El ministro de Hacienda Jérôme Cahuzac (Partido Socialista), que asegura que quiere hacer de la lucha contra el fraude y la optimización fiscal un eje prioritario de su acción de gobierno, ha tenido durante muchos años una cuenta bancaria no declarada en la Unión de Bancos Suizos (UBS) de Ginebra, según una investigación de Mediapart basada en numerosos testimonios y documentos que así lo corroboran.
El propio Jérôme Cahuzac cerró dicha cuenta en 2010, días antes de convertirse en presidente de la comisión de Hacienda de la Asamblea Nacional. Los activos habrían sido transferidos a otro paraíso fiscal, en Asia, según fuentes bien informadas, conocedoras de los hechos.
Jérôme Cahuzac, de profesión cirujano especialista en implantes capilares, es ministro de Hacienda del Gobierno de Ayrault desde mayo pasado, tras salir elegido diputado, por el Partido Socialista, y alcalde de Villeneuve-sur-Lot, en el departamento de Lot y Garona.
Miembro del gabinete del ministro de Sanidad Claude Évin, con el gobierno de Michel Rocard, entre 1988 y 1991, Jérôme Cahuzac estableció en esa época estrechos lazos con la industria farmacéutica. En la actualidad es el encargado de aplicar el rigor presupuestario en los ministerios y simboliza algunos de los aspectos más impopulares de la política económica pretendida por los socialistas, en el poder.
La existencia de la cuenta secreta de Cahuzac apareció reflejada en el mes de junio de 2008 en una memoria interna elaborada por el inspector fiscal del sudoeste, Rémy Garnier, en un momento en que el ministro de Hacienda era Eric Woerth (UMP). El agente llegó a ser hostigado por haber consultado —a través del servidor interno bautizado como Adonis—, el expediente fiscal de Jérôme Cahuzac, sin razones aparentes para ello.
En su informe del 11 de junio de 2008, que a día de hoy duerme el sueño de los justos en el archivo del tribunal administrativo de Burdeos, en un expediente con número 0 901 621-5, el inspector fiscal explicaba que había iniciado las investigaciones tras haber obtenido informaciones «de varias fuentes ajenas al Fisco» que «llevan a las mismas conclusiones». Es decir: «Mientras forma parte del gabinete de Claude Évin, ministro de Sanidad, [Jérôme Cahuzac] dispone de una cuenta bancaria anónima», escribe el investigador, sin citar el nombre de la entidad en cuestión.
El investigador precisa sin embargo que las «constataciones efectuadas» a partir de las declaraciones de la renta de Jérôme Cahuzac, en la época diputado y alcalde, «no permiten ni confirmar ni desmentir» esas afirmaciones, de ahí, la apertura de un «estudio en profundidad de la situación fiscal personal». Es decir, una investigación en toda regla. El requerimiento no irá más allá y desde la Administración optan por abrirle diligencias administrativas y recibe una «amonestación». La decisión fue llevada en 2009 ante el tribunal administrativo de Burdeos por el propio inspector Garnier, que perdió en primera instancia, aunque recurrió y está pendiente de sentencia.
Puestos al habla con Rémy Garnier —ya jubilado, tras numerosos litigios con su administración— no ha querido hacer ningún comentario sobre el asunto. Sin embargo, el otrora inspector fiscal, conocido por sus colegas como Colombo, decía la verdad. Según las pruebas recogidas por Mediapart en las últimas semanas, Jérôme Cahuzac abrió una cuenta en Suiza: en el UBS de Ginebra, para más señas.
«Me jode haber abierto una cuenta allí»
«No tengo cuenta en Suiza y nunca la he tenido. Si publicáis eso, no me voy a quedar de brazos cruzados», se apresuró a replicar Cahuzac el pasado martes 4 de diciembre en su despacho del Ministerio de Hacienda. «Soy un personaje público. Creo haber demostrado que di la cara cuando era presidente de la comisión de Finanzas. Me quedo corto si digo que he hecho cuanto ha estado en mi mano para que todos los expedientes vean la luz», añadió.
Jérôme Cahuzac hace años que se ha visto acosado por el fanstama de su cuenta en Suiza, cuando se conoció su existencia, y de los activos ocultos de los que pudo disponer. Desde el punto de vista político, el asunto es una bomba.
A finales del año 2000, mientras se lanzaba a la batalla de las municipales para conquistar Villeneuve-sur-Lot, el diputado Cahuzac se mostraba inquieto por la existencia de esta cuenta en una conversación —de la que existen pruebas— con un gestor, al afirmar, según la documentación en poder de Mediapart: «Lo que me molesta es que sigo teniendo una cuenta abierta en el UBS. Me jode tener una cuenta abierta allí, sobre todo porque UBS no es precisamente un banco desconocido». Por entonces, el político decía verse en un aprieto, por tener que ir personalmente a Ginebra a hacer los trámites necesarios para cerrar la cuenta.
La cuenta en el UBS fue oficialmente cerrada a principios de 2010, con ocasión de un desplazamiento discreto a Ginebra, días antes de resultar elegido, el 24 de febrero de 2010, presidente de la comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional. En privado, Jérôme Cahuzac afirmó haber hecho «lo que había que hacer» para limpiar sus secretos helvéticos. Preguntado sobre si había ido a Ginebra a principios de 2010, el ministro eludió responder y dijo: «No más que a Turín, a Milán o a Nueva York». Sin añadir ni una palabra más.
Los activos ocultos pudieron ser transferidos al UBS de Singapur por mediación de un complejo montaje financiero offshore, según fuentes conocedoras del caso.
¿Cuál era el origen de los fondos de la cuenta suiza y para qué los utilizó? En su informe de 2008, el inspector Garnier afirmaba contar con una posible pista. Según él, Jérôme Cahuzac había «adquirido su apartamento de París, situado en la avenida de Breteuil, por seis millones y medio de francos, financiado al contado, al inicio de su carrera, de los que aportó cuatro millones cuyo origen es dudoso». Cahuzac siempre ha dicho, también en la prensa local (en La Gazette de la Vallée du Lot, por ejemplo), que financió este apartamento por un importe de dos tercios del valor gracias a un préstamo bancario. Lo que es falso.
Una vez más, el inspector fiscal tenía razón. Según el documento notarial de compra del apartamento (dos salones, comedor, cuatro habitaciones…), de fecha de 28 de octubre de 1994, Jérôme Cahuzac pagó cuatro millones de francos —600.000 euros— «con sus fondos personales», mientras que solo financió con un préstamo bancario un tercio. No hay pruebas que permitan aseverar que el dinero provenga de la cuenta suiza, pero el asunto parece haberlo tenido muy presente el inspector fiscal, pese a que no pudo verificar sus sospechas en 2008.
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«Eric Woerth, a quien he interrogado [tras las preguntas de Mediapart], me ha dicho, mirándome a los ojos, que nunca ha tenido ante él ni un solo documento que me concerniese y que, en cualquier caso, habría dejado que el procedimiento siguiese su curso», asegura Jérôme Cahuzac.
Ironías de la vida, el ministro socialista anunciaba a principios de noviembre, en el diario Libération, su intención de reforzar el arsenal francés de lucha contra el fraude fiscal. «Estas medidas no tienen nada que ver con una inspección fiscal, se trata solo de un mínimo de transparencia de buen gusto». Doble ironía de la historia, el Ministerio de Finanzas es parte civil en la instrucción que lleva un juez parisino, Guillaume Daieff, que investiga desde el pasado mes de abril posibles casos de evasión fiscal de contribuyentes franceses, clientes del… UBS.
Traducción: Mariola Moreno
El ministro de Hacienda Jérôme Cahuzac (Partido Socialista), que asegura que quiere hacer de la lucha contra el fraude y la optimización fiscal un eje prioritario de su acción de gobierno, ha tenido durante muchos años una cuenta bancaria no declarada en la Unión de Bancos Suizos (UBS) de Ginebra, según una investigación de Mediapart basada en numerosos testimonios y documentos que así lo corroboran.