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La vuelta al cole más cara de la historia pone en entredicho la gratuidad de la educación: "No basta con garantizar una plaza"

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Eli Ojeda prepara la vuelta al cole del próximo curso con la calculadora en la mano. Madre de dos mellizos de siete años, tiene que cuadrar al máximo sus cuentas para tener todo preparado en septiembre y, a la vez, afrontar la subida de la hipoteca que le han hecho este año. "Ha sido brutal", lamenta. Es trabajadora social y tiene un puesto en una entidad grande, pero aun así, el aumento de la cuota le impide "estirar más" su salario. Y no tiene otro porque la suya es una familia monomarental. Una de esas que, según el Ministerio de Igualdad, alcanzan hasta un 52% de tasa de pobreza. "Si yo no tuviera ayuda, no podría", lamenta.

Se refiere a la que le prestan sus familiares y amigos, además de las públicas a las que accede a través de la Junta de Andalucía. "La ropa, por ejemplo, la aprovecho de mis sobrinos mayores y de amigos. Lo heredamos todo. Luego, los Servicios Sociales de mi zona me ayudan para recibir cuadernos, mochilas, lápices...", enumera. Nunca consigue todo, pero al menos sí la mayoría del material que necesita y que este año, según los datos de varios comparadores financieros, ha vuelto a encarecerse.

Las cifras asustan. Según el comparador Banqmi, que asegura que esta será la vuelta al cole "más cara de la historia", el precio medio de libros y de uniformes ha subido este curso cinco euros por cada niño o niña, alcanzando un presupuesto total de 410,70 euros de media. Será más acusado en la Comunitat Valenciana (465,55 euros), Cataluña (447,86) y Navarra (447,36), y menos en Extremadura (383,38) y Castilla-La Mancha (387,34). Pasó igual el curso pasado, cuando de hecho el encarecimiento de todo el material escolar fue más acusado: pasó de 386,76 euros en 2021 a 406,07 en 2022.

Ese año, según una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), cada alumno gastó, en total, 2.186 euros, una cifra que también, dijo la asociación, había supuesto un aumento con respecto al año anterior. "No es una sorpresa, todo está subiendo de precio, y la escolaridad y los gastos que ello conlleva no son una excepción", señaló la OCU entonces.

Ahora, la situación puede achacarse al mismo motivo. "Yo lo noto cada vez que voy al supermercado. Siempre gasto más", señala Eli. Aunque es una de las menores de la Eurozona, la inflación en España repuntó el pasado mes de julio hasta el 2,3%, poniendo fin de este modo a dos meses consecutivos de caída. Los alimentos fueron lo que más se incrementó, puesto que según el Instituto Nacional de Estadística (INE) llegaron hasta el 10,8%. "Una de las causas de la subida del coste de la vuelta al cole es la inflación, claro", señala la responsable de Enseñanza de FeSP-UGT, Maribel Loranca, que apunta también a la subida del IVA de una parte del material escolar, como es el de papelería. "Pasó de un 18% a un 21%", recuerda.

No ocurrió con los libros, que mantienen el tipo impositivo del 4%, aunque siguen siendo el material en el que más se desembolsa. Los de España son, de hecho, los más caros de toda Europa, según los datos del comparador Idealo.es. En concreto, el coste medio de los libros de texto en nuestro país alcanza los 22,15 euros, una cantidad muy por encima de los 16,95 de Alemania, de los 17,71 de Austria o de los 18,71 de Reino Unido. Según calculan desde la plataforma, las familias gastarán, de media, hasta 309,62 euros sólo en libros, por lo que la vuelta al cole llegará a ser hasta un 14% mayor a la de hace dos años.

En cualquier caso, la Asociación Nacional de Editores y Libros de Texto (Anele), todavía no ha especificado cuánto costará este producto, aunque sí han prometido "ajustar" los precios frente a lo ocurrido el año pasado, cuando, dice Loranca, la necesidad de adaptar los materiales a la nueva ley educativa, la ley Celaá, retrasó la cadena productiva y elevó el coste final. "El curso pasado el Ministerio publicó con retraso el currículum básico y las comunidades lo comunicaron tarde. Las asociaciones de editores dijeron entonces que hubo que realizar un sobreesfuerzo. Este año todo será más sencillo", explica.

¿Existe verdaderamente la educación gratuita?

Con este escenario, desde los sindicatos se plantea una pregunta: ¿de verdad está garantizada la educación gratuita en España? "Detrás de estas cifras hay un debate. La Constitución señala que la educación básica es gratuita, pero tenemos que ver qué conceptos debemos incluir en esa gratuidad", reflexiona Loranca, que cree que hay que garantizar "la equidad y la igualdad de oportunidades", apoyando a quien más lo necesita. "Los recursos son limitados", apunta, recordando que según el INE hay un 26% de personas en riesgo de pobreza o exclusión social. "Un tercio de los niños y niñas está en esta situación, por lo que el debate más allá de la inflación", señala.

Desde la Federación de Enseñanza de CCOO, su secretario general, Francisco García, opina diferente: no hay que discriminar por renta, hay que garantizar "el derecho universal" a la educación. "Más allá de la privada, el principal coste de las familias ahora son los libros y el resto del material. Nosotros manejamos desde hace tiempo una propuesta, que pasa por su gratuidad en la educación obligatoria", señala. La explicación está clara. "Si queremos que la educación sea gratuita no basta con garantizar una plaza en una escuela pública. Hay que garantizar que todo aquello que da derecho a la educación también lo sea", dice.

Coincide con él la presidenta de la FAPA Francisco Giner de los Ríos, Mari Carmen Morillas. "Pedimos gratuidad en la educación", dice, tajante. Y no sólo en los materiales, sino también en otros servicios como los comedores escolares que, según los datos de la OCU, suponen alrededor de 1.060 euros anuales por familia.

Como recuerda Loranca, además, todas las comunidades han ido subiendo los precios de sus comedores desde 2021. La última en hacerlo fue Madrid, que esperó hasta el día después de las elecciones autonómicas para anunciar que los menús de sus escuelas pasarán este curso de costar 4,88 euros por cada niño o niña a 5,50.

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Pero más allá de los comedores también existe otro servicio que para muchas familias, más que un deseo, es una necesidad: las clases extraescolares. Según la OCU, pueden llegar a costar hasta 600 euros al año a las familias que las contratan, que suelen ser de ciclos de Infantil y Primaria. Sin embargo, sólo lo hacen las que pueden afrontar ese gasto añadido, lo que provoca una enorme desigualdad educativa y un recrudecimiento de la económica.

Esto tiene que ver mucho con el debate que precisamente reabrió el pasado mes de junio la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que instó a España a apostar por la jornada partida en las escuelas para responder mejor a las necesidades de los alumnos más desfavorecidos.

La profesora de la facultad de Educación de la UAM, Marta Ferrero, coautora del estudio Jornada escolar continua: cómo la pandemia está acelerando un modelo social y educativo regresivo, argumentó a infoLibre que ese modelo es el que proporciona a la escuela la posibilidad de acabar con las desigualdades. Según explicó, ha quedado comprobado que muchas familias con niños y niñas en escuelas con jornada continua no pueden permitirse el comedor ni proporcionarles una buena alimentación. Otras, continuó, no pueden costearse actividades extraescolares que les permitan trabajar a tiempo completo. Y eso se nota en los salarios, volviendo a complicarlo todo.

Eli Ojeda prepara la vuelta al cole del próximo curso con la calculadora en la mano. Madre de dos mellizos de siete años, tiene que cuadrar al máximo sus cuentas para tener todo preparado en septiembre y, a la vez, afrontar la subida de la hipoteca que le han hecho este año. "Ha sido brutal", lamenta. Es trabajadora social y tiene un puesto en una entidad grande, pero aun así, el aumento de la cuota le impide "estirar más" su salario. Y no tiene otro porque la suya es una familia monomarental. Una de esas que, según el Ministerio de Igualdad, alcanzan hasta un 52% de tasa de pobreza. "Si yo no tuviera ayuda, no podría", lamenta.

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