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La Superliga gana en el TJUE pero están dispuestos a jugarla sólo tres de los 64 clubes que necesita

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El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha dictaminado que son ilegales las normas de la UEFA y la FIFA que les permiten autorizar las competiciones deportivas impulsadas por terceros, porque no son “transparentes, objetivas, no discriminatorias y proporcionadas”. También ha establecido que ambos organismos abusan de su posición dominante al imponer sanciones a quienes proyectan esos campeonatos privados. La sentencia responde así a las cuestiones prejudiciales que en mayo de 2021 presentó el Juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid, donde European Superleague Company y A22 Sports, las dos empresas promotoras de la Superliga, habían denunciado a la UEFA y la FIFA, y pedido medidas cautelares para impedir que sancionaran a la docena de clubes que por entonces apoyaban el proyecto.

No habían pasado ni dos horas de la decisión del Tribunal de Luxemburgo, cuando el consejero delegado de A22 Sports, Bernd Reichart, explicaba las características de una nueva Superliga, sensiblemente distinta a la que se dio a conocer el 18 de abril de 2021. De los 20 equipos iniciales se pasa a 64, con una competición femenina y una plataforma de streaming llamada Unify que difundirá gratis todos los partidos. “El fútbol es libre del monopolio de la UEFA”, proclamó Reichart enarbolando la bandera de la libertad que ya han hecho suya desde Isabel Díaz Ayuso (PP) hasta Javier Milei y ha esgrimido este jueves también el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, principal artífice del proyecto: “Hoy ha vuelto a triunfar la Europa de las libertades”.

Pero, de momento, de esos 64 clubes, repartidos en tres divisiones, sólo tres están dispuestos a participar en la nueva competición: el Real Madrid, el FC Barcelona y el Nápoles. De los 12 socios iniciales de la Superliga, se han expresado en contra de regresar al proyecto el Manchester United, el Atlético de Madrid y el Inter de Milán. La Juventus, que se apeó el pasado junio, guarda silencio de momento. La única reacción ha sido la de su expresidente Andrea Agnelli, quien ha publicado un post en X –antes Twitter– con una estrofa de una canción de U2, la frase “love football” y el lema histórico del club italiano, “Fino allá fine” (Hasta el final).

El resto de los clubes españoles, británicos, alemanes y franceses que se han pronunciado rechazan participar en la competición impulsada por Florentino Pérez y Joan Laporta. El Bayern de Múnich y el Paris Saint-Germain, que se opusieron desde el principio a la iniciativa, han reiterado su negativa. El Borussia Dortmund y el Roma, la Real Sociedad, el Valencia, el Villarreal y el Levante entre los españoles, y el Marsella entre los franceses son algunos más de los equipos que ya han dicho no a la Superliga. En el mismo sentido se han pronunciado las ligas inglesa, francesa, alemana, italiana y portuguesa. Sin faltar la española, con su presidente, Javier Tebas, a la cabeza.

Muy relevante es, en particular, el rechazo de la Premier League: cinco de los clubes inicialmente suscritos al proyecto de la nueva competición eran ingleses: además del Manchester United, el City, Chelsea, Liverpool y Tottenham. Todos abandonaron después de que los aficionados ingleses se echaran a la calle para protestar. “Creado por el pobre, robado por el rico”, se leía en las pancartas que atizaban contra los dueños de los clubes. Es más, el propio Gobierno británico, de la mano de su ministerio de Cultura y Deporte, ha dejado claro que seguirá adelante con su proyecto para reformar la gobernanza del fútbol, creando un regulador independiente con la facultad de prohibir a los clubes participar en competiciones no reconocidas por la Premier League, la UEFA o la FIFA.

Tampoco la Comisión Europea respalda el proyecto impulsado por Florentino Pérez. Sin mencionarlo expresamente, el comisario responsable de Modo de Vida, Margaritis Schinas, ha subrayado que “el fútbol europeo representa los valores de la cohesión y no algo reservado a las élites”. “El principio fundamental de Europa es la solidaridad”, ha sido su mensaje en las redes sociales, donde ha mostrado su apoyo a “un modelo deportivo europeo basado en valores” que no es “negociable”.

No obstante, Bernd Reinhart ha prometido “diálogo” a partir de ahora, además de hacer una “invitación” a los clubes. A preguntas de los periodistas, el consejero delegado ded A22 Sports no quiso precisar qué equipos secundan el proyecto. “No queremos dividir el mundo del fútbol, sino unirlo”, se limitó a contestar.

“La sentencia no avala la Superliga”

En cualquier caso, la Superliga debe aún allanar un camino en los tribunales que no ha hecho más que empezar. Porque ahora el juzgado de lo Mercantil deberá sentenciar de acuerdo con el dictamen del TJUE. Una decisión que es recurrible. Javier Tebas, gran enemigo de la Superliga, no perdió la ocasión de subrayarlo: “Le queda un recorrido como mínimo de ocho años”. A su juicio, las opciones del campeonato privado son “cero”.

También el presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin, ha desdeñado el nuevo formato presentado este jueves por Reichart, que considera “aún más cerrado” que el inicial. “Equipos como el Leicester, el Girona que ahora va de líder, el Atlanta… equipos ganadores de países más pequeños no pueden clasificarse para esta competición”, ha advertido en rueda de prensa. “Si lo llamas competición abierta, estás equivocado, intentan presentarla en público como abierta, y no es cierto”. Ceferin invitó al Real Madrid y al Barça a seguir adelante con su propuesta: “Pueden crear lo que quieran, espero que comiencen su máxima competición lo antes posible… con dos clubes”.

Tanto Tebas como Ceferin se agarran a un párrafo de la sentencia en la que, en efecto, el TJUE deja claro que no se pronuncia “sobre la compatibilidad del propio proyecto de la Superliga” con el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, porque el juzgado español no se lo ha pedido. “La sentencia no avala la Superliga”, ha recalcado el presidente de LaLiga.

Ceferin, por su parte, ha dado la vuelta al varapalo del TJUE convirtiéndolo en una oportunidad para mejorar la regulación que, según dice, ya se reformó en 2022: “Éramos conscientes de que nuestro sistema de autorización era imperfecto y empezamos a trabajar en ello en 2021. Tenemos la confianza en que estas nuevas reglas [tal y como las establece la sentencia del TJUE] están en línea con el juicio del comité ejecutivo de la UEFA”, explicó su presidente, que no obstante se ha comprometido a revisarlas tras estudiar el dictamen del tribunal europeo, para garantizar que los criterios de admisión de las posibles nuevas competiciones organizadas por terceros sean “transparentes, objetivos y no discriminatorios”.

Abierto y gratis

El nuevo formato de la Superliga presentado este jueves por A22 Sports ha enmendado también los elementos que más críticas suscitaron del proyecto inicial. Así, Reichart destacó que la participación de los clubes se basará en el “mérito deportivo”, no habrá “miembros permanentes” y los equipos seguirán vinculados con sus respectivas ligas nacionales. El ejecutivo alemán insistió varias veces en el carácter “abierto” de la competición y en la “tensión competitiva” que la gobernará. Además, se le ha añadido una competición de fútbol femenino con 32 clubes, dividida en dos ligas –en lugar de las tres del masculino–. En ambas modalidades se jugarán 14 partidos por grupo y temporada, todos ellos “emocionantes”. “Hay demasiados partidos con poco interés, sólo en las finales hay un pico de audiencia”, lamentó.

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Además, esos partidos se podrán ver gratis a través de la plataforma de streaming Unify, que se financiará mediante publicidad. Lo que no aclaró Reichart cuando le preguntaron los periodistas es cómo se va a financiar el proyecto. Sólo dijo que en este momento está buscando “inversores” y que está más enfocado en Unify. También aseguró que los ingresos de los tres primeros años están garantizados, incluidos unos pagos de solidaridad de 400 millones de euros –el 8% de los ingresos–, lo que duplicaría la cantidad que se reparte ahora en la Champions League. Javier Tebas rebate estas cifras. “Es imposible mantener los números que dicen con fútbol gratis”.

El único apoyo explícito a Florentino Pérez ha llegado de Joan Laporta, que considera la Superliga una “oportunidad histórica para solucionar los problemas que hoy comprometen la futura viabilidad de la gran mayoría de los clubes”. Es el caso del FC Barcelona, ahogado en deuda y en números rojos. Laporta no sólo defiende que el nuevo formato de competición proporcionará a los clubes más recursos y permitirá a las ligas nacionales ser “más equilibradas y competitivas”. También arremetió contra los equipos que “pueden disponer de recursos financieros ilimitados y en ciertos casos ajenos incluso al mundo del fútbol”, en referencia a los llamados “clubes-estado”, como el Paris Saint Germain o el Manchester City, propiedad de los gobiernos de Qatar y Abu Dabi.

“Desde hoy, los clubes serán los dueños de su destino”, proclamó Florentino Pérez tras publicarse la sentencia del TJUE. Su rival, Javier Tebas, le acusa de haber “construido la historia y un relato” de que “mañana ya pueden hacer la Superliga”.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha dictaminado que son ilegales las normas de la UEFA y la FIFA que les permiten autorizar las competiciones deportivas impulsadas por terceros, porque no son “transparentes, objetivas, no discriminatorias y proporcionadas”. También ha establecido que ambos organismos abusan de su posición dominante al imponer sanciones a quienes proyectan esos campeonatos privados. La sentencia responde así a las cuestiones prejudiciales que en mayo de 2021 presentó el Juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid, donde European Superleague Company y A22 Sports, las dos empresas promotoras de la Superliga, habían denunciado a la UEFA y la FIFA, y pedido medidas cautelares para impedir que sancionaran a la docena de clubes que por entonces apoyaban el proyecto.

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