"Hoy se abre un horizonte nuevo", en palabras Mar Cambrollé, presidenta de la Plataforma Trans. "Las personas trans, las más maltratadas por la dictadura y las olvidadas de la democracia, vamos a salir del olvido", aplaude. El mismo entusiasmo lo rebosa Uge Sangil, presidenta de la Federación Estatal LGTBI (FELGTBI), quien reconoce sentirse eufórica. José María Núñez Blanco, presidente de Fundación Triángulo, se refiere a este momento como un "hito histórico en derechos del colectivo". Todas estas voces hablan de la ley trans, el proyecto normativo más ambicioso para la comunidad LGTBI, que este lunes, a las puertas del Orgullo, ha sido aprobado en segunda vuelta por el Consejo de Ministros.
La norma –el Proyecto de Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI– inicia así su andadura en el Congreso. Y lo hace precisamente en el 53 aniversario de los disturbios en el bar neoyorquino de Stonewall, el evento histórico que marcó en el calendario la celebración del Orgullo LGTBI. Con aquella revuelta en la memoria, serán ahora los grupos parlamentarios quienes tengan en sus manos evaluar el texto e introducir mejoras.
El Gobierno respira tranquilo. Si las cuentas no fallan, el trámite parlamentario culminará con una nueva ley, avalada por la mayoría de los grupos. Al margen de enmiendas, correcciones, matices y mejoras, la izquierda quiere una ley trans. Los grupos que posibilitaron la investidura son proclives a la norma, pero otros como Ciudadanos también se han expresado a favor: "Allí donde hemos gobernado hemos legislado en favor de los transexuales y siempre abogamos por una ley garantista y rigurosa que los proteja", dicen fuentes de la formación naranja.
Los principales colectivos, aquellos que han estado presentes desde la concepción de los primeros borradores, confían en los grupos, con los que ya han empezado a reunirse. Parece que atrás quedan las muchas trabas que ralentizaron la negociación entre los socios de coalición y que hace apenas un año hacían casi imposibles los acuerdos. La Plataforma Trans, explica su presidenta, iniciará este mismo jueves las reuniones con los grupos parlamentarios. La FELGTB, detalla su líder, ha empezado ya a conversar con algunos de ellos.
El pronóstico es bueno: el grueso de sus peticiones será asumido por algunos de los principales grupos. Incluido Unidas Podemos, quien estará "al lado de las demandas de los colectivos", señalan fuentes de los morados. El Ministerio de Igualdad, tal como ocurrió con la Ley del solo sí es sí, acompañará la tramitación, que se canalizará por la vía de urgencia, una manera de agilizar los plazos.
A la derecha del hemiciclo, la oposición se pone de frente. El PP ya anunció el verano pasado que esperará a los resultados de la tramitación parlamentaria para decidir si presenta un recurso ante el Tribunal Constitucional. "Ya no existen mujeres ni hombres", ha cargado la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, este mismo lunes. Su partido ya recurrió ante el TC la ley trans de Canarias, así que la ley estatal podría ir a parar al mismo sitio de la mano de la ultraderecha. Aquella ley, por cierto, fue aprobada por unanimidad en el parlamento autonómico, incluyendo el voto favorable de los conservadores.
Migrantes, personas no binarias y menores
El texto que llega a la Cámara Baja lleva consigo algunas novedades respecto a anteriores versiones. Por ejemplo, permite que las personas migrantes puedan cambiar su sexo registral, siempre que estén en situación administrativa regular y les haya sido imposible hacerlo en su país de origen. "Se afianza la equiparación del derecho de las personas extranjeras al cambio registral en pie de igualdad con las personas españolas", señalan fuentes del Ministerio de Igualdad.
Insuficiente para los colectivos. La Plataforma Trans quiere que todas las personas extranjeras "con residencia habitual, independientemente de su situación administrativa", puedan acceder a la rectificación de la mención del sexo y el cambio de nombre en los registros de carácter público y documentos que se les expidan desde las administraciones. "Se pretende garantizar el respeto a los derechos fundamentales de todas las personas migrantes independientemente de su situación administrativa", argumentan.
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La FELGTBI, por su parte, se ha reunido con las principales entidades que trabajan con personas migrantes para "elaborar un documento consensuado de propuestas de mejora" relativas a las personas "solicitantes de protección internacional, migrantes, refugiadas y desplazadas". La clave está, una vez más, en el mismo lugar común: derechos para las personas migrantes, al margen de su situación administrativa..
Las personas no binarias están también entre las prioridades de los colectivos. La Plataforma Trans propone varias fórmulas: que la persona que se identifique como no binaria pueda acceder a que el marcador del sexo quede en blanco, se defina como no binaria, NB o se marque con una X. También la FELGTBI propone una tercera casilla en el DNI.
Finalmente, las entidades aspiran a rebajar los requisitos para los menores de edad. Actualmente, si los grupos parlamentarios no acuerdan un cambio en este terreno, los menores de doce años tendrán la posibilidad de acceder a un cambio de nombre, mientras que los menores de entre doce y catorce podrán cambiar su sexo registral asistidos por sus representantes legales, mediante autorización judicial y a través de pruebas acreditativas. Aquellos que tengan entre catorce y dieciséis, por su parte, tendrán acceso a los derechos que consagra la ley, pero siempre a través de sus representantes legales. Y los de dieciséis en adelante podrán hacerlo en igualdad de condiciones que el resto de personas adultas.
"Hoy se abre un horizonte nuevo", en palabras Mar Cambrollé, presidenta de la Plataforma Trans. "Las personas trans, las más maltratadas por la dictadura y las olvidadas de la democracia, vamos a salir del olvido", aplaude. El mismo entusiasmo lo rebosa Uge Sangil, presidenta de la Federación Estatal LGTBI (FELGTBI), quien reconoce sentirse eufórica. José María Núñez Blanco, presidente de Fundación Triángulo, se refiere a este momento como un "hito histórico en derechos del colectivo". Todas estas voces hablan de la ley trans, el proyecto normativo más ambicioso para la comunidad LGTBI, que este lunes, a las puertas del Orgullo, ha sido aprobado en segunda vuelta por el Consejo de Ministros.