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En el último año, el sector financiero español está más concentrado, tiene miles de trabajadores menos tras una oleada de ERE que todavía siguen negociándose (Banco Sabadell) y menos sucursales y, en cambio, los pluses millonarios a las cúpulas directivas han regresado con fuerza. Y además vuelve otro fenómeno, viejo conocido de la banca: las comisiones a los clientes. Según constatan todas las organizaciones de consumidores consultadas (OCU, Facua o Adicae), las grandes entidades encaran el final de la pandemia con aumentos de las comisiones, especialmente a las cuentas denominadas no vinculadas o no fidelizadas.
También lo dicen portales comparativos, como HelpMyCash, y así lo reconocen los bancos consultados, que responden que, por el contrario, dan muchas facilidades para fidelizar cuentas, que la mayor parte de sus clientes seguirá sin pagar y que mantener cuentas tiene un coste para el banco. Igualmente, aseguran que el camino de bajos tipos de interés emprendido desde 2014 por el Banco Central Europeo (BCE) para evitar un estallido de la Eurozona en la anterior crisis financiera impide a las entidades obtener más beneficios, por lo que es lógico, alegan, promover productos financieros más rentables. Enfrente, los usuarios quejándose cada vez más a través de redes sociales como Twitter o Facebook, la manera más popular de canalizar el enfado con las finanzas en los tiempos que corren.
No solo son los clientes. El ex presidente del Banco Hipotecario y de Caja Granada Julio Rodríguez López, actual vocal del Consejo Superior de Estadística del INE, apunta a la "situación oligopolística" del sector en España "que tiene difícil salida sin un banco público". "Se observa un paralelismo claro entre entidades diferentes. Ha debido de haber un acuerdo entre los principales bancos a partir de septiembre para castigar las cuentas si no hay vinculación, pero también, a veces, donde sí la hay. Esto ilustra un acuerdo tácito no publicitado", denuncia. "Los bancos siguen con una situación apretada por los bajos tipos de interés y otras cosas y buscan la forma de mejorar la rentabilidad. Vamos a estar sujetos a un castigo por parte de ese oligopolio".
El escenario lo anticipaba en junio José María Méndez, director general de CECA y Cecabank, en unas jornadas organizadas por el diario Sur. En ese acto, Méndez, en presencia de la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, apelaba a "un cambio cultural, una nueva tarificación de los servicios que prestan las entidades". "Muchas de estas comisiones estaban ocultas y ahora tienen que explicitarse con un nuevo modelo de tarifas. Deberíamos de explotar todos la búsqueda de alianzas multi entidad". Eso es lo que habría ocurrido.
"Ahora mismo con las comisiones las entidades o bien inventan nuevas o bien incrementan el importe que ya tenían", critica Rubén Sánchez, secretario general de Facua. "Algo que solo pueden hacer con nuevos clientes, pero no con quien ya tenía una cuenta o producto bancario. El requisito para cobrar una nueva comisión o incrementarla es que en el contrato se indiquen los motivos válidos para aplicar esa subida, cosa que no suele pasar nunca. Es una práctica abusiva y las autoridades de Consumo deberían sancionarla. Pero no trascienden multas", agrega Sánchez. "Además, en paralelo, el Banco de España traslada el mensaje falaz de que se pueden subir las comisiones si no hay notificación previa, obviando que la normativa de Protección al Consumidor prohíbe dicha subida".
Multiplicadas por cuatro en 10 años
Se han identificado incrementos o nuevas comisiones en Caixabank, Unicaja, Sabadell, Santander, ING, BBVA o Kutxabank. infoLibre ha conseguido recabar la versión de los cinco primeros. "La regulación de las comisiones es la desregulación total. Se lo comunican al Banco de España, que dice que no tiene competencias para supervisar los aumentos", critica Manuel Pardos, presidente de Adicae. "Según nuestros cálculos, en los últimos 10 años las comisiones se han cuadruplicado. Y desde junio hemos detectado nuevos aumentos porque Economía había dado hasta el 1 de junio de plazo para que las entidades concretaran sus planes con esta tarificación. Algunas entidades empezaron a cobrar de más en junio, y la gran mayoría en septiembre. ¿Qué hacemos los consumidores?", se pregunta Pardos.
Estos días se produce una efeméride: un año desde el anuncio de fusión de Caixabank y Bankia, que no pocos economistas ven más bien como una absorción. Consumada la pasada primavera, la temporada otoñal viene con grandes cambios en términos de comisiones, especialmente para los clientes no fidelizados: la tarjeta de débito de Bankia pasará a costar 36 euros desde el 1 de enero de 2022 (de 24 euros que se cobraba en Bankia); con las tarjetas revolving, si el pago se aplaza o se fracciona se aplicará una comisión del 23% TAE (existen condenas a entidades financieras por porcentajes inferiores); también se cobrará por emitir la tarjeta de crédito excepto si el cliente pertenece al Programa Día a Día o procede de otro llamado Por Ser Tú en Bankia. La cuenta ON de Bankia oscilará entre 0 y 240 euros al año (60 euros al trimestre), dependiendo de si los clientes cumplen las condiciones marcadas; según Caixabank respecto a esto último, "la mayoría de clientes no pagará nada".
En la entidad contestan que "tres de cada cuatro clientes de CaixaBank estarán exentos de pagar comisiones por la operativa y servicios financieros más habituales una vez que se produzca la integración tecnológica con Bankia en noviembre". "CaixaBank tiene el programa de vinculación más sencillo de cumplir de la banca española y, a partir de noviembre, empezarán a beneficiarse de él todos los clientes procedentes de Bankia que tengan domiciliados sus ingresos y tres recibos o hagan tres pagos con tarjeta de crédito al trimestre", aseguran en el banco.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) con relación a la nueva Caixabank, "aunque las fusiones bancarias pueden tener beneficios para la entidad resultante", en alusión al aumento de la solvencia y de la reducción de costes, "tienen un lado negativo para el consumidor, ya que suponen una reducción de la competencia, limitan su posibilidad de elección, y suelen venir acompañada de un aumento de precios en los productos o servicios, mediante el encarecimiento de comisiones y unos costes adicionales para el propio usuario".
En la entidad que preside Ana Patricia Botín, los clientes que no cumplan las condiciones del programa Santander One y que ya pagaron 20 euros de comisión en agosto volverán a pagar esa cantidad si siguen sin reunir los requisitos. Al final, 240 euros al año. En el Santander responden que los "240 euros anuales es el máximo de comisiones anuales que paga un cliente que no tenga ninguna vinculación con el banco". "Justo el pasado verano, Santander España modificó las condiciones de su cuenta One ampliando las posibilidades de exención de comisiones. Con sólo tener domiciliada la nómina o la pensión y algún recibo el cliente pagará cero comisiones", dicen, "y lo mismo ocurre con el cliente que tiene un producto vinculante, como la hipoteca o un fondo. Y los clientes que sólo tengan nómina y pensión pagan 10 euros al mes, es decir, 120 euros anuales".
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En Unicaja se abonará una comisión de 30 euros y en el Sabadell de 50 euros por las cuentas no vinculadas. "Lo que buscamos es ser la entidad de referencia de los clientes y aumentar la vinculacion", defienden en la entidad catalana, inmersa en un ERE. "Con 700 euros de ingresos y un seguro los clientes lo tienen gratis todo". Por su parte, en Unicaja aseveran que "cada vez son más los clientes de la entidad que están exentos del pago de la comisión de mantenimiento de cuentas, acogiéndose a distintos tipos de programas de exenciones". "En general", razonan, " exenciones basadas en el cumplimiento de requisitos por contratación de productos o servicios, por edad o pertenencia a distintos segmentos de la entidad". Kutxabank, que no ha contestado a este medio, ha desplegado la misma política comisionista.
ING también lleva un tiempo cobrando 10 euros al mes, o 120 euros al año, a clientes que tienen un saldo igual o superior a 30.000 euros en la célebre Cuenta Naranja y no cumplen los requisitos de vinculación de la Cuenta Nómina. Pero en la entidad neerlandesa dicen que esta comisión se evita domiciliando ingresos o cerrando la cuenta de ahorro. "Solo el 4% de nuestros cuatro millones de clientes pagan 10 euros al mes, 120 euros al año", manifiestan portavoces. Son clientes no vinculados. Por otra parte, los clientes de ING que retiraban a partir de 50 euros en los antiguos cajeros de Bankia y no pagaban ningún recargo solo podrán seguir sacando en aquellos puntos que pertenecieran a la antigua caja madrileña; no obstante y como este medio ha constatado, a veces ING sí está cobrando comisiones. "Ha sido una reciente y muy puntual incidencia", rebajan la gravedad en ING.
Finalmente, BBVA está empezando a cobrar una comisión por trimestre de 40 euros a los clientes no fidelizados, los que no cumplen los requisitos del programa Adiós Comisiones (160 euros al año).
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