El 29 de abril de este año, Javier Marín Romano (Madrid, 1966) llegó a la cúspide de su carrera en la banca. Ese día sustituyó a Alfredo Sáenz Abad (Las Arenas, 1942), condenado por denuncia falsa, como consejero delegado del grupo Santander.
Marín Romano, joven, dinámico, aficionado a la caza y al golf, con un gran dominio del inglés y una larga trayectoria en la entidad, en la que entró en el año 1991 como asesor jurídico, es el elegido de Emilio Botín para dirigir la marcha del banco más grande de la zona euro.
El nombramiento de Marín Romano se presentó como un movimiento sorpresa por parte de Botín. Como la savia nueva de un tronco bien asentado, capaz de aguantar todos los embates en una época llena de turbulencias, con el sistema financiero español muy tocado y señalado por todos los índices, dentro y fuera del país.
Y sin embargo, los 22 años de Marín Romano en la entidad cántabra han registrado luces y sombras. Fuentes del Banco Santander definen al nuevo consejero delegado del grupo como el hombre que ha sabido lidiar con todos los problemas surgidos a partir de 2007; una especie de solucionador de asuntos poco presentables, como la pifia de la colocación de acciones de la empresa austriaca Meinl European Land (hoy Atrium Real State); el hundimiento del fondo inmobiliario de Banif; la gran estafa de Madoff, que atrapó también a clientes del grupo o la colocación de bonos islandeses entre inversores poco avisados.
La otra versión
Desde luego, hay otra versión sobre el papel de Marín Romano en el grupo Santander. Es una versión más acerada, más cortante, que atribuye al directivo la responsabilidad de haber desarrollado e impulsado, jactándose de ello además, un estilo de hacer banca, al modo anglosajón, vendiendo toda clase de productos estructurados, en una locura que ha atrapado a miles de inversores y ha acabado con sus ahorros.
Quien mejor ha explicado la labor de Marín Romano en el área de banca privada del grupo Santander ha sido...Marín Romano. En el año 2006 y en la publicación Euromoney, en un reportaje "sponsored by Banif", según aclara la propia revista. Marín Romano se explica: "hemos cambiado el modelo de negocio del estilo suizo al anglosajón" asegura. "En lugar de concentrarnos simplemente en el servicio de asesoramiento de inversiones, hemos buscado ofrecer (...) toda la gama de soluciones financieras, desde tarjetas de crédito o los servicios cotidianos para la contablidad familiar hasta soluciones más complejas de gestión de carteras, planificación patrimonial o asesoramiento empresarial o inmobiliario, entre otros".
"Banif" -añadía Marín Romano en la entrevista- cuenta "con la oferta más amplia de productos de todos los bancos privados de España". Y concretaba: "Nuestra filosofía de arquitectura abierta nos permite ofrecer más de 6.000 fondos de más de 130 gestoras".
El directivo apostaba , además, por una fórmula de negocio basada en la ingeniería financiera que estalló en 2007 en EE UU. "Los productos estructurados suponen cada día un mayor peso dentro de nuestra gama de productos" explicaba. "En el año 2005 emitimos productos estructurados a medida por valor de 2.600 millones,y tan sólo en los dos primeros meses del 2006, hemos distribuido productos de este tipo por un total de 1.000 millones de euros".
Marín Romano sostenía también que el nuevo modelo del banco privado Banif se comenzó a implantar en 2003 (él era consejero delegado desde 2001), con un aumento "de nuestra base de clientes a un ritmo del 50% cada año". Es lo que el autor del reportaje, "sponsored", define con buen tino como un "crecimiento ingente". Al fin, ese crecimiento llevó a errores de gestión notables.
Responsabilidad "máxima"
"La responsabilidad de Marín Romano en el asunto de Meinl European Land es máxima", sostiene el abogado Javier Miratvilles (Quark Abogados). El "asunto" consistió en la colocación de acciones de la empresa austriaca por parte de la filial de banca privada del Santander, Banif, por valor de 250 millones de euros a más de 2.000 inversores con promesas de alta rentabilidad que acabó en un desplome.
En opinión de Miratvilles, para sostener la idea de que Marín Romano tiene responsabilidad en el asunto Meinl basta con señalar su cargo en ese momento: consejero delegado de Banif entre 2001 y 2007.
Maria José del Río, abogada de León, que demandó a Banif también por Meinl e hizo declarar a Marín Romano en un juzgado leonés como representante de la entidad en marzo del año pasado, tampoco tiene dudas: "Era el máximo responsable de la entidad y como tal tenía que estar al tanto de los productos que colocaba el banco, de cómo se comercializaban y de la información que se trasladaba al cliente".
El asunto Meinl, como el del fondo Banif Inmobiliario, los bonos islandeses o el fiasco por la estafa del fondo inversor de Madoff (Optimal), está solucionado por el grupo Santander en su mayor parte, aunque todavía hay flecos en los juzgados y en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Los flecos
Uno de esos flecos es el que se refiere al fondo Santander Banif Inmobiliario. A principios de 2009, con Marín ascendido (entre 2007 y 2009 fue director general de Banca Privada Global del grupo y a partir de 2009 sumó la responsabilidad de Gestión de Activos), el grupo canceló los reembolsos del mayor fondo inmobiliario de España.
Lo hizo durante dos años, después de efectuar una tasación extraordinaria que provocó el hundimiento de su valor y una oleada de órdenes de venta. En 2011, los partícipes por fin pudieron recuperar parte de su dinero, aunque con pérdidas superiores al 25% respecto al valor que tenían antes de la tasación.
Juan Manuel Moreno-Luque (Luque Abogados) mantiene una querella por el caso en el juzgado de instrucción número 39 de Madrid.La querella se dirige contra el consejo de administración de Santander Real State (gestora del fondo) y de Banif. Entre los querellados no figura Marín, que entonces ya estaba un escalón por encima.
¿Quiere eso decir que Marín Romano no tiene responsabilidad?. Según Moreno-Luque, no. "No me gusta la crítica ad hominem" -señala- "nunca hay un sólo responsable, pero si hubiera que citar a un responsable por mal gobierno en la gestión de activos, citaría a Marín Romano".
Gestión
Ver másEl PSOE propone prohibir las filiales bancarias en paraísos fiscales
La responsabilidad, añade el abogado, está aún más clara si se atiende a cómo funcionaba la gestión del fondo: "En las cuentas anuales de 2008 y de 2009 de la gestora Santander Real State SGIIC, y de la gestora Santander Asset Management SGIIC, se reconoce que la división de Asset Management del grupo Santander en España, a la cual pertenecen ambas sociedades, está organizada y estructurada de forma tal que las principales decisiones estratégicas y de negocio son tomadas desde la sociedad última dominante, Banco Santander SA, así como desde la sociedad holding de la división, Santander AM Holding SL".
La conclusión parece obvia. Si las últimas decisiones dependen de Banco Santander SA, su director de Banca privada, activos y seguros debería tener responsabilidad por las mismas.
El grupo Santander, sin embargo, sostiene que ninguno de los casos mencionados en Banif era responsabilidad directa del nuevo consejero delegado del grupo. Recuerdan, además, que de Marín Romano se han dicho muchas cosas, "no pocas erróneas". Una de ellas, "absolutamente falsa", es la que atribuye al padre de Marín Romano un puesto de secretario en el Santander, junto a Emilio Botín padre, similar al que Marín Romano ocupó junto al actual presidente del Santander en un lejano 1995.
El 29 de abril de este año, Javier Marín Romano (Madrid, 1966) llegó a la cúspide de su carrera en la banca. Ese día sustituyó a Alfredo Sáenz Abad (Las Arenas, 1942), condenado por denuncia falsa, como consejero delegado del grupo Santander.