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Bitcoin: así es la moneda virtual que se está convirtiendo en herramienta de la ciberdelincuencia

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"Nació como la moneda del pueblo y se ha convertido en la moneda del crimen organizado en Internet". Manuel Gazapo, director del International Security Observatory, sintetiza con estas palabras la evolución que la divisa virtual bitcoin ha experimentado desde su creación, en el año 2009, hasta hoy. El bitcoin ha sido una vez más objeto de debate después de que el pasado fin de semana los autores de un ciberataque mundial –que afectó a compañías españolas como Telefónica o a hospitales públicos británicos– pidieran el rescate de la información secuestrada en forma de bitcoins.

  ¿Qué es?

El término bitcoin tiene su origen en 2009, cuando su creador, conocido bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto, hace real el objetivo de lograr una criptomoneda pensada para realizar compras online sin el control de ninguna autoridad central, como por ejemplo un banco. Es decir, "la gestión de las transacciones y la emisión de bitcoins es llevada a cabo de forma colectiva por la red", tal y como se advierte en su propia página web.

Bitcoin funciona a través de redes pares, entre iguales, –las redes peer to peer están compuestas por un conjunto de ordenadores conectados entre sí que establecen relaciones siendo, al mismo tiempo, clientes y servidores–, por lo que prescinde de cualquier supervisión para realizar transacciones, que además se basan en un complejo cifrado difícilmente rastreable.

  Cómo funciona

El procedimiento, tal y como explica María Nieves Pacheco, profesora de Derecho Civil e Internacional en la Universidad de Castilla-La Mancha, en esta publicación, se inicia con el registro de un monedero virtual por parte de cada usuario, que será empleado para realizar las transacciones y que funcionará a través de una llave digital creada con algoritmos de criptografía. A través de un mecanismo denominado cadena de bloques –o block chain–, las transferencias son verificadas y pasan a formar parte de un registro público e inmutable organizado por los llamados mineros, usuarios que se encargan de desencriptar y verificar cada bloque de transacciones que forma la cadena.

Entre las principales características de esta criptodivisa, destaca la imposibilidad de falsificación debido al "sofisticado sistema criptográfico que protege a los usuarios". Además, las transacciones son irreversibles y los bitcoins pueden ser cambiados a euros y demás divisas, a lo que se suma su principal peculiaridad: los usuarios no tienen que revelar su identidad, por lo que las transacciones son anónimas.

La cadena de bloques funciona "como un notario o un jurado popular", relata Gazapo. "Tú y yo tenemos un negocio, en el que tú vendes y yo compro, entonces hay diez usuarios [los mineros] que están en medio para observar que la transacción se ha hecho de forma correcta y que no se puede duplicar la moneda, para que con el mismo dinero no se puedan comprar gran cantidad de bienes o servicios", expone el experto.

  Valor

En la actualidad, un bitcoin se cotiza a 1.604 euros. "A principios del presente mes de mayo el cambio estaba a 1.300 euros", señala Gazapo, de modo que "en 15 días su valor se ha multiplicado", evidenciando "un poder de crecimiento muy potente y batiendo su propio récord".

Entre los meses de julio a diciembre del año 2016, el número de transacciones diarias con bitcoins oscilaron entre 250.000 y 300.000. La comparación respecto a el año 2012 habla por sí sola: entonces las transacciones diarias no superaban las 30.000. El número de empresas que aceptan bitcoins como forma de pago en todo el mundo crece cada año.

  Actividades ilícitas

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"El hecho de que haya usuarios que cambien bitcoins por euros [existen cajeros a nivel global donde canjear la criptomoneda por divisas comunes] no supone ningún problema, el problema es que el uso con más impacto es el que se hace en el mercado negro", subraya Gazapo. Se trata de actividades ilícitas como el tráfico de armas, de drogas, de órganos o el hackeo de información. "El rescate que les han pedido a los hospitales británicos el pasado fin de semana, entre otros, era el rescate en bitcoins. Principalmente por el anonimato", señala.

Los ciberdelincuentes hacen con el uso de bitcoins "mucho más complejos los mecanismos de transacciones". Es por ello que "la idea de que los criminales se puedan esconder detrás del bitcoin es una realidad, pero no significa que no puedan ser destapados" a través de rigurosas investigaciones. La red bitcoin "no es completamente anónima y ha habido casos de investigaciones de FBI que han ido siguiendo el rastro y al final se ha encontrado el inicio y el final de la cadena", añade Gazapo.

Sin embargo, continúa el experto, existen multitud de opciones similares: itecoin, dogecoin o ethereul son sólo algunos ejemplos. "Si las autoridades consiguen frenar el uso de bitcoin como crimen organizado, se les va a cerrar [a los ciberdelincuentes] una ventana de oportunidad, pero se les abrirá otra, no hay manera de pararlo", lamenta Gazapo, quien recuerda que "el crimen organizado es resiliente" y por tanto "se va a ir adaptando" a los nuevos escenarios.

"Nació como la moneda del pueblo y se ha convertido en la moneda del crimen organizado en Internet". Manuel Gazapo, director del International Security Observatory, sintetiza con estas palabras la evolución que la divisa virtual bitcoin ha experimentado desde su creación, en el año 2009, hasta hoy. El bitcoin ha sido una vez más objeto de debate después de que el pasado fin de semana los autores de un ciberataque mundial –que afectó a compañías españolas como Telefónica o a hospitales públicos británicos– pidieran el rescate de la información secuestrada en forma de bitcoins.

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