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Los 'bebés Trump', listos para la batalla

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Alexis Buisson (Mediapart)

A finales de febrero pasado, en las afueras de Washington, el vicepresidente Mike Pence lanzó un mensaje claro a los participantes de la CPAC (Conservative Political Action Conference), la gran asamblea anual de los conservadores estadounidenses. “Ganar las próximas elecciones no basta. Debemos ganar la próxima generación”, dijo el vicepresidente ante una multitud de varios miles de seguidores trumpistas reunidos en un hotel a orillas del río Potomac.

Las cartas están sobre la mesa. Igual que Ronald Reagan, que dio vida a toda una generación de republicanos, Donald Trump suscita vocaciones. Representantes, candidatos o simples militantes, los Estados Unidos han presentado a estos “bebés Trump” en la convención nacional del partido que terminó este jueves pasado.

Entre ellos, el carismático fiscal general del Estado de Kentucky, Daniel Cameron, un afroamericano de 34 años presentado como una estrella fulgurante de la derecha americana. O también el congresista republicano por Florida Matt Gaetz, de 38 años, fiel entre los fieles que ha defendido con uñas y dientes a su amo durante la investigación para su destitución. Durante su discurso en la convención, que este año ha sido en gran parte virtual, ha afirmado que un presidente Biden “os quitará vuestras armas, vaciará las cárceles, os encerrará en casa e invitará a miembros de la banda MS13 a instalarse en la puerta de al lado”.

“Las personalidades que emergen de esta presidencia están en la línea de Trump ya que es él quien tiene la popularidad entre los votantes”, recuerda Benjamin Haddad, director del programa transatlántico Europe Future Initiative, del Atlantic Council, un think tank de Washington. Según una encuesta reciente del instituto Gallup, un 90% de los norteamericanos que se identifican como republicanos apoyan la acción del inquilino de la Casa Blanca.

Las elecciones de medio mandato de 2018 estuvieron marcadas por el ascenso de jóvenes promesas y feministas en las filas demócratas y los republicanos esperan conocer un movimiento similar en 2020. Una cifra récord de 98 mujeres se presenta al Congreso, que será renovado íntegramente el 3 de noviembre, al mismo tiempo que la presidencia.

Entre los recién llegados encontramos a Madison Cawthorn, un inversor inmobiliario de 24 años que en junio ganó las primarias de su partido en Carolina del Sur. Aunque Donald Trump no ha apoyado a este novato de la política, que está en silla de ruedas a causa de un accidente de carretera que le ha dejado parcialmente paralizado, él mismo se describe como “pro-Trump, provida y pro-segunda enmienda” (que garantiza el derecho a poseer armas).

Si resultara elegido para el Congreso en noviembre, se convertiría en el congresista más joven de la historia de la institución, batiendo el récord establecido en 2018 por Alexandria Ocasio-Cortez, la carismática congresista por el Bronx y Queens elegida con 28 años. “Represento a una generación emergente de americanos que serán los líderes del mañana. Estos jóvenes piensan que los republicanos no se preocupan por los excluidos, los que sufren y los menos afortunados. Eso es falso”, ha dicho en un vídeo de campaña. (Los miembros de la generación Z, nacidos después de 1996, están más próximos a la línea de partido demócrata en temas como la sanidad, la igualdad racial o el cambio climático).

Esta nueva generación también está bien representada fuera del círculo de los representantes. Con 26 años, Charlie Kirk, una de las voces más visibles en la galaxia conservadora, dirige la Turning Point USA, una organización muy activa que pretende movilizar a los estudiantes conservadores en los campus universitarios, considerados como bastión del pensamiento de izquierdas y del desorden moral.

Este soldadito de las culture wars (guerras culturales) ve a Trump como “el guardaespaldas de la civilización occidental”. A este cortejo de neotrumpistas se han unido también el treintañero Brandon Straka, fundador de WalkAway Campaing, un grupo que anima a los demócratas a dejar su partido, tal como él hizo; Candace Owens, una influyente autora negra y destacada anti Black Lives Matter, y el estudiante de secundaria Nicholas Sandmann, convertido en un héroe de la derecha antiestablishment al denunciar ante la justicia a varios medios (CNN, The Washington Post, The New York Times...) acusándoles de haber dado una imagen sesgada de su reunión con un militante amerindio en Washington, en enero de 2019.

Donald Trump tiene también en su haber la revitalización del movimiento anti aborto, como muestra la fuerte participación de jóvenes militantes en la Marcha por la vida, la gran cita anual en Washington.

“Hay mucha energía entre los jóvenes conservadores, porque Donald Trump nos muestra que nuestra voz puede ser escuchada en Washington”, dice Ethan Escalante, un estudiante de instituto católico que participa en un grupo anti aborto. Este febrero pasado fue su primera vez en la CPAC. “Cuando miras los medios, da la impresión de que todos los jóvenes son de izquierdas. Pero es falso”.

Estos bebés Trump no son tan radicales como su creador, pero algunos de ellos lo son más aún. Al menos tres vencedores en las recientes primarias del partido republicano para el Congreso y el Senado son seguidores de QAnon, una teoría complotista según la cual Donald Trump lucha contra una red internacional de pedófilos satánicos y caníbales a la que pertenecen algunos demócratas y famosos. Al menos uno de esos candidatos tienen muchas posibilidades de entrar en el Congreso en noviembre: Marjorie Taylor Greene, triunfadora en las primarias de Georgia gracias al apoyo de donantes del entorno de la Casa Blanca y del partido republicano, podría ser elegida congresista si creemos abiertamente en esa locura que Donald Trump se he negado a condenar.

¿Será trumpista el futuro del partido? “Si Donald Trump resulta reelegido, dejará una profunda huella en el Partido Republicano. Si sale derrotado, sin duda habrá un replanteamiento”, resume Benjamin Haddad. El director ve varios posibles pretendientes a la Casa Blanca en 2024: la ex embajadora americana ante la ONU, Nikki Haley, el conservador Mike Pence o incluso una personalidad de los medios como Tucker Carlson, famoso presentador de Fox News y consejero informal del presidente. Habrá que contar también con los (verdaderos) hijos de Donald Trump. En fin, que el relevo está asegurado...

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Traducción: Miguel López.

Texto en francés:

A finales de febrero pasado, en las afueras de Washington, el vicepresidente Mike Pence lanzó un mensaje claro a los participantes de la CPAC (Conservative Political Action Conference), la gran asamblea anual de los conservadores estadounidenses. “Ganar las próximas elecciones no basta. Debemos ganar la próxima generación”, dijo el vicepresidente ante una multitud de varios miles de seguidores trumpistas reunidos en un hotel a orillas del río Potomac.

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