Hasta los ‘riders’ autónomos se rebelan contra Glovo: convocan paros en protesta por la bajada de tarifas

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La bautizada como ley rider reconoció la “presunción de laboralidad” de los repartidores de plataformas digitales como Glovo, Deliveroo o Uber Eats. Tras años de lucha y muchas sentencias a su favor, incluida una del Tribunal Supremo, se abría la puerta a que los mensajeros trabajasen con contratos laborales y paguen sus cotizaciones a la Seguridad Social. Las empresas tuvieron entonces que adaptar sus estructuras laborales: Just Eat, que ya tenía contratados a sus riders, ha firmado ya un convenio con UGT y CCOO, Uber Eats optó por subcontratar plantilla y Deliveroo abandonó España. Glovo, en cambio, anunció en verano la contratación de 2.000 repartidores del total de 15.000 que mantiene en España. Pero, además, cambió las condiciones en que trabajaban los que siguen como autónomos. Y, pese a que muchos de ellos prefieren mantener esa condición, han terminado por copiar a sus antiguos compañeros de bicicleta y han convocado paros este fin de semana en toda España. La Asociación Unificada de Riders (AUR) protesta así por la bajada de sus tarifas al tiempo que exige “autonomía plena”. Su presidente, Fernando Roán Gómez, dice que el 76% de los riders autonómos de Glovo se ha manifestado a favor de los paros.

“Nos han bajado las tarifas y ahora tenemos que trabajar muchas más horas para cobrar lo mismo”, se queja Roán Gómez. Explica que el multiplicador por perdido es ahora de 1,3 “en el bono básico, cuando antes era de 1,8. Y así no cubren los gastos por perdido. Quieren, añade, un mínimo por perdido de cuatro euros. “Y que nos permitan cambiar el multiplicador cuando queramos, no una vez al día como ahora”. También reclaman una tarifa igual para todos los repartidores en todas las ciudades y que no se les obligue a trabajar en zonas delimitadas de cada ciudad.

Además, la empresa les prometió que el tamaño de los pedidos se correspondería con el tipo de vehículo del repartido, pero no se ha cumplido, asegura el presidente de AUR. “Glovo se ha quedado con el monopolio de los autónomos [tras la entrada en vigor de la ley rider], así que puede hacer con nosotros lo que quieran”, lamenta Fernando Roán.

Cambios en la aplicación, no en el modelo

Fuentes del sindicato CGT confirman los cambios aplicados por Glovo tras la entrada en vigor de la ley, el pasado agosto. “En ciudades más pequeñas, como Tarragona o Sant Cugat, los repartidores hicimos una asamblea para ponernos bonos más altos, pero Globo se dio cuenta y nos bajó las horas”, revela. Ahora cuentan con free logging, la conexión a la plataforma es libre, y se ha suprimido el sistema de puntos con el que Glovo primaba a unos mensajeros frente a otros. Pero “las notas de ajenidad y dependencia [que determinan la existencia de una relación laboral, según el Estatuto de los Trabajadores] continúan existiendo”, replica CGT, “porque la aplicación y el logaritmo son de Glovo, y las facturas, por ejemplo, te las siguen dando ellos”.

Nada más entrar en vigor la ley, CCOO denunció en Cataluña que la empresa había introducido cambios en la aplicación para “eliminar indicios de laboralidad”, lo que había reducido los ingresos de los repartidores. CCOO y UGT demandaron también entonces en la Audiencia Nacional a Uber Eats por desconectar a 3.000 mensajeros de un plumazo, en lo que consideraron como un auténtico despido colectivo: la desconexión se produjo el 12 de agosto, el mismo día en que entró en vigor la ley rider.

Tampoco la compra, anunciada esta pasada Nochevieja, de Glovo por la empresa alemana Delivery Hero, ha supuesto un cambio de política laboral. El equipo directivo, integrado por los dos fundadores de la empresa, Óscar Pierre y Sacha Michaud, continuará al mando, y Glovo “seguirá operando con su aplicación y mantendrá su marca”, asegura a infoLibre un portavoz de la firma española.

Miles de falsos autónomos en los juzgados

Sin embargo, a Glovo no le va a resultar fácil continuar con su actual modelo laboral. Este mismo jueves el Juzgado de lo Social número de 1 de León ha reconocido como falsos autónomos a 142 repartidores de esa ciudad. El pasado día 8 fueron 329 en Zaragoza los que fueron considerados asalariados. En noviembre la Inspección de Trabajo había sancionado a la empresa con 8,65 millones de euros por mantener como falsos autónomos a 1.316 mensajeros. El próximo 22 de abril está previsto que se celebre en el Juzgado de lo Social número 11 de Barcelona la vista oral por la laboralidad de 3.800 repartidores, por los que la empresa debió ingresar 3,84 millones de euros en cotizaciones a la Seguridad Social adeudadas entre mayo de 2015 y abril de 2018. Y este mismo jueves el sindicato CGT se reunió con la Inspección de Trabajo de Barcelona, que prepara una nueva acta de infracción contra Glovo por 8.500 riders que trabajaron para la empresa entre mayo de 2018 y agosto de 2021.

Todos estos litigios se refieren a repartidores y cotizaciones debidas a la Seguridad Social antes de que entrara en vigor la ley rider. Pero los sindicatos ya han empezado a denunciar a Glovo también por la nueva estructura laboral implantada para adaptarse a los cambios legales. Y la Inspección tendrá que investigar de nuevo.

Glovo explica que, pese a contar con “un periodo de transición muy corto”, por un lado, empezó a contratar directamente a repartidores, “con horarios y retribuciones fijas y rutas concretas para aquellos servicios que, por su naturaleza, son viables tecnológica y operativamente”. Y por otro, lanzaron “un nuevo modelo de colaboración para profesionales autónomos inédito en España, que sigue el criterio establecido por el Tribunal Supremo y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea”. Este modelo, destacan, permite “simultanear otras aplicaciones y actividades con total flexibilidad, autonomía e independencia”.

ETT y subcontratas

Sin embargo, tanto Riders X Derechos, el colectivo que empezó a luchar contra los falsos autónomos de las plataformas digitales de reparto, como la CGT denuncian que Glovo sigue utilizando sistemas ilegales para eludir la ley. En concreto, recurre a Empresas de Trabajo Temporal (ETT) para contratar al personal de Glovo Supermercado, por el que un empleado de la empresa –lo llaman picker– hace la compra en los supermercados con los que firma convenios y se encarga de gestionar el pedido que luego un repartidor lleva al domicilio. También con Glovo Express, su propio supermercado fantasma.

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CGT ya ha denunciado que estos trabajadores están contratados en fraude de ley, porque se dedican a lo que no es una actividad temporal, sino la actividad principal de la empresa. Más aún si se aplica la nueva regulación de los contratos temporales incluida en la reforma laboral recién aprobada. El sindicato cita a Randstad como la ETT que está utilizando Glovo. Otra empresa del sector, Stuart, acude a los servicios de Adecco y del Grupo Crit para no contratar directamente a los repartidores.

Pero no es el único mecanismo empleado por estas plataformas para burlar la nueva ley. Uber Eats prefiere subcontratar los repartidores. Para ello ha recurrido a Deelivers, una firma de Vigo que sí tiene a sus mensajeros como asalariados. CGT asegura que en este caso se trata de una “cesión ilegal de trabajadores de libro”. Se trata de una infracción laboral muy grave que se comete cuando una empresa cede a otra una plantilla y esta última es la que mantiene la dirección y el control de las tareas; es decir, decide desde el horario hasta las vacaciones, o incluso proporciona las herramientas de trabajo. Es lo que ocurre con los repartidores subcontratados, apunta el sindicato, puesto que utilizan la aplicación de Uber Eats y es ésta, y no Deelivers, la que dirige y controla su trabajo. Otro tanto puede decirse de Stuart, que actúa de subcontratada de Glovo, Uber Eats o incluso de Seur, indica CGT.

“Con la ley rider no se ha perdido ni un solo puesto de trabajo, en contra de lo que auguraban muchos cuando se aprobó; todo lo contrario, de hecho: han aparecido empresas nuevas como Gorillas, Dija, Rocket o Getir, es un sector en total expansión”, resume un portavoz del sindicato. Todas prometen entregar el pedido en menos de 10 minutos.

La bautizada como ley rider reconoció la “presunción de laboralidad” de los repartidores de plataformas digitales como Glovo, Deliveroo o Uber Eats. Tras años de lucha y muchas sentencias a su favor, incluida una del Tribunal Supremo, se abría la puerta a que los mensajeros trabajasen con contratos laborales y paguen sus cotizaciones a la Seguridad Social. Las empresas tuvieron entonces que adaptar sus estructuras laborales: Just Eat, que ya tenía contratados a sus riders, ha firmado ya un convenio con UGT y CCOO, Uber Eats optó por subcontratar plantilla y Deliveroo abandonó España. Glovo, en cambio, anunció en verano la contratación de 2.000 repartidores del total de 15.000 que mantiene en España. Pero, además, cambió las condiciones en que trabajaban los que siguen como autónomos. Y, pese a que muchos de ellos prefieren mantener esa condición, han terminado por copiar a sus antiguos compañeros de bicicleta y han convocado paros este fin de semana en toda España. La Asociación Unificada de Riders (AUR) protesta así por la bajada de sus tarifas al tiempo que exige “autonomía plena”. Su presidente, Fernando Roán Gómez, dice que el 76% de los riders autonómos de Glovo se ha manifestado a favor de los paros.

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