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Botín, Entrecanales, Koplowitz, Ortega, cuando tu herencia es un consejo de administración

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Marta Ortega asumirá la presidencia de Inditex, el gigante textil creado por su padre, el próximo abril. A los 37 años, tendrá bajo su mando un conglomerado de empresas que vale en Bolsa casi 90.000 millones de euros y emplea a más de 160.000 trabajadores en los cinco continentes. Pese a que lleva década y media integrada en diferentes áreas del grupo de Arteixo (A Coruña), su ascenso directo a la máxima responsabilidad no tiene otra razón de ser más que la filial. Cierto que la segunda hija del fundador será presidenta dominical y la carga ejecutiva quedará sobre los hombros del consejero delegado, Óscar García Maceiras, pero se trata de un relevo doblemente significativo, al incluir la salida de Pablo Isla, quien pasa por ser uno de los ejecutivos más renombrados del planeta tras septuplicar el valor de la compañía en 10 años.

Pero por muy espectacular que sea el movimiento –largo tiempo preparado–, no significa que sea extraordinario. Basta echar un vistazo a las cúpulas de las principales empresas españolas para ver numerosas, y fulgurantes, promociones marcadas por los apellidos. La revista Forbes publicó hace sólo unos días que, de los 100 multimillonarios españoles, sólo 26 pueden considerarse ricos de primera generación; 53 lo son de segunda y 21 de tercera. Los nombres que se mencionan a continuación van más allá de la acumulación de fortuna: también heredan el sillón de mando corporativo.

Ana Patricia Botín quizá sea uno de los casos más paradigmáticos de dinastía empresarial. Lleva desde 2014 a la cabeza del banco que presidió su bisabuelo y expandió su padre –cuarta generación, por tanto–, aunque ya en 2002 fue colocada al frente de Banesto.

En las grandes constructoras los cargos heredados son abundantes. Rafael del Pino Calvo-Sotelo es, además de ingeniero de Caminos, uno de los cinco hijos del fundador de Ferrovial, Rafael del Pino y Moreno. Preside el grupo constructor desde el año 2000, pero antes ya había sido su consejero delegado (1992-1999). También es, según la última lista de la revista Forbes, la tercera persona más rica de España, sólo por detrás de Amancio Ortega y su hija mayor, Sandra. En los primeros puestos de esa clasificación figuran también los otros cuatro hermanos Del Pino, accionistas de la empresa –Leopoldo ha tenido algunas disputas con su hermano Rafael, María preside la Fundación Rafael del Pino, Joaquín se sienta en el consejo de administración y Fernando dejó Ferrovial en 2014–, con lo que los cinco suman una fortuna de casi 8.000 millones de euros, por encima de la acumulada por Sandra Ortega.

También José Manuel Entrecanales Domecq llegó a la presidencia de Acciona, otra de las principales constructoras del Íbex 35, de la mano de su padre, José María Entrecanales de Azcárate. Fue en 2004. Su primo, Juan Ignacio Entrecanales Franco, que es ingeniero industrial, ocupa desde ese mismo año la vicepresidencia. Ahora la hija de José Manuel, Clotilde, ejerce desde hace tres años como directora de Experiencias en una de las empresas del grupo, Acciona Ingeniería Cultural.

Esther Alcocer Koplowitz preside Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) desde 2013. Es hija de Alberto Alcocer y Esther Koplowitz, quien junto con su hermana Alicia y su marido Alberto Cortina (primo y socio del primero) crearon FCC tras fusionar Cycsa –propiedad del padre de Esther y Alicia, Ernesto Koplowitz– y Focsa en 1992.

Sucesiones con problemas

Otras sucesiones han resultado más problemáticas. Como la de Dimas Gimeno al frente de El Corte Inglés. Sólo duró cuatro años como presidente del primer grupo de distribución español y fue destituido en medio de una agria disputa con sus primas e hijas adoptivas de Isidoro Álvarez, las hermanas Álvarez Guil. También como Marta Ortega, Dimas Gimeno había pisado las tiendas y otros departamentos de la empresa de su tío antes de ser aupado al consejo de administración en 2009. Marta Álvarez Guil es ahora la presidenta de El Corte Inglés. Cristina se sienta en el consejo de administración y es vicepresidenta de la Fundación Ramón Areces.

Javier Hidalgo es hijo de Juan José Hidalgo, dueño del grupo turístico Globalia –Air Europa, Halcón Viajes–, y hasta el pasado mes de abril también era su consejero delegado. Su hermana María José ejerce como vicepresidenta de la compañía, que tiene pendiente de culminar la complicada venta de Air Europa a IAG Iberia y ha cerrado la fusión de Halcón Viajes con el Grupo Barceló.

En el grupo hotelero Iberostar Miguel Fluxá Roselló ha colocado a su hija Sabina como vicepresidenta y consejera delegada. Suma ambos cargos desde 2006, cuando tenía 26 años.

También el grupo Meliá lo dirige un heredero: Gabriel Juan Escarrer Jaume, consejero delegado y vicepresidente, es el hijo del fundador, Gabriel Escarrer Juliá, quien sigue ejerciendo como presidente no ejecutivo de la mayor compañía hotelera española. Escarrer Jaume entró a trabajar en el grupo en 1996, con 25 años, y sucedió a su padre en las tareas ejecutivas en 2016.

Al frente de Eulen se encuentra desde 2016 María Jesús Álvarez, una de los siete hijos de David Álvarez, otro ejemplo de emprendedor que terminó construyendo un imperio: de la seguridad privada a las bodegas Vega Sicilia. María Jesús mantiene desde 2009 una dura batalla, en los consejos y en los tribunales, con sus hermanos por el control de El Enebro, la sociedad patrimonial de la familia. Desde la herencia del padre hasta la distribución de dividendos, las relaciones entre los Álvarez están lejos de ser fraternales. En junio del pasado año, en la cumbre organizada por la CEOE para que los empresarios expusieran sus estrategias de salida de la pandemia, María José Álvarez aprovechó para criticar el Ingreso Mínimo Vital. “No propicia el interés por un trabajo formal”, aseguró. A su juicio, a la ayuda que acababa de arrancar esos días le hace falta un “estímulo para encontrar un puesto de trabajo”.

En su competidor, Prosegur, Helena Revoredo, viuda del fundador y presidenta, nombró a su hijo Christian consejero delegado del grupo y de la filial Prosegur Cash, que salió a bolsa en 2017. Su hija Chantal es consejera dominical.

Coca-Cola y sangre

Sol Daurella pertenece al club de los herederos corporativos de tercera generación. Su abuelo, Santiago Daurella i Rull, consiguió la concesión para embotellar Coca-Cola en la España de los años 50. Su padre, José Daurella, expandió el negocio bajo la marca Cobega. Sol se convirtió en la imagen visible que vio nacer Coca-Cola European Partners, distribuidora del refresco estadounidense no sólo en España y Portugal sino también en Francia, Reino Unido, Alemania, Países Bajos, Bélgica, Suecia y Noruega.

Víctor Grifols Roura, presidente no ejecutivo desde 2017 de la farmacéutica catalana que lleva su apellido, líder europeo de hemoderivados, sucedió en el cargo a su padre, Víctor Grifols i Lucas. Éste a su vez, se había hecho cargo de la empresa creada por José Antonio Grifols Roig en 1940. Otro de los hermanos de Víctor Grifols Roura, Raimon fue nombrado en 2017 consejero delegado solidario junto con el hijo del presidente, Víctor Grifols Déu, que está llamado a suceder a su padre en la presidencia. La cuarta generación, por tanto.

También en Galicia y también en el textil, como Marta Ortega e Inditex, pero a muchos millones de distancia, Adriana Domínguez accedió a la presidencia de la firma de moda Adolfo Domínguez en 2020. Hasta entonces había sido consejera delegada y antes la responsable de la división de perfumes. Su hermana Valeria fue directora de comercio electrónico y Tiziana es directora creativa. Adriana tomó el timón de la marca orensana cuando atravesaba una enorme crisis que la abocó al cierre de 153 tiendas y el despido de 50 trabajadores. Llevaba desde 2911 encadenando pérdidas, que alcanzaron los 22,9 millones en 2016. Desde entonces la empresa ha reducido sus números rojos, que volvieron a dispararse el año pasado por culpa del covid.

Marta Ortega asumirá la presidencia de Inditex, el gigante textil creado por su padre, el próximo abril. A los 37 años, tendrá bajo su mando un conglomerado de empresas que vale en Bolsa casi 90.000 millones de euros y emplea a más de 160.000 trabajadores en los cinco continentes. Pese a que lleva década y media integrada en diferentes áreas del grupo de Arteixo (A Coruña), su ascenso directo a la máxima responsabilidad no tiene otra razón de ser más que la filial. Cierto que la segunda hija del fundador será presidenta dominical y la carga ejecutiva quedará sobre los hombros del consejero delegado, Óscar García Maceiras, pero se trata de un relevo doblemente significativo, al incluir la salida de Pablo Isla, quien pasa por ser uno de los ejecutivos más renombrados del planeta tras septuplicar el valor de la compañía en 10 años.

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