Un día después de la sorprendente renuncia de Benedicto XVI, anunciada por él mismo, en latín, ante la curia, el Vaticano intenta recomponerse de una decisión que desconcertó incluso a sus más próximos colaboradores. Aunque su portavoz, Federico Lombardi, dijo que esta decisión no obedece a motivos de salud, recordó que el papa lleva un marcapasos desde antes de que comenzara su pontificado y que fue operado recientemente para cambiar una batería. Además,reveló que el pasado octubre se iniciaron las obras de la que será su próxima residencia, un antiguo monasterio dentro del Vaticano. Asimismo, apuntó que aún se desconoce quien se mudará con el Pontífice a su residencia o quién le asistirá, informa Europa Press.
Tampoco se sabe cómo será llamado Joseph Ratzinger después del 28 de febrero, ni cómo vestirá, ni qué sucederá con aquellas pertenencias relacionadas con el ejercicio del ministerio petrino que no pueden ser usadas desde el próximo 1 de marzo porque ya no será pontífice.
No obstante, el papa mantendrá su agenda hasta su renuncia, que se producirá el próximo 28 de febrero a las ocho de la tarde. El día antes se despedirá de los fieles en una audiencia en la plaza de San Pedro, según relató Lombardi. El objetivo es, tal y como explicó, que pueda acudir un gran número de gente a esa última audiencia, pero no se trata de hacerle una fiesta de despedida sino de aprovechar las citas que ya están pendientes en el calendario, y esta del 27 será, por tanto, "la última celebración grande".
Lombardi aseguró que el pontífice "realizará todas las citas previstas en el calendario" antes del anuncio de la renuncia el próximo 28 de febrero, entre los que se encuentran los encuentros previstos con obispos, así como con los jefes de Estado de Rumanía y Guatemala. De hecho, este miércoles, celebrará su audiencia general y por la tarde presidirá el tradicional rito del miércoles de ceniza con la procesión penitencial, la Santa Misa, la bendición y la imposición de las cenizas. Este año, las celebraciones del miércoles de ceniza tendrán lugar en la Basílica de San Pedro y no en la Iglesia de San Anselmo y en la Basílica de Santa Sabina en la colina del Aventino de Roma, por la previsible asistencia de más fieles, así como la participación del colegio cardenalicio".
Su anillo "quizá" no será destruido
Sobre la esperada encíclica de la fe que el papa Benedicto XVI estaba preparando, el padre Lombardi ha declarado que "parece que no se publicará antes de su partida" por lo que ha destacado que "la encíclica como tal no se puede esperar antes del 28 de febrero". En este caso el portavoz vaticano, ha señalado que "quizá" el anillo sería destruido, aunque ha advertido que expertos dentro del Vaticano estudiarán las constituciones e interpretarán, "de acuerdo a esta situación nueva" qué hacer y lo indicará con precisión en su momento.
Un día después de la sorprendente renuncia de Benedicto XVI, anunciada por él mismo, en latín, ante la curia, el Vaticano intenta recomponerse de una decisión que desconcertó incluso a sus más próximos colaboradores. Aunque su portavoz, Federico Lombardi, dijo que esta decisión no obedece a motivos de salud, recordó que el papa lleva un marcapasos desde antes de que comenzara su pontificado y que fue operado recientemente para cambiar una batería. Además,reveló que el pasado octubre se iniciaron las obras de la que será su próxima residencia, un antiguo monasterio dentro del Vaticano. Asimismo, apuntó que aún se desconoce quien se mudará con el Pontífice a su residencia o quién le asistirá, informa Europa Press.