Abril ha vuelto este año a ser un abril casi normal, en lo que al empleo se refiere, con un aumento en el número de cotizantes a la Seguridad Social de 134.396 respecto al mes anterior y un descenso de casi 40.000 –39.012– personas en el registro de parados del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE). Hasta la irrupción del coronavirus, la Semana Santa era la espoleta que activaba el mercado de trabajo español y lo ponía a tono para el estallido laboral del verano. Ese ciclo se interrumpió en abril del año pasado, cuando las afiliaciones a la Seguridad Social se desplomaron, con un recorte de 771.695 personas, y se apuntaron en las listas del paro un total de 282.891 trabajadores.
Aunque los registros están todavía lejos de lo que solían –en abril de 2019 la economía española creó 186.785 empleos y en abril de 2018, 176.373–, la afiliación a la Seguridad Social casi ha duplicado el avance del mes de marzo –70.790 nuevos cotizantes– y sextuplicado el de febrero. Son apenas tres meses en positivo, pero una tendencia positiva después de que el año comenzara con la destrucción de 218.953 empleos. También es el segundo mes consecutivo en que desciende el paro registrado, aunque lo ha hecho por debajo de la bajada de marzo, cuando desaparecieron de las listas del desempleo 59.149 personas. En España 3,91 millones de trabajadores se encuentran en el paro.
Por el contrario, este último abril ha perdido fuelle la contratación, que ha caído un 3,37% respecto a marzo, con 47.262 contratos registrados menos. En marzo, se había disparado un 15,82%.
En todo caso, el impacto de las restricciones por el covid-19 se mantiene en los sectores de actividad ligados a la hostelería y el comercio. La primera tiene aún casi 80.000 trabajadores menos que hace un año, lo que se traduce en una pérdida de empleo del 7,23%. Mientras que los cotizantes de la construcción, en cambio, han crecido un 18,24%.
No obstante, este mes de abril la hostelería ha sumado 40.548 nuevos afiliados, un alza del 4,12%, la mayor de todos los sectores, estimulada por el progresivo alivio de las limitaciones a la actividad en algunas comunidades autónomas. El comercio ha aumentado en 11.218 cotizantes y la construcción en otros 10.734. Estas cifras se refieren al régimen general de los asalariados. También ha crecido el número de autónomos: hay 15.431 más que en marzo. Si se pone la atención en el paro, de los registros del SEPE salieron el pasado abril 32.192 personas de los servicios, 5.127 de la industria y 3.947 de la construcción. Pese a la preponderancia femenina en ese primer sector, el mes pasado abandonaron el desempleo 14.974 mujeres y muchos más hombres, 24.038, por lo que el paro femenino cayó la mitad que el masculino.
Más empleo en Baleares
Además, el empleo ha crecido en todas las comunidades autónomas en comparación mensual. Y donde más, en Baleares, con un 2,75%, seguida de Murcia, con un 1,44%, y Navarra, con el 1,17%. Donde menos, en Canarias –0,16%–, que es la comunidad donde más aumenta el paro –el 0,67%–, seguida del País Vasco (0,27%) y Galicia (0,33%).
Si se contemplan las cifras en perspectiva anual –una comparativa que hay que considerar con la cautela del brutal desplome producido por el covid hace un año–, el empleo sólo ha bajado en Baleares, y con una cifra abultada, un 6,74%. De media, la afiliación estaba en abril un 3,23% por encima del dato de 2020, en pleno confinamiento. Las comunidades donde más ha aumentado el empleo han sido Andalucía –5,6%–, Castilla-La Mancha –5,29%–, Murcia –5,22%–, Comunidad Valenciana –4,37%–, Extremadura –4,34%– y Cantabria –3,74%–.
El paro, en cambio, donde más ha subido respecto a abril de 2020 es en Baleares nada menos que un 13,13%, y en Canarias, un 10,80%, una prueba más del golpe que la pandemia está propinando a las dos comunidades más dependientes del turismo. Les sigue Madrid, con un alza del 8,3%. En Cataluña el desempleo ha crecido un 6,28%. Por el contrario, baja el paro en Galicia –un 10,88%–, el País Vasco –un 8,41%–, Extremadura –4,99%–, Castilla-La Mancha –3,99%–, Cantabria –1,48%– y Asturias –0,3%–.
En ERTE quedaban en abril 638.238 trabajadores, lo que significa que durante el último mes han salido de este sistema de protección 36.621 personas. Del total, 454.765, el 71%, estaban acogidos a ERTE que se benefician de exoneraciones de cuotas a la Seguridad Social. Y casi la mitad de los trabajadores en ERTE, con el contrato suspendido o la jornada reducida, están contratados en restaurantes, bares y hoteles. Un año después del estallido de la pandemia, el 58% de los empleados de las agencias de viajes españolas continúan en ERTE, el 52% de las plantillas de los hoteles y el 42% de los trabajadores del transporte aéreo. Por el mismo motivo, el predominio de las actividades ligadas al turismo, son Las Palmas, con un 15% de sus afiliados, y Santa Cruz de Tenerife, con un 12%, seguidas de Baleares, con un 8,8%, las localidades con mayor porcentaje de sus afiliados a la Seguridad Social en ERTE.
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Para la CEOE, los buenos datos de empleo y paro de abril son el resultado “del alivio de las restricciones” en los sectores más afectados por la pandemia, la hostelería y el comercio. Los empresarios aprovechan para pedir al Gobierno que prolongue los ERTE hasta que concluya el calendario de vacunación. Este jueves sindicatos, patronal y Ejecutivo reanudarán las negociaciones de una nueva prórroga de estos esquemas de protección, que caducan el 31 de mayo. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ya ha adelantado que los ERTE continuarán en vigor “mientras sea necesario”.
CCOO celebra los datos de abril y que ya se hayan recuperado dos de cada tres empleos perdidos por la pandemia. Pero pone el énfasis en que la precariedad siga siendo “la norma en la contratación, dominada por las modalidades temporales”. UGT coincide con CCOO en exigir la derogación de la reforma laboral y la reforma de las pensiones, así como la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), además de defender la necesidad de cambiar el modelo productivo para generar “empleos de calidad”.
El secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, distinguió este miércoles en rueda de prensa entre los ERE de grandes empresas y bancos que se han anunciado en las últimas semanas y los que puedan resultar de un ERTE previo. “No tenemos datos que corroboren una traslación de ERTE a ERE, lo que hay son algunos ajustes significativos de personal cuya oportunidad es cuestionable en algunos casos”, aseguró. Según explicó, en algunos sectores se están produciendo ajustes estructurales por la vía de los despidos, pero que no tienen que ver “con el mal funcionamiento” de los ERTE.