Las tres grandes eléctricas españolas han ganado 4.295 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 5,8% más que en el mismo periodo de 2016. Si se cumplen sus previsiones, al terminar el ejercicio sus beneficios habrán sumado 5.708 millones. Más de la mitad de esos resultados positivos corresponden a Iberdrola, que ha cerrado sus cuentas hasta septiembre con 2.416,6 millones de euros de ganancias, un 18,3% más que hace un año.
De alcanzarse la cifra programada por las empresas, 2017 será el año que más dinero habrán ganado las tres grandes desde 2014, cuando la venta a la italiana Enel de su negocio en Latinoamérica disparó el beneficio de Endesa hasta los 3.337 millones de euros.
Esas ganancias se registran en sus libros también en el año en que el recibo de la luz ha escalado a máximos en dos ocasiones: en enero y en octubre. A comienzos de año, la factura eléctrica se disparó de media hasta los 87,81 euros, un 9,4% más que en diciembre de 2016. Y el pasado octubre subió un 7%, hasta los 71,49 euros. Para el cálculo se utiliza la medida estándar del Ministerio de Industria y Energía: un consumo medio de 3.900 kilovatios hora y una potencia de 4,4 kilovatios.
Así, hasta octubre, un consumidor medio acumulaba un recibo de la luz de 684,04 euros, 77,55 euros más que en el mismo periodo de 2016, un 12,7% más. El propio ministro de Industria, Álvaro Nadal, pronosticó el pasado enero que la factura se iba a encarecer 100 euros durante el ejercicio y, por cómo se están comportando los precios, va a acertar de pleno. En ese caso, el recibo se elevaría hasta los 852 euros, la cifra más alta desde 2012, cuando llegó a situarse en 873 euros, según los datos del ministerio.
La subida se debe a la suma de múltiples factores. La sequía, que ha vaciado los embalses, ha dejado la producción hidroeléctrica a niveles mínimos, comparables a los años 90: sólo 878 gigavatios hora, la mitad que en octubre de 2016. La falta de viento también ha reducido el peso de la energía eólica en la generación de electricidad. A los fenómenos meteorológicos se ha añadido el recorte de la producción nuclear, debido a la parada de la central de Cofrentes (Valencia). Las tres citadas pasan por ser las fuentes más baratas de entre lasque componen el mix de generación. Por tanto, tener que recurrir a otras más caras ha inflado el recibo: las centrales térmicas de carbón, los ciclos combinados –que consumen gas– y la cogeneración –que utiliza fuel–. La producción de ciclos combinados de gas creció en el último mes un 20,4% y el carbón, un 38,2%. Entre ambas sumaron el 41% del mix, un 6% más que en octubre de 2016.
Como el crudo también ha escalado hasta los 63,74 dólares el barril, y los precios internacionales del gas y el carbón no dejan de subir, ha estallado una suerte de tormenta perfecta justo cuando se espera un aumento de la demanda por la previsible –aunque retrasada este año– bajada de las temperaturas.
La primera medida, 10 meses después
Además, es muy posible que el alza de precios se prolongue en 2018. Al menos eso es lo que creen los analistas del asesor energético para empresas ASE, que destacan las “fuertes subidas” registradas en el mercado de futuros español. Según explican, uno de los motivos radica en que se esperan nuevas paradas técnicas de las centrales nucleares francesas en los próximos meses. El cierre temporal de 21 de ellas a finales de 2016 ya disparó el precio de la electricidad en España en pleno invierno. El 75% de la energía eléctrica en Francia procede de sus centrales nucleares. Con la parada de un número tan elevado de instalaciones, tuvo que aumentar sus importaciones eléctricas españolas. Y al crecer la demanda en España, subieron los precios.
A principios de año el ministro Álvaro Nadal anunció una serie de medidas para evitar que se dispare el precio de la luz. Se trata, sobre todo, de influir en el precio del gas. De momento, sólo ha aprobado la primera de ellas, y lo ha hecho este mismo viernes en consejo de ministros. A partir de ahora, Gas Natural y Endesa, como operadores dominantes, deberán ejercer como “creadores de mercado obligatorios” en el mercado organizado Migbas (Mercado Ibérico del Gas). Es decir, tendrán que presentar de manera continuada ofertas de compra y venta, para aumentar la liquidez en el mercado y suavizar los picos de precios en situaciones de escasez.
Además, el ministerio quiere aumentar en un 75% la oferta de gas que deben tener almacenados los operadores en invierno. También pretende evitar subidas en el precio de la luz recurriendo a la interrumpibilidad: unas subastas entre las grandes industrias consumidoras de electricidad para reducir o suspender la demanda cuando lo exija el sistema. Según explicó el secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, hace sólo unos días, el Gobierno aún está negociando la reforma con Bruselas y con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
No obstante, el ministerio se ha cuidado mucho en precisar que el conjunto de medidas “sólo servirán para mejorar el funcionamiento del mercado, pero no para abaratar artificialmente los precios”.
Beneficios millonarios y cargas fiscales
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Desde 2012 hasta octubre de este año, las tres grandes eléctricas han sumado beneficios por un importe total de 34.140 millones de euros, de los que 15.318 millones corresponden a Iberdrola.
El pasado septiembre, en un acto sobre el sector eléctrico organizado por el diario Expansión, el consejero delegado de Gas Natural Fenosa, Rafael Villaseca, negó que España tenga el recibo de la luz “más caro” de Europa. Aunque también admitió la necesidad de “trabajar” para que sea más barato.
No obstante, Villaseca atribuyó buena parte de la culpa del precio final que paga el consumidor al hecho de que más del 50% de los costes correspondan a “decisiones de política industrial o ambiental y a cargas fiscales”. “No debemos olvidar que, si esas cargas desaparecieran, volveríamos a tener la energía con uno de los precios más competitivos de Europa”, aseguró.
Las tres grandes eléctricas españolas han ganado 4.295 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 5,8% más que en el mismo periodo de 2016. Si se cumplen sus previsiones, al terminar el ejercicio sus beneficios habrán sumado 5.708 millones. Más de la mitad de esos resultados positivos corresponden a Iberdrola, que ha cerrado sus cuentas hasta septiembre con 2.416,6 millones de euros de ganancias, un 18,3% más que hace un año.