El Banco de España ha calculado la rentabilidad del sistema público de pensiones, la relación entre las cotizaciones que los trabajadores pagan a la Seguridad Social durante toda su vida laboral y la prestación que reciben cuando se jubilan. Lo han hecho utilizando las altas de pensiones de 2017 y el resultado es muy desigual dependiendo del tipo de jubilación –ordinaria, anticipada, parcial– pero también de las cotizaciones y del número de años cotizados.
Así, el rendimiento medio real alcanza el 3,5% anual, lo que significa que, mientras algunos pensionistas obtienen una rentabilidad del 6,3%, otros no llegan ni a la mitad, el 1,7%. La misma variabilidad se revela si el cálculo se realiza con el Coste por Pensión Unitaria (CPU). De media, un jubilado recibe en España 1,74 euros por cada euro cotizado. Pero, tras distribuir a los pensionistas en percentiles –dividiéndolos en grupos del 10% de menor a mayor rendimiento obtenido–, hay quien percibe menos de los que aporta, 0,92 euros por cada euro cotizado, mientras que hay quien consigue 3,16 euros por cada euro.
Los expertos del Banco de España han llegado a estas conclusiones tras analizar un total de 7.627 altas de pensiones de jubilación de la Muestra Continua de Vidas Laborales, el 64% de las registradas en 2017.
También han observado una gran variabilidad de rendimiento financiero según el tipo de jubilación. La mayor rentabilidad la obtienen las pensiones ordinarias, un 4,1% de media, que puede alcanzar el 7,4% en los mejores casos, pero que se queda en apenas el 1,8% en las prestaciones peor retribuidas. Por el contrario, el rendimiento de las pensiones anticipadas es el menor de todas, un 2,8% de media, que se reduce hasta el 1,55% en las menos rentables. Las pensiones de quienes retrasan su jubilación más allá de la edad legal tienen una rentabilidad sólo un poco por encima de la media, un 3,7%, lo que conduce al Banco de España a concluir que el incentivo para alargar la vida laboral es “escaso”. No es así en las jubilaciones parciales –que combinan jubilación y vida activa durante los últimos años de la carrera profesional–, con una rentabilidad un poco superior, de hasta el 3,9% de media.
El mismo panorama resulta de calcular el CUP según el tipo de jubilación. La media de las ordinarias asciende a dos euros por cada euro cotizado. Que casi se duplica para aquéllas más rentables, 3,86 euros, pero se queda en sólo 0,96 euros para las menos generosas. Un trabajador que se retire de forma anticipada percibirá de media 1,39 euros por cada euro aportado cuando trabajaba. Pero sólo 0,87 euros si está en los percentiles más bajos y hasta dos euros si están en los más altos. Si retrasa su jubilación, el incentivo por la rentabilidad es nulo: percibirá 1,74 euros, igual a la media, pero el rendimiento puede ser incluso inferior al obtenido por quienes se jubilen anticipadamente: 0,84 euros por cada euro que cotizó. Por el contrario, quienes se acogieron a la jubilación parcial percibirán una pensión por encima de la media general en la mayoría de los casos.
Mientras, los planes de pensiones privados tienen una rentabilidad que siempre ha estado en cuestión. Según el estudio que periódicamente elabora el profesor de Finanzas del IESE, Pablo Fernández, con Eduardo de Apellániz y Juan Fernández Acín, sólo seis de cada 100 fondos de pensiones rinden más que las empresas del ÍBEX 35 y sólo 12 de cada 100 mejoran el rendimiento de los bonos del Estado a 15 años. La culpa es de las elevadas comisiones que los gestores cobran a los partícipes. También la OCDE ha señalado que España tiene una de las rentabilidades más bajas en planes de pensiones de toda la organización, un 1%, lejos de la media del 2,4%.
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El debate sobre la sostenibilidad del sistema
La medida de la rentabilidad del sistema público de pensiones sirve para calibrar su “equilibrio financiero intertemporal”, aclara también el Banco de España en su artículo. De hecho, que tenga esos rendimientos se utiliza como síntoma de que el sistema público no es sostenible, puesto que devuelve más de lo que recibe. Así, el rendimiento medio se sitúa por encima del crecimiento del PIB, que medró una media del 2,3% entre 1980 y 2018, recuerda el organismo supervisor.La financiación del sistema público de pensiones es uno de los problemas fundamentales que discuten los expertos y que lleva años debatiéndose en la Comisión del Pacto de Toledo, encargada de garantizar su sostenibilidad y suficiencia. La pensión media de las nuevas altas de jubilación se situó el pasado mes de junio en 1.410,29 euros. Pero 3,34 millones de las 6,08 millones de pensiones de jubilación que se perciben en España no llegan a los 1.000 euros, el 55%.
La discusión se centra en cómo mantener la sostenibilidad del sistema, a la vista del envejecimiento de la población y de los rigores financieros del Estado, sin sacrificar el cobro de pensiones suficientes como obliga a garantizar la Constitución. Para los partidarios de recortar la cuantía de las pensiones públicas a fin de mantener la sostenibilidad de las cuentas del Estado, el hecho de que el rendimiento sea superior al PIB se traduce en que existe margen para reducirlas.
El Banco de España ha calculado la rentabilidad del sistema público de pensiones, la relación entre las cotizaciones que los trabajadores pagan a la Seguridad Social durante toda su vida laboral y la prestación que reciben cuando se jubilan. Lo han hecho utilizando las altas de pensiones de 2017 y el resultado es muy desigual dependiendo del tipo de jubilación –ordinaria, anticipada, parcial– pero también de las cotizaciones y del número de años cotizados.