El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, ha defendido este jueves que la líder de facto de Birmania, Aung San Suu Kyi, debería haber dimitido de su cargo en lugar de dar cobertura con sus declaraciones a la violenta represión emprendida por el Ejército contra los rohinyás en Rajine.
"Estaba en una posición de hacer algo", ha defendido Hussein en una entrevista con la BBC antes de abandonar su cargo. "Podría haberse quedado callada o incluso mejor, podría haber dimitido", ha añadido el diplomático jordano.
En su opinión, "no había ninguna necesidad de que fuera la portavoz del Ejército birmano". "No tenía que decir que (la represión contra los rohinyá) era un iceberg de desinformación. Eso eran inventos", ha lamentado.
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Suu Kyi, un icono durante años de la lucha por la democracia en su país que le valió el Nobel de la Paz, ha sido duramente criticada por su papel en la crisis de los rohinyá, después de que la violenta represión emprendida por el Ejército en Rajine tras una ola de ataques obra de milicianos provocara el éxodo de más de 700.000 miembros de esta minoría musulmana hacia el vecino Bangladesh.
Convertida en la líder de facto del país con su cargo de consejera de Estado tras la victoria de su partido en las elecciones de 2017, Suu Kyi ha tratado de minimizar las críticas y las acusaciones contra la actuación de las fuerzas de seguridad, sin pronunciarse en contra de lo que estaba sucediendo en Rajine.
Según Hussein, Suu Kyi podría haber dicho que estaba "dispuesta a ser la líder nominal del país pero no bajo estas condiciones". "Muchas gracias, dimitiré y volveré al arresto domiciliario. No puedo ser una cómplice adjunta que otros pueden pensar que soy en lo que se refiere a estas violaciones", deberían haber sido sus palabras, según el alto comisionado.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, ha defendido este jueves que la líder de facto de Birmania, Aung San Suu Kyi, debería haber dimitido de su cargo en lugar de dar cobertura con sus declaraciones a la violenta represión emprendida por el Ejército contra los rohinyás en Rajine.