Canadá y Reino Unido se han sumado a lo largo de este miércoles al boicot diplomático de los Juegos Olímpicos de invierno que celebrará Pekín en febrero, en línea con las represalias que han adoptado ya otros países como EEUU, Australia y Nueva Zelanda como señal de protesta por el historial de China en materia de Derechos Humanos, según informa Europa Press.
EEUU tomó esta decisión basándose en el supuesto genocidio y los crímenes de lesa humanidad cometidos por China en la región de Xinjiang contra la población uigur. El boicot diplomático, un paso que no daba desde los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980, supone en términos prácticos no enviar representación política alguna a la cita que tendrá lugar en febrero de 2022, por lo que en principio no debería afectar a la participación de los deportistas de los países que lo secunden.
Trudeau: "No debería ser una sorpresa" para Pekín
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha anunciado que ningún funcionario gubernamental acudirá a la cita, aunque los atletas canadienses sí podrán competir. Ante la prensa, ha indicado que su Gobierno está "extremadamente preocupado" por "las repetidas violaciones a los Derechos Humanos llevadas a cabo por el Gobierno chino" y que Ottawa expresará su descontento no enviando a los delegados que normalmente acuden a eventos de alto perfil, como la ceremonia de apertura y clausura de los juegos.
Cuestionado sobre si espera que China reaccione ante este anuncio, Trudeau ha destacado que el movimiento "no debería ser una sorpresa" para Pekín, según ha recogido la CBC. "Hemos estado coordinando y discutiendo este asunto con nuestros aliados durante meses", ha agregado.
También Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda
Horas antes, el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, también ha anunciado el boicot diplomático de los Juegos Olímpicos de invierno que celebrará Pekín en febrero. Ante la Cámara de los Comunes, ha desvelado que ninguna autoridad británica acudirá en representación de Londres a la inminente cita deportiva, lo que "efectivamente" equivale a un boicot diplomático. La medida no afectará en cualquier caso a la participación de periodistas de Reino Unido.
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, ha confirmado este miércoles que el país se une al boicot, aunque sin usar la palabra, y no enviará diplomáticos a la cita. Morrison ha indicado que los atletas australianos pueden asistir a la competición, pero los funcionarios del Gobierno no acudirán en una decisión de "interés nacional de Australia" y que, a su juicio, no debería sorprender debido a la ruptura en las relaciones con Pekín en los últimos años.
Nueva Zelanda también informó el martes de que no enviará representantes diplomáticos a nivel ministerial a los Juegos Olímpicos, pero esgrimió principalmente motivos sanitarios debido a la pandemia.
En la UE, sólo Lituania
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En el terreno europeo, solo Lituania ha dado el paso, mientras que otros gobiernos de la UE como el francés o el alemán han abogado por que haya coordinación. Este miércoles, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, ha descartado acudir a los Juegos Olímpicos, aunque ha evitado hablar de un boicot diplomático a pesar de la insistencia de algunos políticos alemanes, que así lo requerían.
En el caso de Italia, se da la circunstancia de que será el país que recogerá el testigo como país organizador, ya que los Juegos Olímpicos de 2026 tendrán lugar en Milán y Cortina d'Ampezzo. "No podemos faltar", han esgrimido fuentes del Gobierno italiano en declaraciones a la agencia AdnKronos.
El Gobierno de China ha lamentado las posiciones adoptadas por estos gobiernos, que afean principalmente el recorte de derechos y libertades en el gigante asiático y casos como los de Xinjiang. Está previsto que los Juegos Olímpicos de Invierno se celebren entre el 4 y el 20 de febrero de 2022, mientras que los Paralímpicos tendrán lugar del 4 al 13 de marzo.
Canadá y Reino Unido se han sumado a lo largo de este miércoles al boicot diplomático de los Juegos Olímpicos de invierno que celebrará Pekín en febrero, en línea con las represalias que han adoptado ya otros países como EEUU, Australia y Nueva Zelanda como señal de protesta por el historial de China en materia de Derechos Humanos, según informa Europa Press.