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Israel vuelve a burlar la ley al asaltar la Flotilla de la Libertad y no podrá represaliar a sus activistas

Una mujer ondea una bandera palestina en Catania, cuando el barco 'Madleen' puso rumbo a Gaza.

A las 2.32 hora española, un mensaje en X, antiguo Twitter, daba la voz de alarma. La Coalición Flotilla de la Libertad (FFC, por sus siglas en inglés), publicaba un vídeo y alertaba, con él, de que habían perdido la comunicación con el barco Madleen, que el pasado 1 de junio puso rumbo a Gaza desde el puerto italiano de Catania. A continuación, una docena de vídeos, uno por cada integrante de la tripulación, pedía auxilio a los gobiernos de sus respectivos países. "¡SOS! Los voluntarios del Madleen han sido secuestrados por las fuerzas israelíes", comenzaban todos los mensajes publicados. "Sergio Toribio es un ciudadano español. ¡Presione al Ministerio de Asuntos Exteriores y ayúdenos a mantenerlo seguro!", continuaba el que acompañaba al vídeo que se grabó el activista riojano a bordo del buque.

Poco después, a las 3.25, llegó la versión del Gobierno de Benjamin Netanyahu. Lo hizo su Ministerio de Exteriores a través de la misma red social. "Todos los pasajeros del 'yate selfie' [la forma peyorativa que Israel usa para hablar de la Flotilla] están sanos y salvos. Les proporcionaron sándwiches y agua. El espectáculo ha terminado", publicó la institución, junto a un vídeo de los activistas.

Todos ellos se lo esperaban porque Israel ya había advertido de que no permitiría que llegaran a su destino. Y porque, además, tenían experiencias previas. Y el modus operandi siempre ha sido el mismo. Incluyendo, según cuentan a infoLibre activistas que han estado a bordo de otras misiones similares, los vídeos en los que se ve a fuerzas israelíes repartiendo "sándwiches y agua" a los integrantes de cada Flotilla de la Libertad. "Es su manera de hacer propaganda", critica Sandra Barrilaro, una de las activistas de la iniciativa Mujeres rumbo a Gaza que en 2016 emprendió su viaje a la Franja a bordo del Zaytouna-Oliva. "Cuando nos secuestraron a nosotros también lo hicieron, pero íbamos preparados: nos negamos a cogerles nada", completa Lucía Mazarrasa, que viajó a bordo de otra embarcación de la Flotilla, el Al Awda-El Retorno.

Las únicas noticias que se tuvieron este lunes de los 12 activistas que viajaban a bordo del Madleen, y entre los que se encontraba la activista sueca Greta Thunberg, llegaron al filo del mediodía, hora española. Y confirmaban lo que Barrilaro se esperaba desde primera hora de la mañana: todos estaban siendo conducidos a puerto israelí —habitualmente los desembarcos se producen en Ashdod—. En concreto, y según lo que el equipo legal palestino Adalah explicó a la Flotilla, el Tribunal de Revisión de Detenciones de Israel comunicó que la intención es que la docena de hombres y mujeres sean deportados a su llegada, aunque algunos, previsiblemente, tengan que comparecer ante esa institución.

En cualquier caso, no podrán estar más de tres días retenidos que es, por ejemplo, lo que le ocurrió a Mazarrasa. Y una vez aterricen en sus respectivos países, no habrá consecuencias. Básicamente porque, según explica Jaime Rodrigo de Larrucea, doctor en Derecho Marítimo, ninguno de los activistas ha cometido ninguna ilegalidad. Al contrario. "Lo que es ilegal es lo que ha hecho Israel", sentencia el experto, desde el otro lado del teléfono. La abogada Loubna Tuma, del equipo legal de la organización, lo subrayó en declaraciones a EFE. Y Amnistía Internacional, a través de un comunicado, también. "La operación llevada a cabo en plena noche y en aguas internacionales viola el derecho internacional (...) La tripulación eran activistas desarmados y defensores de derechos humanos en una misión humanitaria. Deben ser liberados de forma inmediata e incondicionalmente", indicó la ONG.

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Contra las convenciones internacionales

Sin embargo, las denuncias tajantes y precisas no fueron completadas con una acción política acorde. Por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, el Ministerio de Asuntos Exteriores llamó a consultas a primera hora de este lunes al encargado de negocios de Israel en Madrid. En concreto, fuentes del departamento de José Manuel Albares explicaron que habían decidido convocar al diplomático israelí para protestar por lo sucedido y confirmaron, a su vez, que estaban en contacto con Sergio Toribio, con su familia y con el Ejecutivo de Netanyahu, "ejerciendo la protección consular" correspondiente.

Sumar, socio de coalición, pidió además que se trasladase una protesta oficial por lo sucedido y su líder, Yolanda Díaz, pidió también "una respuesta clara y contundente" de la Unión Europea. Podemos, por su parte, exigió interceder al propio Sánchez "dada la extrema gravedad de los hechos". "Tiene que ser el presidente el que actúe para la puesta en libertad inmediata de los activistas y para que se tomen medidas contundentes en contra del Estado genocida Israel", señaló el secretario de Organización de la formación, Pablo Fernández. No hubo nada más.

Pero Rodrigo de Larrucea es claro. La acción llevada a cabo en la madrugada de este lunes sí viola el derecho internacional. En concreto, dos convenciones: la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 y la Convención de Ginebra de 1949.

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La vulneración de la primera se produce, explica el experto, porque el asalto se ha llevado a cabo a 160 millas náuticas de la costa de Gaza, distancia equivalente a unos 300 kilómetros. "La regulación internacional establece que el mar territorial de cada país abarca 12 millas desde la costa, aunque los Estados tienen cierto control en las 12 siguientes. Es decir, lo que ha hecho Israel ha sido en aguas internacionales, donde no tienen ningún poder", señala Rodrigo de Larrucea.

Pero es que no es sólo eso. El bloqueo —que es total, pero en este caso hablamos del marítimo— que Israel ejerce sobre Gaza no puede continuar cuando alguien o algo lo rompe para facilitar material humanitario. Es decir, en el hipotético caso de que el asalto se hubiera producido a siete millas náuticas de la costa de la Franja —en aguas de Israel— las fuerzas del país podrían haber subido al barco para inspeccionar su carga, pero en ningún caso habrían podido paralizar su travesía. "Dicho de otro modo: Israel está ejerciendo una doble ilegalidad", denuncia Rodrigo de Larrucea.

Casi dos décadas tratando de romper el bloqueo

Tampoco es la primera vez. La suerte que ha corrido este lunes de madrugada la tripulación del Madleen es la misma que casi siempre han tenido los otros tantos buques que han tratado, hasta ahora sin éxito, de romper el bloqueo que Israel ejerce sobre Gaza. La Flotilla de la Libertad se creó hace 17 años y surgió como una iniciativa conjunta de varias organizaciones internacionales. Desde entonces, distintos buques han intentado llegar a las costas de la Franja en casi 40 ocasiones, pero sólo lo han logrado tres de ellas.

Israel asalta la Flotilla de la Libertad que se dirigía en barco a Gaza

Israel asalta la Flotilla de la Libertad que se dirigía en barco a Gaza

Era 23 de agosto de 2008 cuando lo consiguieron las dos primeras. 44 personas procedentes de 17 países diferentes navegaron durante 30 horas desde Chipre y hasta Gaza en dos pequeñas embarcaciones pesqueras de madera, el Free Gaza y el Liberty. En el mar, fueron seguidos por buques de la armada israelí y sus sistemas de navegación sufrieron interferencias, pero no fueron detenidos. Lo mismo ocurrió con el yate La Dignidad a finales de octubre de ese año, cuando logró atracar con suministros médicos y 26 activistas a bordo. Desde entonces, no ha vuelto a ocurrir.

Entre diciembre de aquel año y enero del siguiente las fuerzas israelíes empezaron a interceptar los buques y en 2010 se produjo el ataque más cruento, como recuerda Barrilaro. El día 31 de mayo, seis barcos con unos 700 activistas internacionales —entre ellos Mairead Corrigan, ganadora del Premio Nobel de la Paz de 1976 y activista por la paz— se dirigían a Gaza con 10.000 toneladas de ayuda cuando comandos navales rodearon las embarcaciones. Uno de ellos, el turco Mavi Marmara, fue asaltado. Al menos nueve activistas murieron y 56 resultaron heridos, según las cifras oficiales. La versión de Israel explicó que algunos activistas se resistieron a la invasión con barras de hierro y sillas. Sin embargo, los organizadores de la flotilla acusaron a las fuerzas israelíes de abrir fuego tan pronto como desembarcaron en la cubierta.

Este mismo lunes, Israel ha matado a siete gazatíes en bombardeos en Al Mawasi, la zona costera en el sur de la Franja de Gaza en la que se agolpan palestinos desplazados. Los muertos en Gaza en ataques directos de Israel desde el 7 de octubre de 2023 se aproximan a los 55.000, según el último informe de Sanidad palestino.

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