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Bernard Tapie, acusado de comprar un partido clave de la Liga de Campeones ganada por el Olympique de Marsella en 1993

Costin Stucan (Gazeta Sporturilor) y Yann Philippin (Mediapart)

El exjugador y exseleccionador rumano Cornel Dinu afirma que Bernard Tapie compró a los belgas del FC Brujas para que el Olympique de Marsella llegara a la final europea de 1993, y que compró a petición suya al árbitro del encuentro. El hombre de negocios desmiente formalmente lo que califica de “delirio”.

Cornel Dinu, leyenda del fútbol rumano de los años 1970 y ex seleccionador del equipo nacional, es un perfecto desconocido en Francia. Pero no por mucho tiempo. En su biografía, que se publica este lunes en Rumanía, suelta una bomba sobre uno de los acontecimientos más gloriosos del fútbol francés: la victoria en 1993 en la Liga de Campeones del Olympique de Marsella en el período de Bernard Tapie.

Mediapart y sus socios de la red European Investigative Collaborations (EIC) –de la que también forma parte infoLibre– han podido leer en primicia el libro de Cornel Dinu, donde acusa a Tapie de haber ganado la copa europea más prestigiosa gracias a la corrupción comprando el partido clave Brujas-OM del 21 de abril de 1993, que permitió a los marselleses llegar a la final.

Dinu afirma igualmente haber corrompido, a petición de Tapie, al árbitro del encuentro para que no sancionara a Basile Boli con tarjeta amarilla y así asegurarse de que su defensa estrella no fuera privado de la final. La integridad deportiva de Bernard Tapie está ya bastante mermada, ya que tuvo que enfrentarse al tema de la compra del partido OM-Valenciennes en mayo de 1993, que le costó ser condenado a un año de cárcel. También en el partido Spartak de Moscú-OM en abril de 1991, comprado a través de Jean-Louis Haguenauer, hoy inmerso en el affaire Benalla. Finalmente, el pasado marzo, fue objeto de las acusaciones de Marc Fratani, excolaborador de Tapie en Marsella, que denunció en Le Monde “la empresa de corrupción” de Tapie en el OM por medio de una caja negra que ha servido para comprar partidos y árbitros de la Liga 1 –primera división del sistema de ligas del fútbol francés–, que Bernard Tapie ha desmentido.

Las acusaciones del rumano Cornel Dinu son aún más explosivas por el hecho de que la victoria del OM en la liga de campeones sigue siendo, todavía hoy, un mito y un inmenso orgullo en Marsella. Veintiséis años más tarde, ningún club francés ha conseguido esa proeza, ni siquiera un Paris Saint-Germain (PSG) dopado con los “gazodólares” de Qatar.

¿Por qué Cornel Dinu ha decidido incluir este episodio en su autobiografía tanto tiempo después de los hechos? “Tengo 71 años y no tengo ya nada que perder”, ha respondido a la EIC.

Contactado por Mediapart, Bernard Tapie ha desmentido las acusaciones “ridículas” de Dinu. “¡A ese señor le conviene aportar elementos de prueba o testimonios sobre lo que dice! ¡Treinta años le ha costado para poner en paz su conciencia! Pero ante los tribunales correspondientes, y también para ustedes, no será complicado demostrar (que se trata de) delirios”. “El OM ha ganado los partidos porque era, con el AC Milan de la época, el mejor equipo de Europa. ¡Las estupideces no pararán jamás!, añade Tapie, quien asegura no tener “ningún recuerdo de ese rumano”.

Cornel Dinu se acuerda muy bien de Bernard Tapie. Conocido como Señor, en señal del respeto de que goza en su país, es una de las mayores figuras del fútbol rumano. Defensa estrella del Dinamo de Bucarest en los años 70, llegó a ser Secretario de Estado de Deportes en 1989, tras la caída del comunismo y después seleccionador del equipo nacional (1992-1993) y finalmente Director General del Dinamo a principios de los años 2000.

En su autobiorafía, Misterele lui Mister (Los misterios de Señor) dedica largos pasajes a su relación con Tapie, del que dice haber visto en varias ocasiones entre 1990 y 1992.

Todo comenzó en 1990, cuando Dinu era Secretario de Estado de Deportes. La selección rumana estaba invitada a jugar un partido benéfico en Marsella a favor de las víctimas del exdictador Ceaucescu. “Era perfecto. Tapie pagó todos los gastos, nos recibió en el aeropuerto e hizo de maestro de ceremonias en el estadio, micro en mano”, cuenta Dinu, y añade que simpatizó y habló largo y tendido con Tapie durante la cena que siguió.

Todo era perfecto, pero la recaudación de las entradas nunca llegó a las víctimas. “No creo que se tratara de una estafa de Tapie”, precisa Dinu, que echa la culpa a la avidez y la corrupción que pudrieron la Rumanía post comunista.

Dinu dice que continuó su relación con Tapie en 1992, especialmente al margen de los encuentros de la Liga de Campeones entre el OM y el Dinamo de Bucarest. Él era entonces seleccionador del equipo nacional pero seguía de cerca a su antiguo equipo.

Cornel Dinu cuenta que en diciembre de 1992, cuando estaba de vacaciones con su familia en Disneyland París, llamó a Tapie para saludarle y que éste le invitó al día siguiente, domingo, a su villa parisina de la calle Saints-Pères.

Los dos hablaron de política, de filosofía, de historia y de fútbol durante varias horas. Dinu afirma que Tapie le habló de su intención de nombrarle entrenador del OM en el verano siguiente. “Te pagaré diez veces más de lo que ganas en Rumanía”, le dijo Tapie. El interesado dice no tener “ningún recuerdo de ese rumano ni de su paso por París”.

En esa misma conversación en su residencia, el seleccionador rumano dice que le extrañó la seguridad de Tapie: estaba seguro de que el OM se enfrentaría al AC Milan en la final de la Liga de Campeones, cuando el Marsella no había jugado todavía más que dos partidos de su grupo. Cornel Dinu cuenta en su libro que no lo entendió hasta cinco meses más tarde. En abril de 1992 recibió, dice, una llamada del patrón del OM, que quería verle en persona porque le necesitaba por el tema de un árbitro. “Verás, no es casi nada”, le dijo Tapie.

El 21 de abril, Marsella tiene que jugar un partido decisivo contra el Brujas para cerrar la fase de grupos de la Liga de Campeones. Entonces la fase final se regulaba en dos grupos de cuatro equipos, de los que sólo el primero se clasificaba para la final. El OM necesitaba ganar ese último partido contra el Brujas. El club marsellés terminará siendo el primero con nueve puntos, sólo uno más que el Glasgow Rangers.

Para arbitrar el partido en Bélgica, la UEFA eligió a Ion Craciunescu, uno de los mejores árbitros rumanos de todos los tiempos. “Este tío es raro. Le gusta vanagloriarse, pretende ser incorruptible, pero en el mundo del fútbol rumano sabemos que es difícil para cualquiera resistir a las tentaciones”, dijo Cornel Dinu a Bernard Tapie por teléfono.

“Necesito que me ayudes con el árbitro”

El seleccionador rumano afirma que quedaron en verse el 20 de abril, la víspera del partido, en el hotel en el que estaban alojados los marselleses, “en un balneario del mar del Norte”. “Cuando llegué eran las 23 horas. Fui recibido por Raymond Goethals (entonces entrenador belga del OM, ya fallecido) y nos llevó a junto de su jefe. Él me conocía y me dijo: ‘El loco te espera. Me ha costado diez años de mi vida’. Bernard Tapie estaba sólo en un salón”, escribe Cornel Dinu en su libro.

El rumano recuerda que Tapie entró inmediatamente en el meollo de la cuestión: “Cornel, yo voy a ganar mañana sin ningún problema. Supongo que sabes que ese viejo carcamal de Goethals es originario de Brujas. Gracias a él he tomado todas las medidas necesarias para impedir que los belgas nos causen problemas. Ganaremos fácilmente. En este mismo momento él estaba esperando que le hablese del dinero que le hacía falta para su misión”.

Dinu afirma que Tapie no le necesitaba para comprar el partido sino para un servicio muy especial que el presidente del OM le describió así: “Te necesito para el árbitro porque quiero que se abstenga de sacar tarjeta amarilla a Basile Boli. Si Boli es sancionado, será suspendido contra el Milan en la final. Por eso, el árbitro recibirá 20.000 dólares”.

Dinu dice que respondió a Tapie “considera tu problema arreglado”. Añade Dinu que se encontró con el árbitro rumano Craciunescu al día siguiente, a las 17 horas, unas horas antes del comienzo del partido. “Me estaba esperando en un bosque cerca del hotel donde se alojaba. Le hablé brevemente del problema y me dijo que quería que nos viéramos detrás de los árboles. Yo sabía que él estaba dispuesto a hacer ese tipo de cosas por dinero, pero tenía miedo y era muy prudente.”

“Se fue a hacer su jogging de antes del partido. Cuando llegué me fui a pasear solo entre los árboles y al cabo de un momento él corrió hacia mí”, continua Cornel Dinu. “Le dije lo que Tapie me había pedido y su respuesta fue exactamente la que me esperaba: ¿Sólo tengo que hacer eso? ¿No sancionar a Boli?

El seleccionador rumano dice que le respondió: “Sí, Ion, sólo eso. El resto de lo que hayan arreglado entre ellos no te concierne. La manera como van a ganar es asunto de ellos. Tú eres sólo un testigo con una única obligación: pase lo que pase, la tarjeta amarilla no existe para Basile Boli”.

Algunas horas más tarde, Dinu asistió al partido en el palco VIP del estadio de Brujas. “Durante el encuentro,  Tapie -que me saludó cuando llegué- me echaba ojeadas sugerentes de vez en cuando. Después de la primera parte estaban 1-0, el partido se desarrollaba según el escenario que Tapie nos había descrito la noche anterior. El equipo local no luchaba, daba la impresión de no poder marcar aunque el partido hubiera durado varias horas más. A pesar de algunas entradas dudosas, Boli no fue sancionado. Un ángel llamado Craciunescu velaba por él sobre el terreno (…). Tuvo cuidado de no violar el acuerdo”.

Dinu cuenta que, después del partido, Tapie “le dio un abrazo amistoso” y le dijo: “Te llamaré dentro de unos días para decirte cómo vamos a terminar este trabajo”.

Bernard Tapie desmiente formalmente este relato. “¡El mundo del fútbol se va a reir! Goethals compró al Brujas o compró un árbitro (…), para que Boli no se lleve una tarjeta roja, ¡es simplemente ridículo! (…) De todos modos es alucinante que cualquiera pueda acusar a quien quiera sin pruebas ni testimonios”.

Según Dinu, el árbitro Ion Craciunescu estaba “impaciente por recibir la recompensa”. Me preguntó “si no podían entregarle el dinero antes, y le dije que debía ir a Italia a mediados de mayo para ir a ver jugar a los internacionales rumanos Hagi, Sabau y Raducioiu. Durante el viaje, yo me acercaría a Marsella para cumplir mi promesa”.

En mayo, el seleccionador rumano su fue a Italia a observar a sus jugadores en Brescia contra el AC Milan. Después del partido, dice que llamó a Tapie y que le dijo que se acercara a Marsella porque “tenía problemas allí”. Acababa de estallar el escándalo del partido trucado OM-Valenciennes.

Justo después de colgar, dice que montó en su Fiat y se fue conduciendo hasta Marsella. “A mediodía llamé a la puerta de la sede del club, una mansión imponente cerca del mar. El contable del club me esperaba. Me dio un sobre y me pidió disculpas porque sus jefes se habían ido a comer a la ciudad”. Cornel Dinu dice que, una vez de regreso a Rumanía, dio el dinero convenido a Ion Craciunescu.

Contactado por el EIC, el árbitro rumano lo desmiente: “No voy a hacer caso de lo que dice Cornel Dinu. Puede ladrar todo lo que quiera. Si quiere probar lo que dice puede hacer la prueba del detector de mentiras ante los periodistas. Con un poco de suerte no trucará el aparato”.

Cornel Dinu dice que Tapie le invitó a la final de la Liga de Campeones el 26 de mayo en Múnich. Dinu se acuerda de que se  reunió con el presidente del OM el día anterior en una casa al borde del lago Ammer, no lejos de la capital bávara. Tapie le ofreció una bolsa que contenía un kit de entrenamiento completo del club. “Me dijo: empieza por llevar nuestros colores para que te acostumbres. Yo no he cambiado de opinión y quiero que seas mi entrenador a partir del verano. He terminado con Goethals”. El patrón del OM jamás llegó a concretar su propuesta.

Al día siguiente, Marsella ganó la Liga de Campeones derrotando al AC Milan por 1 a 0, gracias a un gol de Basile Boli. “El mismo que fue protegido gracias al dinero en Brujas. Detrás de la leyenda de la Copa de Europa, la historia es a veces diferente”, concluye Cornel Dinu en su libro.

Tapie no ha podido volver a triunfar. Por el asunto del partido comprado OM-Valenciennes el 20 de mayo de 1993, el Olympique de Marsella fue excluido por la UEFA de la Liga de Campeones la siguiente temporada. Dos años más tarde, Bernard Tapie fue condenado por ello a dos años y uno de ellos de cárcel por corrupción y soborno de testigos.

 

Este artículo ha sido redactado en colaboración con la red European Investigative Collaborations (EIC), de la que Mediapart–socio editorial de infoLibre– es miembro fundador. La EIC ha publicado, entre otras, investigaciones sobre las armas del terror, el Football Leaks, los Malta Files o los secretos negros del Tribunal Penal Internacional.

El periodista rumano Costin Stucan, que trabaja para el periódico deportivo Gazeta Sporturilor y para nuestro socio de la EIC The Black Sea, ha conseguido en primicia el libro de Cornel Dinu antes de su publicación.

Mediapart a contrastado esas informaciones con Bernard Tapie por SMS el jueves 30 de mayo.

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  Traducción de Miguel López.

Aquí puedes leer el texto original en francés:

El exjugador y exseleccionador rumano Cornel Dinu afirma que Bernard Tapie compró a los belgas del FC Brujas para que el Olympique de Marsella llegara a la final europea de 1993, y que compró a petición suya al árbitro del encuentro. El hombre de negocios desmiente formalmente lo que califica de “delirio”.

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