El banco venezolano Banesco ha hecho un negocio redondo con la compra de Novagalicia (NCG Banco), la entidad que nació de la fusión de las cajas gallegas, rebautizada como Abanca. Banesco ganó en diciembre de 2013 la subasta convocada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para venderla. Se comprometió a pagar a plazos –hasta 2018– un total de 1.003 millones por una entidad en la que el Frob había inyectado 9.000 millones de dinero público. Apenas un año después, Banesco ha declarado beneficios netos de 1.157 millones, con lo que recupera toda la inversión comprometida. En el otro extremo, el FROB
–todos los contribuyentes– han perdido 8.000 millones.
La operación, en opinión de algunos expertos, deja en evidencia la política del Gobierno –el FROB depende del Ministerio de Economía–. Después deenterrar miles de millones de dinero público para apuntalar el sistema financiero, ve cómo los beneficios se escurren hacia inversores privados que han sabido aprovechar una oportunidad puesta en bandeja.
"Se van a forrar"
El economista Julio Rodríguez (Economistas Frente a la Crisis) resume en una frase la operación Banesco-NCG que amparó el FROB: "Se van a forrar rápidamente y los costes los vamos a pagar todos". En opinión de Rodríguez, ex presidente del Banco Hipotecario, "el FROB debió de exigir más en la subasta, pero dió la sensación de que la entidad le quemaba en las manos".
Banesco se impuso en la subasta a la premier league bancaria del paíspremier league (Caixabank, BBVA y Santander) y a varios fondos. Su oferta cumplió las condiciones del FROB: superar en 200 millones a la segunda mejor oferta y mejorarla al menos en un 50%.
Para el nuevo propietario de NCG Banco-Abanca, Juan Carlos Escotet, fue una operación de ensueño. Los beneficios netos obtenidos, 1.157 millones en 2014, han sido superiores a los beneficios brutos –antes de pagar impuestos–, que ascendieron a 601 millones. La diferencia se explica porque en el beneficio neto de la entidad se han sumado 500 millones de créditos fiscales –partidas reconocidas por Hacienda para compensar pérdidas de años anteriores–. Han sido 100 millones más de créditos fiscales que en 2013. "Es una cantidad sorprendente", apunta Rodríguez.
Expolio a las arcas públicas
Más contundente si cabe, el economista Carlos Sánchez Mato (colectivo ATTAC) sostiene que la operación consentida por el FROB supone "un expolio a las arcas públicas". Algo que deja el escándalo de las "tarjetas black" en Bankia como "el chocolate del loro". Al igual que otros expertos, Sánchez Mato cuestiona la información "limitada" que ha proporcionado Abanca. En ella, no obstante, se observa cómo "se están liberando provisiones (partidas destinadas a cubrir riesgos) en una práctica más que discutible consentida por el Banco de España".
Fuentes cercanas a la cúpula de la entidad sostienen que en torno a los números de Banesco-Abanca se ha desatado una "controversia política muy interesada". Una polémica alimentada, añaden, por entidades que trataron de hacerse con Novagalicia "por un euro". Las mismas fuentes explican que la espectacularidad de la cifra de beneficios no es tal si se analiza con detalle.
Así, explican que de los 1.157 millones de ganancia neta, sólo 220 millones provienen del negocio bancario. Supone, sostienen, una rentabilidad sobre los recursos propios "un poco por encima de la media del sector". Otros 400 millones de beneficio, añaden, provienen de la venta de deuda pública (resultados de operaciones financieras o ROF). Esa deuda, en lo que ha sido una práctica común en el sector bancario, se compró a tipos de interés elevados. Ahora, con el desplome de los tipos a mínimos, afloran cuantiosos beneficios.
Créditos fiscales
Queda otra partida, 500 millones de créditos fiscales, que ya estaban en las "tripas" de Novagalicia cuando la adquirió Banesco. "Novagalicia tenía reconocidos 4.500 millones, se han activado 2.500 y quedan otros 2.000 por activar". Resumiendo, las fuentes cercanas a la dirección de Abanca destacan que los resultados de 2014 contienen partidas extraordinarias que pueden llamar la atención pero que no justifican la polémica.
Pero la realidad es que los beneficios del año pasado superan en un 60% la cantidad desembolsada por Banesco por Novagalicia hasta la fecha: 408 millones de euros. El andamio financiero construido en torno a la subasta de 2013 aplazó el resto de los pagos hasta 2018. Están pendientes de pago, aunque Abanca ha asegurado que los adelantará, 100 millones en 2016; 200 millones en 2017 y 300 millones en 2018.
"Las cuentas presentadas por Abanca están cogidas con alfileres", asegura el economista Carmelo Tajadura. "En septiembre de 2014, las cuentas contemplaban 2.000 millones de beneficio, con el abono del exceso de valor contable respecto a la compra. En diciembre, los datos son escuetos y esa cantidad la han quitado. No lo entiendo. Lo que han presentado no es la cuenta entera".
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Pelotazo
Por eso, asegura Tajadura, es aventurado hablar de "pelotazo". "Veremos", asegura. Lo que sí tiene claro Tajadura es que en el caso de la venta de Novagalicia, si se revelara un negocio tan redondo, "más que al FROB habría que criticar a quien nada quiso pagar por la bicoca", es decir, CaixaBank, Santander y BBVA.
Ante las críticas, las fuentes al tanto de la operación cerrada en 2013 argumentan que no se puede juzgar lo que sucedió en el pasado con los datos del presente. Es un argumento que se repite en otras operaciones controvertidas en torno a las antiguas cajas, como la venta del 7,5% de Bankia tras ser apuntalada con 22.000 millones de dinero público. Deudas públicas, beneficios privados.
El banco venezolano Banesco ha hecho un negocio redondo con la compra de Novagalicia (NCG Banco), la entidad que nació de la fusión de las cajas gallegas, rebautizada como Abanca. Banesco ganó en diciembre de 2013 la subasta convocada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para venderla. Se comprometió a pagar a plazos –hasta 2018– un total de 1.003 millones por una entidad en la que el Frob había inyectado 9.000 millones de dinero público. Apenas un año después, Banesco ha declarado beneficios netos de 1.157 millones, con lo que recupera toda la inversión comprometida. En el otro extremo, el FROB