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Fomento negocia con bancos y constructoras una salida a las autopistas quebradas con la vista puesta en más obra pública en 2015

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El rescate de las autopistas quebradas está empantanado. Ocho sociedades concesionarias han presentado concurso de acreedores en los juzgados, tres más están al borde del abismo, y el Gobierno no da con la salida. Tras casi dos años de negociación, la ministra de Fomento, Ana Pastor, encargada de gestionar la patata caliente que supone la quiebra del plan faraónico de autovías de pago inaugurado entre 2003 y 2007, mantiene la idea de que cualquier solución pasa porque el rescate no cueste un euro al Estado, algo poco probable.

Las dilaciones han desatado recelos en el Gobierno. En el área económica del Ejecutivo, el retraso en diseñar una salida al problema se atribuye a la voluntad de Fomento de utilizar el rescate de las autopistas como parte de una negociación más amplia con bancos y constructoras, protagonistas de otros grandes negocios en torno a las infraestructuras como la privatización de AENA o la liberalización del ferrocarril. 

infoLibre intentó, sin éxito, mediante llamadas y correos electrónicos obtener la versión del ministerio que dirige Ana Pastor sobre la hipotética conexión entre una solución "limpia" para las autopistas y los contratos de obra pública para el próximo año. Las grandes empresas constructoras han planificado  su actividad para 2015 con una previsión de aumento de la actividad en obra pública.

Grandes constructoras

Las grandes constructoras FCC, Sacyr, ACS, OHL, Abertis, Acciona y Ferrovial forman parte destacada del complejo entramado de intereses que se mueve en torno a las autopistas quebradas. En las autopistas de peajes con problemas participan 52 entidades financieras, 10 constructoras, 21 socios y miles de expropiados que aún estan pendientes de recibir la compensación por la entrada en sus terrenos.

Con la negociación abierta y los juzgados apremiando al ministerio, Pastor mantiene el discurso: lo que está estudiando, sostiene su departamento, es "hacer una quita del 50%" de la deuda"  y encontrar una salida "que nos cueste cero euros, si no, no habrá solución".

Como siempre, el dinero es la clave. La cuenta más ajustada se reparte en 3.800 millones de deuda financiera; 600 millones por expropiaciones "reclamables" y en torno a 200 millones por obras pendientes.  

La negociación

Según la negociación, la banca española asumiría su mitad y compraría a la banca extranjera otra porción (1.200 millones), con un descuento importante, a un tipo de interés favorable (1,5% incial y 3% de tasa media) y a un plazo de 30 años. Los bancos pondrían, además, 1.200 millones para financiar las expropiaciones. Con los números pactados, la puerta quedaría abierta: una sociedad pública para asumir las vías quebradas pagando a los acreedores una parte de la deuda financiera.

Pero la partida sigue. La oposición atribuye el empantanamiento del problema a la mezcla de miedo y desconocimiento de Ana Pastor. "El problema sigue sin solucionarse", explica Rafael Simancas, exportavoz del PSOE en el área de Fomento, "por la incapacidad política de la ministra". La versión más ácida de la estrategia ministerial atribuye a Pastor un miedo escénico a protagonizar un tema polémico: rescatar un negocio privado con fondos públicos.

Con los concursos de acreedores vivos, las soluciones, aparentemente son sólo dos: nacionalizar las autopistas quebradas –como ya sucedió en los años 80– o hacer frente a la quiebra de las concesionarias y al pago de la responsabilidad patrimonial de la Administración pactada en los contratos.

Hubo alternativa

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Pero aunque pocos la recuerdan, hubo otra alternativa. Y llegó a ser negociada entre el Gobierno saliente del PSOE y el PP en ascenso. La solución consistía en hacer paquetes de concesiones rentables y no rentables; tres rentables más una no rentable, para compensar. Suponía hacer una revisión total de las concesiones en España. Las constructoras, señalan fuentes al tanto de aquellas negociaciones, tumbaron el plan. Preferían el rescate.

Mientras se negociaban los paquetes de concesiones el Gobierno socialista de entonces concedió a las empresas concesionarias con problemas créditos por importe de 450 millones, 200 millones en 2010 y 250 millones en 2011créditos. Contaron el voto favorable del PP y de CiU.

La mala situación por la que atraviesan las radiales se ve bien en los datos de tráfico de los nueve primeros meses: la AP-41 entre Madrid y Toledo redujo su tráfico un 43%, seguida de la R-5 (13,6%); R-2 (6,8%); R-3 (5%); R-4 (3%) y la Circunvalación de Alicante (0,1%). Los crecimientos se registraron en la AP-36 entre Ocaña-La Roda (4%); AP-7, entre Cartagena-Vera (3,2%) y el Eje Aeropuerto (1,9%).

El rescate de las autopistas quebradas está empantanado. Ocho sociedades concesionarias han presentado concurso de acreedores en los juzgados, tres más están al borde del abismo, y el Gobierno no da con la salida. Tras casi dos años de negociación, la ministra de Fomento, Ana Pastor, encargada de gestionar la patata caliente que supone la quiebra del plan faraónico de autovías de pago inaugurado entre 2003 y 2007, mantiene la idea de que cualquier solución pasa porque el rescate no cueste un euro al Estado, algo poco probable.

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