En una etapa caracterizada por la crisis más profunda desde la Gran Depresión de 1929, las operaciones pilotadas por Vázquez suponen muchos miles de millones de euros. Muchos. El equivalente al 1,7% del producto interior bruto (PIB) del país. Un total de 17.300 millones de euros, tres cuartas partes por la operación Altadis-Imperial Tobacco. Por menos, el futbolista David Beckham tiene título de sir. David Beckham tiene título de sir.
En España, cualquier distinción tendrá que esperar. La fusión British Airways-Iberia está resultando polémica. Al directivo Vázquez Romero se le ve, y no solo desde el lado sindical, como un hábil muñidor de acuerdos que ponen en manos británicas las apetitosas cajas de las compañías que preside.
Es una acusación que Tinta Libre no ha podido contrastar, pese a haberlo solicitado, con el propio Vázquez Romero. El directivo fue elegido en 2009 por el entonces primer accionista privado de Iberia, Caja Madrid, para consumar la fusión con British Airways. Lo hizo. Consumó.
15.000 millones de negocio
La operación dio lugar a uno de los mayores grupos aéreos del mundo, con una flota de 408 aviones, 200 destinos, una plantilla conjunta superior a 60.000 trabajadores y una cifra de negocio de 15.000 millones. 58 millones de pasajeros al año. Cifras impresionantes, espectaculares. Como el enfrentamiento abierto después de que la parte británica, apenas dos años después de la fusión, haya exigido una reducción de empleo del 19% reducción de empleo del 19%(3.807 empleados, 313 pilotos) en la que fue compañía de bandera española.
Vázquez, la cara de la fusión junto con el consejero delegado Antonio Sanchez Lozano (hombre de confianza del ex presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa) se enfrenta a un importante conflicto. Los sindicatos representantes de los trabajadores de tierra, de los tripulantes de vuelo y del Sepla han convocado 15 jornadas de huelga para protestar contra el ajuste, que además incluye una reducción de las rutas de Iberia del 15% este año.
Por decirlo rápido: los críticos con la fusión Iberia-BA sostienen que Vázquez ha facilitado a los británicos una operación de extracción de valor que supera lo comercial. Todo para apuntalar, con recursos de Iberia, las obligaciones de pago de British Airways al fondo de pensiones de sus empleados. Eso, en una empresa que todavía lleva el símbolo de la corona pintado en las aeronaves, es algo serio. Los informes que manejan los sindicatos y la poderosa organización de pilotos, Sepla, consideran que BA tiene un déficit por sus compromisos de pensiones de entre 4.500 y 6.000 millones de euros. Más que su capitalización en Bolsa.
Esa cifra, afirman, aterrorizó en su momento a la australiana Qantas, que también sopesó y desechó la fusión con British. Ahora, tras tensas negociaciones, Vázquez Romero y sus socios británicos defienden la necesidad de un espectacular recorte de plantilla en la compañía española (3.807 empleados, el 19% de la plantilla) acompañado de reducciones de salarios (entre el 11% y el 23%) y recorte de capacidad (10%).
La pregunta a la que se enfrenta Vázquez es por qué antes de la fusión BA tenía 875 millones en pérdidas y una deuda de 4.200 millones y ahora presenta beneficios, mientras Iberia registra pérdidas de un millón de euros al día (262 millones en los nueve primeros meses de 2012). Eso, a pesar de que hizo frente a la concentración con 880 millones de beneficio.
Larga trayectoria
Economista por la Universidad de Málaga, Vázquez Romero es desde 2010 presidente no ejecutivo de International Consolidated Airlines Group (IAG) el holding que agrupa a Iberia y a British Airways. Es un directivo experimentado, de larga trayectoria, notable. Su comportamiento se ajusta como un guante al lema de los que dicen ser los tipos más duros del mundo, los marines de EE UU. Vázquez Romero no empieza peleas, las termina. Pero en su caso, los combates se libran sobre activos, pasivos y beneficios.
Acabar con éxito pugnas empresariales de calado, y hacerlo, además, sentado en lo más alto, exige tener, sin duda, una buena colección de habilidades. Pero no sólo. Esas habilidades tienen que estar aliñadas con buena suerte y envueltas en una personalidad atractiva. El cordobés Antonio Vázquez tiene todo eso. Con un añadido: la capacidad de estar siempre en el momento justo y el lugar adecuado para escalar posiciones. Estaba a finales de los 90 en el avión en el que su entonces jefe en Tabacalera, César Alierta, se desplazaba por EE UU para ampliar el negocio de puros de la compañía (Vázquez, por supuesto, era el responsable de la división de puros) y estaba en el puesto justo cuando el juego de equilibrios y copresidencias en la fusión de Tabacalera con la francesa Seita (año 2005) le catapultó le catapultó a la copresidencia de la compañía entonces hispano-francesa. Un enorme salto para un gestor, amante de la buena vida, del bel canto y de la equitación.
“Antonio es una mezcla de buena suerte y capacidad para hacer relaciones” señala una fuente empresarial conocedora de la etapa tabaquera de Vázquez. “Un speaker más que un hombre de acción” señala otro viejo conocido,quien añade : “es más de hablar que de números, siempre dispuesto hacia el jefe”. “Un seductor” remata un directivo de un fondo de inversión que trabajó en alguna de las operaciones, multimillonarias, en las que participó.
San Agustín y rancheras
Un seductor que lo mismo es capaz de citar a San Agustín, que de cantar rancheras, bautizar un avión con el nombre de su ídolo Plácido Domingo o debutar como tenor en el Casino de Madrid acompañado de orquesta. Seducción “en 360º”, sin concesiones. Si hay que viajar con el jefe, se viaja. Y si hay que intimar en vacaciones en plan escapadas de matrimonios, pues se intima.
Sobre esa capacidad del directivo cordobés para amasar capital relacional no hay duda. Para quienes se pregunten qué es el capital relacional, los economistas lo definen como “la riqueza que cada persona posee en sus amigos, familiares, conocidos, equipos de trabajo, compañeros de estudio, colegas y todas las demás personas con las cuales se puede relacionar y con quienes podría realizar negociaciones, transacciones y otros movimientos orientados al bienestar y la generación de riqueza económica”.
El presidente de IAG amasa capital relacional. En cantidad suficiente como para encandilar en Tabacalera (donde llegó en 1993 de la mano del entonces Director de Comercio Exterior, Rafael Muguiro Sartorius) a todos los sucesivos presidentes: del técnico comercial filosocialista Pedro Pérez, al amigo de José María Aznar, César Alierta, pasando por templado Pablo Isla.
Vázquez Romero lo mismo acepta el título de “Embajador” del turismo cordobés , relevando en el cargo al portero de la selección española de fútbol, Pepe Reina, que se sienta en la Universidad de Alcalá, en el consejo del Instituto Universitario Benjamín Franklin de Investigación en Estudios Norteamericanos. Relaciones. Un detalle: el Instituto lo preside el actual responsable de Bankia, y primer accionista de Iberia, José Ignacio Goirigolzarri.Instituto Poder.
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Un resumen, extraído de la referencia sobre Vázquez del propio Instituto Franklin: “Presidente de IAG (Iberia-British Airways). Anteriormente fue Director del negocio internacional de Tabacalera, Director General de la División de Cigarros, Presidente del Consejo de Administración y Co presidente de Altadis, donde posteriormente fue nombrado Presidente de la Comisión Ejecutiva y Consejero Delegado del Grupo. También fue nombrado consejero de Telefónica Internacional”. El párrafo justifica el amable apodo que corre por La Granja (Segovia), donde el empresario acude los fines de semana, para describir su personalidad y su trayectoria: Altos Vuelos. Altos por la A de Antonio y Vuelos por la V de Vázquez. Todo junto, por la presidencia de Iberia. Quizá no es muy original, pero sí es descriptivo.
Pero para alcanzar la cumbre, hay que dar un primer paso. El joven economista Antonio Vázquez lo dio en la auditora Arthur Andersen. Entre 1974 y 1978, Vázquez, con apenas 23 años, fue un “Arturo”. Así se conocía a los empleados de la poderosa organización con sede en Chicago. Cuatro años aprendiendo, absorbiendo, asimilando, conociendo…Y al fin, un negocio y un puesto apetecible: bodegas en expansión al otro lado del Atlántico.
Una plataforma ideal para un joven ejecutivo con ambición: Osborne, las bodegas creadas por el caballero de Exeter (Reino Unido), Thomas Osborne, en 1772 en el Puerto de Santa María (Cádiz). Vázquez se convirtió en director de filiales en México de una de las 100 compañías del mundo en activo con más antigüedad. Negocios. Veterano, Magno y el toro.
Si Antonio Vázquez Romero (Córdoba, 1951) no es condecorado algún día por el Gobierno británico será que no hay justicia. En época de crisis, con los mercados temblando, el crédito cegado y la confianza por los suelos, ha cerrado dos grandes operaciones con empresas de Reino Unido. En 2007 vendió Altadis a Imperial Tobacco y en 2010 fusionó la compañía aérea española Iberia con British Airways. Son dos de las compras más importantes de los últimos años.