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SPD y CDU intentarán formar gobierno tras los ajustados resultados de una elecciones que dan a Scholz una victoria por la mínima

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Tanto el Partido Socialdemócrata alemán (SPD) como la coalición de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU) han expresado su intención de liderar un gobierno de coalición tras los ajustados resultados de las elecciones federales de este domingo.

El SPD ha ganado las elecciones federales celebradas este domingo en Alemania con un 25,5 por ciento de apoyo, ligeramente por delante del 24,5 por ciento que ha conseguido la coalición de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU), según proyecciones sobre voto real aún provisionales.

El doble sistema de votación alemán por candidato y por lista confirmaría así al SPD como principal formación en el Bundestag o Cámara Baja del Parlamento alemán con 204 de los 730 asientos, mientras que la CDU/CSU tendría 197.

El líder del SPD, Olaf Scholz, ha destacado el "gran éxito" obtenido por su partido en las elecciones federales de este domingo y ha apostado "formar gobierno". "Por supuesto que estoy contento por los resultados electorales. Muchos votantes han dejado bien claro que quieren un cambio en el gobierno y que el próximo canciller debe ser Olaf Scholz", ha remachado.

Mientras, el candidato de la CDU, Armin Laschet, ha convocado a los demás partidos a forjar una coalición "contra un gobierno de izquierda". Laschet ha apostado por un gobierno "liderado por la coalición" entre la CDU y su partido gemelo en Baviera, la Unión Social Cristiana (CSU).

"Un voto a la Unión es un voto contra un gobierno federal de izquierda. Por eso vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para formar un gobierno federal liderado por la Unión", ha afirmado. El candidato conservador ha planteado ya incluso el nombre de la alianza, que se denominaría "coalición futuro" y que incluiría al Partido Liberal Demócrata (FDP) y a Los Verdes.

El líder de la CSU, Markus Soeder, rival de Laschet por la candidatura a la Cancillería, ha defendido además que los resultados son un revés para Scholz porque éste, según Soeder, prefería una coalición con ecologistas y La Izquierda.

Por el momento ninguno de los dos grandes partidos se ha planteado al menos públicamente reeditar la gran coalición entre SPD y CDU/CSU que ha dominado la escena política del país en las últimas legislaturas.

Por detrás de los dos grandes partidos quedarían Los Verdes (13,8% y 114 escaños), el Partido Liberal Demócrata (FDP, 11,7% y 91 escaños), la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD, 10,9% y 83 diputados) y La Izquierda (5% y 40 asientos). Completa el mapa político un escaño obtenido por la Asociación de Votantes del Schleswig Meridional (SSW).

Importante mejoría para el SPD

Estas cifras suponen una importante mejoría para el SPD con respecto a 2017, cuando logró un 20,5% de apoyo, aunque está lejos de la clara victoria que esperaban para poder formar gobierno cómodamente. 

Ante estos resultados, Olaf Scholz ha destacado el "gran éxito" obtenido por su partido y ha apostado por un "cambio en el gobierno". "Este es un gran éxito", ha declarado en su primera intervención tras conocerse los primeros resultados oficiales parciales. "Por supuesto que estoy contento por los resultados electorales. Muchos votantes han dejado bien claro que quieren un cambio en el gobierno y que el próximo canciller debe ser Olaf Scholz", ha remachado.

Previamente, el secretario general del SPD, Lars Klingbeil, ha manifestado su intención de impulsar la formación de un gobierno liderado por su partido. "Siempre supimos que iba a ser un final ajustado. Sabíamos que sería una campaña electoral ajustada, pero está claro que el SPD tiene un mandato de gobierno. Queremos que Olaf Scholz sea canciller", ha afirmado Klingbeil en declaraciones a la televisión ZDF.

Klingbeil ha manifestado además su júbilo por el "gran éxito" logrado en estos comicios. "Es un voto de confianza de los ciudadanos para Olaf Scholz", ha apuntado en la misma línea el ministro de Trabajo por el SPD, Humbertus Heil.

El peor resultado de la CDU/CSU

La alianza CDU/CSU queda, en cambio, lejos del 32,9% de respaldo de hace cuatro años. Además supone el peor resultado histórico de la formación después del 31% de apoyo logrado en las elecciones federales de 1949. 

Armin Laschet ha convocado a los demás partidos a forjar una coalición "contra un gobierno de izquierda" después de las elecciones federales de este domingo. El candidato ha apostado por un gobierno "liderado por la coalición" entre la CDU y su partido gemelo en Baviera, la Unión Social Cristiana (CSU). "Un voto a la Unión es un voto contra un gobierno federal de izquierda. Por eso vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para formar un gobierno federal liderado por la Unión", ha afirmado.

El candidato conservador ha planteado ya incluso el nombre de la alianza, que se denominaría "coalición futuro" y que incluiría al FDP y a Los Verdes. Laschet ha reconocido el escenario complejo que se abre tras las elecciones. "Por eso es por lo que todos los demócratas deben ahora realizar un gran esfuerzo. Tenemos que mantener Alemania unida", ha indicado, al tiempo que ha reconocido que no está satisfecho con los resultados.

Laschet ha protagonizado, sin duda, la anécdota de la jornada. El sucesor de Merkel al frente de la CDU/CSU ha doblado la papeleta al revés antes de depositarla en la urna de tal forma que era perfectamente visible para la gente presente que había marcado las dos equis correspondientes a la coalición que él mismo encabeza. Los fotógrafos han inmortalizado el momento. 

 

En esa misma línea de "coalición de futuro" parece situarse el FDP, cuyo presidente federal, Wolfgang Kubiscki, ha subrayado que "el FDP quiere cogobernar". "Queremos participar en el Gobierno. Estamos dispuestos a negociar", ha explicado, al tiempo que ha indicado la coalición Jamaica, aunque ha asegurado que el partido está abierto a otras fórmulas.

El 'fracaso' de Los Verdes

Los Verdes, por su parte, iniciaron el año con la intención de liderar un gobierno de coalición, por lo que estos datos supondrían un fracaso, aunque con respecto a 2017 (cuando obtendrían un 8,9%) tendrían importantes avances.

La líder de Los Verdes y candidata a canciller, Annalena Baerbock, ha afirmado este domingo tras conocerse los primeros sondeos a pie de urna que su formación ha sido derrotada y ha reconocido "errores propios" en campaña. "Queríamos más. No lo hemos conseguido debido a nuestros propios errores al principio de la campaña, mis propios errores. Esta vez no ha sido suficiente, pero el partido tiene un deber de cara al futuro", ha declarado Baerbock. La portavoz parlamentaria de los ecologistas, Katrin Goering-Eckardt, ha apuntado por su parte que negociarán sobre "protección medioambiental y justicia climática" en las conversaciones para la formación de gobierno.

Por su parte, la Izquierda ha reconocido que están al borde del descalabro, ya que si no alcanzan el 5% que les dan los sondeos a pie de urna quedarán fuera del Parlamento federal. Así, una portavoz de la formación, Sahra Wagenknecht, ha criticado la deriva negativa en las elecciones federales. "Desde hace años (...) hemos ido cayendo en los resultados y creo que tiene que ver con que La Izquierda se ha alejado cada vez más de los objetivos para los que se fundó como presionar en favor de los trabajadores normales, los pensionistas", ha afirmado. "La vehemencia con la que se ha ofrecido como socio de gobierno pese a la frialdad del SPD y Los Verdes también debería ser revisada críticamente", ha añadido.

El complejo sistema alemán

En Alemania, como ocurre en España, el sistema parlamentario establece que los ciudadanos no son quiénes eligen directamente a su futuro jefe de Gobierno. Una vez repartidos los escaños, los diputados determinarán en una votación secreta quién sucede a Merkel como canciller. La responsabilidad recaerá, por tanto, en los diputados que tomen posesión en octubre y, para ello, antes será necesario dirimir quiénes entran en el Bundestag.

Los alemanes disponen de dos votos para elegir a sus representantes, el primero de los cuales determinará el candidato directo por cada una de las 299 circunscripciones. Este sistema, según el cual resulta elegido el diputado con más número de apoyos en cada territorio, ha favorecido históricamente a los dos grandes bloques: la coalición CDU/CSU y el SPD. La mitad restante del Bundestag sale del segundo voto, que va a parar a una lista de partido y ya no por circunscripciones uninominales, sino por regiones. El sistema Sainte-Laguë, similar al D'Hondt, entra en juego para terminar de conformar la Cámara Baja, en una variante que puede abrir la puerta a partidos más minoritarios.

Al reparto final, sin embargo, aún le resta incorporar los denominados escaños adicionales, en virtud de complejo sistema de compensación y proporciones que el Tribunal Constitucional obligó a reformar en 2012. Si un partido recibe en un land (estado) más escaños por la vía del primer voto de los que obtiene gracias al segundo, se añade un número equivalente de asientos. En las elecciones de 2013, el Bundestag pasó de 598 a 630 escaños, mientras que en 2017 la cifra aumentó hasta 709.

Para obtener representación parlamentaria, un partido está obligado a obtener al menos el 5% de los votos a nivel nacional o tres escaños de forma directa. No cumplir con al menos uno de estos requisitos deja a la formación en cuestión fuera del Bundestag. La cláusula de exclusión, que abre la puerta a la entrada de grupos fuertes en ciertas regiones, data de la década de los 50 del siglo XX. Se concibió básicamente para frenar la entrada de grupos minoritarios que pudiesen desestabilizar el país, en un momento en el que Alemania tenía muy presente el escenario de la República de Weimar previa a la llegada del nazismo en 1933.

Una vez decidida la composición del Budestag, tocará negociar el futuro Gobierno. Tras las elecciones de 2017, fueron necesarios seis meses para consensuar una mayoría, y el actual escenario podría terminar abocando a Alemania a un tripartito inédito en el contexto federal en caso de que dos de los tres grandes partidos no sumen suficientes escaños por sí solos.

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Las otras dos elecciones de este domingo

En cuanto a las otras dos elecciones de este domingo, Los Verdes serían la fuerza más votada en los comicios a la Cámara de Diputados de Berlín (23,5%, +7,3 puntos con respecto a 2016), seguidos del SPD (21,5%, -1) y la CDU (15%, -2,6), según la encuesta a pie de urna de Infratest-Dimap para ARD. La Izquierda es la cuarta fuerza (14,5%, -1,1), AfD lograría un 7% (-6,8) y el FDP se quedaría en el 7,5% (+0,8).

En las elecciones al Parlamento regional de Mecklemburgo-Pomerania Occidental la fuerza más votada sería de nuevo el SPD (37%, +7 con respecto a 2016), seguido de AfD (18,5 %, -2,3), CDU (14%, -5), La Izquierda (10%, -3,2), Los Verdes (7 %, +2,2) y el FDP, que regresaría a la Cámara con un 6,5% (+3,5).

Tanto el Partido Socialdemócrata alemán (SPD) como la coalición de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU) han expresado su intención de liderar un gobierno de coalición tras los ajustados resultados de las elecciones federales de este domingo.

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