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España, escenario de la guerra de clanes por el control del mercado de la heroína en Europa

Agentes de la policía forense examinan el escenario de un tiroteo en Kingsland High Street, Hackney, en el noreste de Londres.

Antonio Baquero (OCCRP), Kelly Bloss (OCCRP) y Iurie Sanduta (RISE Moldova)

La sangrienta ola de asesinatos de los últimos tres meses comenzó en mayo, en las calles de Barcelona. Un hombre que estaba cenando en un popular barrio costero se alejó del resto de comensales tras recibir una llamada telefónica. Unos instantes después, fue asesinado en un tiroteo. El asesino huyó rápidamente del escenario del crimen.

Tres semanas más tarde, tres hombres resultaban heridos en un tiroteo desde un vehículo en marcha en un restaurante de Londres. Un crimen que horrorizaba a la sociedad británica al darse a conocer que una niña de nueve años se había visto atrapada en el tiroteo mientras comía con su familia. Una bala perdida le había alcanzado, dejándola en estado crítico.

Estas explosiones de violencia feroz y pública continuaron en Moldavia, donde, a mediados de julio, un hombre de 41 años era asesinado, tras recibir varios disparos, en la mesa de una terraza de un concurrido café de la capital, Chisináu.

Bandas criminales rivales, atrapadas en una espiral de violencia del ojo por ojo, han sido vinculadas a los ataques. Fuentes policiales han identificado a dos de las víctimas como figuras destacadas de la mafia turca.

Expertos y fuentes policiales han confirmado a OCCRP que el reciente derramamiento de sangre pone en evidencia una preocupante escalada de la inestabilidad y el enfrentamiento dentro del submundo criminal turco, que presagia una nuevo ciclo de violencia a lo largo de Europa.

Seis miembros de una banda criminal turca, con base en Estambul, fueron encontrados muertos el año pasado en Grecia en lo que se catalogó como una venganza por el asesinato del líder de una mafia rival en París. En mayo de este año, Europol anunció, sin aportar datos más específicos, que la policía italiana había dirigido una investigación que resultó en el arresto de 17 ciudadanos turcos involucrados en distintos asesinatos por Europa.

Europol, la Oficina Europea de Policía, ha asegurado a OCCRP que está apoyando la investigación de varios países europeos sobre incidentes que involucran al crimen organizado turco, en medio de un aumento general de la violencia entre mafias de múltiples nacionalidades por toda Europa. Una violencia que se está ejerciendo peligrosamente en espacios públicos.

“En este momento hay mucha competencia entre mafias por el control del mercado y por el posicionamiento geográfico", asegura Claire Georges, portavoz adjunta de Europol. “Antes, la violencia se limitaba más a los puntos de tránsito o centros de transporte. Ahora la estamos viendo en las propias calles. Por eso, las autoridades se lo están tomando más en serio”.

El aumento de la violencia en el submundo criminal turco se debe, al menos en parte, a la escasez generalizada en el suministro de heroína, el principal producto ilegal comercializado por las mafias turcas. Esta escasez es consecuencia directa de la prohibición de los talibanes del cultivo de opio en Afganistán en 2022, afirman expertos y fuentes policiales.

"Cuando hay escasez de heroína, los grupos criminales terminan luchando por el control de la mercancía disponible", explica Ian Broughton, ex detective de la Policía Metropolitana de Londres y experto en drogas ilícitas y pandillas callejeras en Reino Unido. "Es el escenario perfecto para que se produzca una escalada de los niveles de violencia, que es precisamente lo que estamos viendo”.

Simon Harding, director del Centro Nacional de Investigación de Bandas Criminales, ha asegurado a The Guardian, socio de OCCRP, que está prácticamente seguro de que los tiroteos en Barcelona, ​​Londres y Moldavia están relacionados. Estos incidentes demostrarían que incluso los jefes criminales más influyentes son vulnerables a la violencia en tiempos convulsos.

“Estos casos concretos demuestran que la confianza y las alianzas se pueden comprar”, continúa Harding, que asesora al Ministerio del Interior del Reino Unido, a la Policía Metropolitana de Londres y a la Agencia Nacional contra el Crimen.

Un investigador de la policía española, especializado desde hace dos décadas en la lucha contra el tráfico de heroína, describe lo que está sucediendo como una “guerra entre clanes”. Esta fuente, que ha hablado con OCCRP bajo condición de anonimato, afirma que los grupos criminales turcos siempre han sido los “amos de la heroína en Europa”, introduciendo cargamentos de esta droga por el puerto belga de Amberes o en camiones a través de los Balcanes. Según el investigador, las mafias turcas tienen una red estructurada en Barcelona, ​​con los restaurantes como centro neurálgico. Al igual que Broughton, el agente de la policía española confirma que la escasez de heroína procedente de Afganistán habría provocado una reducción de la oferta de esta sustancia y una consecuente subida de los precios.

Mahmut Cengiz, profesor asociado del Centro de Terrorismo, Crimen Transnacional y Corrupción de la Universidad George Mason, especializado en el submundo criminal turco, predice que el número de muertes relacionadas con la “guerra de las drogas” irá inevitablemente en aumento. "Dada su capacidad operativa, su dominio de diversos sectores criminales y sus extensas redes globales, anticipo que habrá más asesinatos a medida que estos grupos compitan por cuotas mayores del lucrativo mercado del narcotráfico", sostiene el experto.

Cengiz continúa describiendo cómo las mafias turcas están ampliando su ámbito de operaciones del tráfico de heroína al de cocaína. “Recientemente, se han importado a Turquía cantidades significativas de cocaína desde América Latina. Unas importaciones que han sido posibilitadas por la colaboración entre mafias turcas con presencia en Europa y dentro de la propia Turquía”.

Cengiz añade que las bandas criminales turcas trafican además con metanfetamina procedente de Irán, que se introduce en Europa a través de Turquía. "El tráfico y la trata de personas son tambiém actividades frecuentes de estas redes criminales", concluye el docente.

El día 4 de mayo, la víctima de Barcelona se encontraba cenando con el jefe de un grupo criminal de Londres. La víctima del tiroteo se trataba de un ciudadano turco llamado Ilmettin Aytekin, y que respondía al apodo ‘Tekin el águila’, “Kartal” en turco. Se sospecha que podría tratarse de un importante jefe de la mafia turca, según apunta el ya citado investigador de la policía española, que lo describe como "un jugador importante". Sin embargo, OCCRP no ha sido capaz de localizar ningún informe que confirme que en algún momento hubiera sido detenido o condenado por participar en actividades delictivas.

Su asesinato continua siendo investigado por los Mossos d'Esquadra, la policía catalana. Todavía no se ha identificado públicamente a ningún sospechoso. Fuentes policiales afirman barajar múltiples teorías sobre el posible móvil del asesinato, entre ellas un ajuste de cuentas, un crimen pasional o un desencuentro entre socios de diferentes grupos criminales.

Las fuentes describen a Kartal almorzando en el popular barrio Diagonal Mar de Barcelona junto a otros tres hombres, uno de ellos en silla de ruedas. Fue entonces cuando recibió una llamada de teléfono y salió del restaurante. Lo que no está claro es si abandonó la mesa para responder a la llamada o para reunirse con la persona que le llamaba.

Apenas recorrió unos 80 metros antes de recibir cinco disparos cerca de una parada de autobús. Cuatro de las balas le alcanzaron en la cabeza. El asesino huyó inmediatamente del lugar, abandonando a Kartal en un charco de sangre.

Las fuentes ya señalaban que agentes de la policía de Reino Unido, Alemania, Grecia e Italia estarían siguiendo de cerca el caso, ya que el hombre en silla de ruedas que cenaba con Kartal podría tratarse de Abdullah Baybaşin, conocido personaje de la mafia turca.

Dos investigadores españoles han confirmado a OCCRP que efectivamente Kartal habría cenado con el ciudadano turco de 64 años, miembro de un clan vinculado desde hace tiempo al tráfico de drogas en Europa. Su hermano Hüseyin Baybaşin, conocido en su día como “el Pablo Escobar de Europa”, cumple ahora cadena perpetua en Países Bajos tras haber sido condenado por contrabando de drogas.

Abdullah Baybaşin, que utiliza una silla de ruedas desde que recibió un disparo en la década de 1980, fue condenado en Reino Unido en 2006 por contrabando con heroína. También se declaró culpable de un delito de chantaje. Los medios de comunicación difundieron por entonces que la banda que dirigía, conocida como los ‘Hackney Bombers’ o ‘Hackney Turks’ por la zona del noreste de Londres en la que operan, era responsable de la entrada del 90% de la heroína que se consumía dentro de Reino Unido.

Sin embargo, en 2010 fue absuelto de la acusación de narcotráfico durante la celebración de un nuevo juicio. Regresó a Turquía, donde unos meses después fue otra vez detenido y condenado a 40 años de prisión por su participación en la entrada de un cargamento de cocaína desde Bolivia. En 2017 fue puesto en libertad tras la anulación de su condena por parte del Tribunal Supremo. Aún así, quedó bajo control judicial y se le impuso la prohibición de salir del país, según la información difundida por los medios turcos.

La policía turca no ha respondido, sin embargo, a las preguntas de OCCRP sobre la situación legal actual de Baybaşin. OCCRP ha rastreado vídeos y fotos publicados en una cuenta de Tik Tok de fans de Baybaşin en junio de 2024 que demostrarían que el delincuente turco podría estar residiendo en el norte de España.

Tampoco se ha aclarado con exactitud la relación que habría existido entre Kartal y Baybaşin. Las imágenes de las cámaras del interior del restaurante barcelonés prueban que Kartal había cenado también con Baybaşin la noche previa a su asesinato. Una serie de imágenes publicadas en cuentas de fans entre 2018 y 2019 muestran a los dos posando juntos en distintas ocasiones.

En un vídeo compartido por varias cuentas de Tik Tok relacionadas con personajes de la mafia turca, Abdullah Baybaşin negó en su momento estar implicado en la muerte de Kartal o en los tiroteos posteriores en Londres. “Si tuviera algo que ver conmigo, el Estado, que no es estúpido, me habría detenido, tomado declaración y encarcelado”, sostenía en la grabación, sin especificar a qué país se refería.

El hermano de Abdullah, Hüseyin, declaró desde la cárcel que nunca había oído hablar de Kartal, aunque añadió que era "natural" que Kartal pudiera tener relación con alguien de su familia, ya que ambos provenían de la misma zona de Diyarbakir, en el sureste de Turquía.

El asesinato de Tekin Kartal generó una repercusión considerable en las redes sociales en Turquía, donde tenía fieles seguidores entre los jóvenes turcos y kurdos. Múltiples vídeos en su honor se difundieron en las redes sociales en los días posteriores a su asesinato, sobre todo a través de Tik Tok. En los comentarios de estos videos, los usuarios elogiaban a Kartal por “no olvidarse nunca de su gente”.

Hackney Bombers vs. Tottenham Turks

El 29 de mayo, poco más de tres semanas después de la muerte de Kartal, tres hombres resultaron heridos después de que un atacante en motocicleta disparara indiscriminadamente contra el restaurante en el que se encontraban, en la Kingsland High Street de Hackney, famosa por sus animadas cafeterías.

Una niña de nueve años fue alcanzada en el tiroteo y permanece, desde entonces, en estado crítico pero estable. Sus padres han declarado a los medios británicos que no saben si llegará a recuperarse del todo. El nombre del restaurante en el que se produjo el incidente, "Evin", significa “amor” en kurdo y “tu casa” en turco.

Los periódicos británicos han informado de que la policía británica sospecha que un conocido grupo criminal del norte de Londres, los 'Tottenham Turks', estaría detrás del ataque, que podría haber tenido como objetivo a un miembro del clan rival de los Hackney Turks. Todavía no se ha confirmado si los tres hombres heridos en el tiroteo pertenecerían a alguno de estos grupos. Lo que sí se sabe es que otro hombre, vinculado a la mafia turca, había abandonado la mesa en la que se encontraba con los hombres que resultaron heridos unos 15 minutos antes del inicio de los disparos. El susodicho ha declarado al diario Times que podría tratarse del verdadero objetivo del ataque.

La Policía Metropolitana ha solicitado información relacionada con el crimen a las comunidades turca y kurda del norte y este de la ciudad, a las que pertenecerían los tres hombres heridos. Sin embargo, se han negado a dar más detalles sobre el avance de la investigación a OCCRP.

Cengiz ha proporcionado algo más de información respecto a los dos clanes implicados. "Los miembros de los Tottenham Turks son en su mayoría étnicamente turcos, mientras que los Hackney Turks, vinculados al clan Baybaşin, son predominantemente kurdos. La tensión entre estos dos grupos criminales y étnicos, ambos con sede en Londres, está aumentando en los últimos meses", explica el profesor.

"Recientemente han surgido conflictos entre estos grupos debido a la creciente participación de los Tottenham Turks en el tráfico de heroína", continua. "Esta rivalidad ha llevado a que ambos grupos se enfrenten en numerosas trifulcas violentas".

Harding, por su parte, señala que la ausencia de detenciones refleja la naturaleza de los grupos de delincuencia organizada. “Operan de forma encubierta. No estamos hablando de chicos de calle, sino de profesionales de alto nivel que mantienen sus negocios bien ocultos a menos que estés en su círculo más cercano. Habrá sospechas, pero no pruebas concretas lo suficientemente contundentes como para detenerlos”.

El 10 de julio, sólo seis semanas después del tiroteo en el restaurante londinense, los Tottenham Turks se convirtieron en el blanco de un nuevo ataque, esta vez en las calles de Moldavia.

Izzet Eren, de 41 años, que, al parecer, era uno de los líderes de los Tottenham Turks, fue alcanzado por siete balas en una cafetería de un concurrido barrio de Chisináu. La policía moldava considera su asesinato como un posible ajuste de cuentas entre clanes o para evitar que declarara en un caso abierto contra el tráfico ilegal de drogas en Reino Unido.

Denis Rotaru, abogado de la Fiscalía moldava de la Lucha contra la Delincuencia Organizada, ha declarado a OCCRP que existen múltiples líneas de investigación, “incluida la posibilidad de que el asesinato se produjera como consecuencia de conflictos entre varios grupos criminales rivales”.

Eren fue condenado en Reino Unido a 21 años de prisión en 2015 por un delito de posesión de armas de fuego. En agosto de 2019, fue trasladado a una cárcel de Turquía para cumplir su condena, de la que se fugó tan solo un mes después.

Lilian Carp, presidenta de la Comisión de Seguridad Nacional, Defensa y Orden Público del Parlamento de Moldavia, ha aclarado que Eren entró en Moldavia desde Ucrania hace dos años, a través de la región separatista prorrusa de Transnistria. “Llegó con una oleada de refugiados de Ucrania que huían de la guerra”.

Eren estaba sentado en la concurrida terraza de una cafetería cuando el asesino se acercó a su mesa y le disparó en la cabeza y la espalda. Las imágenes de las cámaras de vigilancia muestran a Eren desplomado e inmóvil en su silla mientras la gente huye despavorida.

A pesar de tratarse de un día caluroso, el asesino llevaba una camisa de manga larga y pantalones blancos que le cubrían las manos y las piernas lo suficiente como para ocultar tatuajes u otras marcas identificativas, así como un casco y una máscara negra. Más tarde fue visto montando en una bicicleta eléctrica, todavía completamente enmascarado.

“Está claro que se trataba de un asesinato por encargo, que eligió deliberadamente dispararle en público, en una cafetería, y no en su casa”, ha declarado a OCCRP un agente de la policía moldava.

Políticos nacionales y medios de comunicación locales han afirmado que el asesino salió de Moldavia el mismo día que disparó a Eren. Cruzó a Rumanía en minibús y se cree que desde allí voló hasta Italia.

La policía moldava ha detenido a dos sospechosos, a los que acusa de ser cómplices del crimen. La fiscalía ha abierto una causa penal por asesinato premeditado, aunque el presunto asesino sigue en libertad.

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En el momento de ser tiroteado, Eren tenía pendiente una solicitud de extradición del Reino Unido, pero los jueces aún no habían decidido si debía ser enviado al país solicitante, tras aplazarse varias sesiones judiciales. Tras su asesinato, los parlamentarios moldavos han votado a favor de modificar la legislación para agilizar el proceso de extradición en futuras ocasiones.

Este artículo fue publicado originalmente por Organized Crime and Corruption Reporting Project, un centro de investigación sobre crimen organizado y corrupción.

Traducción de Inés García Rábade

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