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Los trabajadores despedidos en ERE se disparan un 78% en enero por culpa del sector financiero

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El número de trabajadores afectados por despidos colectivos –los conocidos como Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) antes de la reforma laboral– se disparó el pasado mes de enero por culpa del sector financiero. Según la estadística del Ministerio de Empleo, el año comenzó con un aumento del 78,3% en el número de trabajadores afectados respecto a enero de 2016. De los 3.160 despedidos en enero de 2017, el 72,5% fueron empleados de banca. Y de esos 2.293 el grueso correspondió a los trabajadores del Banco Popular que sufrieron el ERE negociado a finales de 2016.

La cifra no sólo casi duplica la de despedidos del sector hace un año, sino que se acerca a la de trabajadores de banca afectados por ERE en todo 2015 – 3.723–, incluso en 2012 –3.855–. Y anuncia un ejercicio en el que se prevé el regreso de los bancos a los recortes de plantilla, debido a las fusiones y la transformación digital de las entidades. Desde 2010 el sector financiero se ha deshecho de 27.959 empleados mediante ERE, pero en total ha recortado sus plantillas en 57.704 trabajadores desde 2010. Si la cuenta se hace desde el estallido de la crisis financiera e inmobiliaria, hace 10 años, el sector se ha desprendido de 70.634 empleados, según las cifras facilitadas por la patronal bancaria (AEB) y la de las cajas de ahorro (CECA).

Para este año ya anunciado un ERE Ibercaja, que afectará a 600 trabajadores, el 10% de la plantilla, y supondrá el cierre de 160 oficinas. Acaba de empezar a negociarlo con los sindicatos. Además, el BBVA tiene previsto despedir a unos 450 trabajadores este año, así como cerrar 132 sucursales. De hecho, ya ha empezado a extinguir contratos en Madrid, Murcia y Pamplona, todos ellos por “bajo rendimiento”. Y Kutxabank quiere prejubilar a 310 empleados, el 8% de la plantilla. También habrá recortes de personal tras la fusión de Bankia y BMN, que se formalizará a finales de este mismo año. “Aunque todavía no sabemos en qué territorios se producirán duplicidades”, señala Agustín Nieto, responsable del sector financiero de UGT. “No sobran bancarios en España, somos el cuarto país por la cola en Europa en número de empleados por habitante”, advierte Joan Sierra, secretario general del sector financiero de CCOO. A su juicio, lo demuestran “las prolongaciones de jornada, que enmascaran la falta de personal”. La Inspección de Trabajo acumula centenares de denuncias sindicales por las miles de horas extraordinarias impagadas que se hacen en el sector. En estos momentos, sindicatos y patronal negocian, con dificultades, cómo registrar los excesos de jornada de las plantillas.

En 2016, aunque sólo fueron despedidos usando el procedimiento del ERE un total de 1.274 empleados de banca, hubo recortes significativos en Banco Santander –680 extinciones– y en Caja España-Duero –850–. Según explica CCOO en un informe sobre los Expedientes de Regulación de Empleo del año pasado, otras entidades, como Liberbank, han recurrido además a excedencias voluntarias que se renuevan anualmente o a despidos pactados para reducir personal. “Las entidades financieras”, indica el sindicato en su estudio, “parecen estar iniciando un nuevo proceso de despidos masivos con el argumento de la digitalización”. Se trata, añade, de sustituir empleo cualificado y con remuneraciones superiores contratando “comerciales autónomos retribuidos en función de sus ventas” y ofreciendo atención al cliente desde call centers con plantillas temporales y de bajos salarios.

La mayoría, al acabar su contrato temporal

En cualquier caso, los despidos colectivos representan sólo el 1% de las extinciones de contrato que se produjeron en 2016. “La vía de salida más importante del mercado laboral español”, destaca el estudio de CCOO, sigue siendo la finalización de un contrato temporal. El 83% de todos los que pierden su empleo lo hacen de esta manera, exactamente igual que antes de la crisis y de la reforma laboral. El año pasado fueron 2,9 millones de personas, de acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Empleo sobre acceso a prestaciones por desempleo.

La segunda vía son los despidos individuales: 460.000 en 2016, el 13% de los que perdieron el trabajo. El fin del periodo de prueba de un contrato constituye la tercera vía más común: 93.000 personas, el 3%. Los ERE son la cuarta, como queda dicho más arriba; en total, 26.079 trabajadores sufrieron un despido colectivo en 2016, incluidos los inmersos en concursos de acreedores. Entre 2008 y 20016 han perdido su empleo mediante uno de estos procedimientos 462.585 trabajadores. Y casi la mitad de esos despidos –el 47%, para ser precisos– se produjeron en empresas grandes y muy grandes, de más de 250 trabajadores. Es decir, los destruidos fueron los “empleos de mayor calidad” del mercado laboral español, puesto que se ejecutaron en las compañías que disfrutan de las mejores condiciones de trabajo y mayor protección sindical”, lamenta el informe.

Por el contrario, las reducciones de jornada, el procedimiento menos utilizado, constituyen el preferido de las empresas de menos de 50 trabajadores –el 96% de ellas–, ubicadas en su mayor parte en el sector de los servicios.

No obstante, es el despido colectivo el procedimiento de regulación de empleo favorito de las empresas del sector servicios. El 60% de ellos fueron ejecutados en este segmento de actividad, que supusieron la pérdida del empleo para 14.600 personas. La industria, por el contrario, opta por la suspensión de contratos: 36.303 trabajadores, el 68% de los afectados por regulaciones de empleo. Fue el procedimiento seguido en la factoría de Opel en Figueruelas (Zaragoza), en las plantas de Sestao (Vizcaya) y Zumárraga (Guipúzcoa) de la siderúrgica Arcelor Mittal, la papelera Unipapel o las mineras Asturleonesa y Unión Minera del Norte.

CCOO destaca que, pese al descenso del número total de regulaciones de empleo según la economía ha ido saliendo de la crisis, los despidos aumentaron el año pasado en la industria y en la construcción, un 13,5% y un 38,2%, respectivamente. De hecho, y pese a usar con profusión las suspensiones de contrato, ejecutaron despidos colectivos desde la factoría de Citroën en Vigo –400 trabajadores–, hasta Bimbo –cerró su planta en Palma de Mallorca–, pasando por Abengoa, General Electric, Repsol –870 despidos– Elcogas, ABB, Ericsson, Abantia

No cambia el patrón pese a la reforma laboral

Si se observa el reparto entre tipos de regulación de empleo, no ha cambiado en los últimos ocho años, pese a los cambios normativos. La reforma laboral se pensó, como repite la ministra de Empleo, Fátima Báñez, para que “el despido fuera el último recurso de las empresas”. Pero lo cierto es que en 2016 los despidos colectivos representaron el 28% de los procedimientos de regulación de empleo, casi los mismos que en 2008, cuando eran el 27,4%. Las suspensiones equivalieron el año pasado al 62% de las regulaciones, sólo un poco por encima del 55,5% de 2008. Sí han aumentado las reducciones de jornada, desde un escasísimo 0,04% hace ocho años al 9% de 2016.

Tanto Isabel Araque, secretaria confederal de UGT, como Rita Moreno, coordinadora de Acción Sindical de CCOO, destacan la reducción del número de empresas y trabajadores afectados por ERE en los dos últimos años. “No esperamos este año un repunte al alza de las regulaciones de empleo”, apunta Moreno, pese a que el patrón de comportamiento de las empresas no ha cambiado y el número total de afectados sigue por encima de las cifras de 2007 aun cuando ahora el volumen de empleo fijo es muy inferior al de entonces. Además, el número de empresas que recurrieron el año pasado a estas medidas – 4.000– es más del doble que en 2007 –1.820–.

El número de trabajadores afectados por despidos colectivos –los conocidos como Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) antes de la reforma laboral– se disparó el pasado mes de enero por culpa del sector financiero. Según la estadística del Ministerio de Empleo, el año comenzó con un aumento del 78,3% en el número de trabajadores afectados respecto a enero de 2016. De los 3.160 despedidos en enero de 2017, el 72,5% fueron empleados de banca. Y de esos 2.293 el grueso correspondió a los trabajadores del Banco Popular que sufrieron el ERE negociado a finales de 2016.

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