Marine Le Pen y personas de su entorno lo han proclamado a los cuatro vientos: los bancos franceses no quisieron concederle ningún préstamo al Frente Nacional y tuvieron que ir a buscar el dinero a otra parte. En concreto, a Rusia, donde se recurrió a bancos supuestamente neutrales y ajenos a la influencia del Kremlin.
La investigación de Mediapart, socio editorial de infoLibre, y de la web letona de investigación Re:Baltica, sobre los entresijos de los préstamos rusos del FN, revelan una historia muy distinta: la creación de una red –intermediarios y estructuras opacas incluidos– para ayudar al partido de Marine Le Pen a obtener millones e, incluso, a ocultar la procedencia del dinero. En todo este montaje desempeña un papel decisivo el senador Alexandre Babakov, ultrapatriota y asesor del presidente Putin, encargado de las relaciones con las organizaciones rusas en el extranjero. Entre 2014 y 2016, el propio Babakov y personas de su entorno pusieron en contacto al FN con tres bancos rusos de perfil dudoso en encuentros mantenidos en París y en Ginebra y cuyos detalles desvelamos en esta investigación.
Del lado francés, el eurodiputado del FN Jean-Luc Schaffhauser, miembro del equipo de campaña de Marine Le Pen, fue el encargado de supervisar las operaciones. Además, su fundación ha recibido fondos procedentes de las Islas Vírgenes británicas a través de una empresa radicada en Luxemburgo. El cobro de estas supuestas comisiones, según nuestras informaciones, llevó a la Justicia francesa a abrir una investigación preliminar, de la que se encarga la Oficina Anticorrupción. Pero el caso también presenta una importante dimensión política: varios e-mails intercambiados, que obran en nuestro poder, algunos de ellos enviados con copia a Marine Le Pen, revelan por vez primera que intermediarios rusos asesoraron a Schaffhauser en varias de sus intervenciones en el Parlamento Europeo, lo que pone de manifiesto la influencia de los partidarios de Putin en la financiación rusa del FN.
La “nebulosa Babakov” movilizada de cara a las presidenciales
La cita fue el 17 de marzo de 2016, en Ginebra. Ese día, Jean-Luc Schaffhauser tenía una importante misión que llevar a cabo. Viajó con el fin de entrevistarse discretamente con un tal Vilis Dambis, hombre de negocios letón cuyo nombre figura en los papeles de Panamá. Este exbanquero de perfil oscuro es uno de los principales emisarios de Alexandre Babakov, parlamentario ultrapatriota y asesor del presidente Putin que ya había ayudado al FN a conseguir, en 2014, un préstamo de 9,4 millones de euros del First Czech-Russian Bank (FCRB).
Si el francés y el letón se dieron cita a orillas del lago Lemán, fue para abordar una cuestión muy sensible: la financiación de la campaña presidencial de Marine Le Pen. La cuestión era urgente puesto que seis días antes, el 11 de marzo de 2016, había ocurrido en Moscú algo preocupante: el banco ruso con el que el FN contaba –el FCRB– para conseguir nuevos créditos había pasado a estar bajo control del Banco Central Ruso en condiciones misteriosas. Apenas le quedaban unos meses de existencia, debido al agujero de 31.800 millones de rublos (497 millones de euros) en pérdidas que arrastraba. Hasta que se declaró la quiebra, en octubre de 2016, hacía falta encontrar a toda costa un banco ruso capaz de tomar el testigo.
Tres meses después de la entrevista de Ginebra, el 15 de junio de 2016, la oficina ejecutiva del FN da luz verde al préstamo de 3 millones de euros del Strategy Bank, establecimiento de trayectoria irregular, denunciado en varias ocasiones por blanqueo de dinero, tal y como reveló Mediapart en marzo. La decisión adoptada “por unanimidad” por la cúpula del partido tenía como objetivo “dar poderes a Wallerand de Saint-Just”, el tesorero del Frente Nacional, “para firmar el contrato de préstamo y el resto de documentos necesarios para la obtención del crédito en las condiciones mencionadas más arriba así como para efectuar todas las formalidades administrativas o jurídicas apropiadas”. Pero una vez más –mala suerte, coincidencia o maldición–, el Strategy Bank terminó perdiendo su licencia bancaria el 26 de julio de 2016, con lo que el contrato de préstamo quedó en agua de borrajas.
El tesorero del FN hizo entonces malabarismos para sacar al partido de ese callejón sin salida. El 4 de noviembre de 2016, se entrevistó personalmente en París con el intermediario letón Vilis Dambis, en presencia de Didier Bollecker, abogado francés que actúa en nombre de Jean-Luc Schaffhauser. Los tres hombres decidieron darse cita en el hotel Peninsula, un palacete de cinco estrellas situado a dos pasos del Arco del Triunfo. Una foto, que publicamos en exclusiva, inmortalizó el momento. En ella, se ve a Wallerand de Saint-Just sonriente, saludando al hombre de negocios letón.
El tercer banco ruso del FN pierde la licencia
Esta vez, a raíz de la desaparición del Strategy Bank, el FN se dirigió al NKB Bank, establecimiento de pasado todavía más turbio, que ocupa el puesto 527º en el ranking ruso. En ese momento todavía tratan de conseguir un préstamo de 3 millones de euros de dicho banco. El término “otro” banco no es exacto ya que el Strategy Bank y el NKB Bank son en realidad estructuras gemelas, controladas por un solo hombre: Dmitri Rubinov, exfuncionario del Banco Central, de reputación más que dudosa.
Él mismo supervisó las negociaciones con el FN, tal y como ha confirmado a Mediapart un exresponsable del NKB Bank. Dimitri Rubinov, contactado por teléfono y visiblemente sorprendido, reconoce que sus dos bancos mantuvieron conversaciones con el FN, pero asegura que “el crédito de tres millones no se ingresó en las cuentas de ese partido [el Frente Nacional]. Quizás consiguieron el dinero de otro banco”, dice antes de colgar. Fueron sus últimas palabras, a partir de ese momento, el banquero no vuelve a dar la cara.
Una vez más, sucedieron cosas extrañas: el 29 de diciembre de 2016, el NKB Bank perdió también su licencia por razones alarmantes: la violación reiterada de la “ley federal contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo”, dejando una deuda de 510 millones de rublos (8,3 millones de euros). Y el pasado 17 de abril, el Tribunal de Arbitraje de Moscú lo declaró en quiebra… Y no será por no haber contado con el apoyo de la cúpula, ya que detrás de estas dos tentativas abortadas de concesión de créditos, se encuentra una vez más Alexandre Babakov, hombre clave en el préstamo de 9,4 millones obtenido en 2014. Un personaje influyente que tiene contactos en el Kremlin y que lleva años que parece salir indemne milagrosamente de todos los escándalos.
Vilis Dambins ha desmentido haber ejercido de “intermediario en los acuerdos mencionados […], ni como persona física ni como persona moral […]. Por tanto, no pudo actuar a las órdenes de Babakov”, dice. Por su parte, Jean-Luc Schaffhauser reconoce a Mediapart que hizo un viaje de “ida y vuelta a Ginebra”. “Vilis propuso otros bancos después [para que tomasen el testigo del FCRB]. A partir del momento en que no pudimos conseguir préstamos de los primeros bancos rusos, porque se habría percibido como demasiado político, estábamos en territorio desconocido. Yo mismo no quise inmiscuirme”, explica el eurodiputado, que admite que detrás del letón “con entidad propia”, efectivamente Alexandre Babakov se encontraba al frente. “Debo trabajar con gente que representa a la función pública y sé que Babakov es un patriota”, añade.
Tal y como publicó Mediapart, Marine Le Pen supuestamente se entrevistó con Babakov en un viaje secreto a Rusia, en febrero de 2014, en el momento en que se negociaba el primer préstamo ruso. El recorrido de Babakov es más bien el propio de un oligarca ruso próximo al Kremlin que hace malabarismos con la política y con los negocios. Actualmente senador, fue diputado en la Duma de 2003 a 2015, primero por el movimiento ultrapatriota Rodina y después por Rusia Unida, el partido en el poder. Desde 2012, es el “representante especial” de Vladimir Putin, encargado de las relaciones con las organizaciones rusas en el extranjero, lo que le convierte en uno de los hombres clave de las redes de influencia del Kremlin en Europa. El 27 de marzo, los dos hombres se dejaron ver juntos para recibir al primer ministro serbio.
El diputado Babakov, que hizo fortuna en los sectores inmobiliario y energético, nunca dejó los negocios, maestro del arte de esconderse detrás de una nebulosa de hombres de paja y de estructuras opacas como las administradas por Vilis Dambins. Su patriotismo es de geometría variable: es propietario de bienes inmuebles en Francia –un castillo a 37 km de Versalles y un apartamento en París– que figuran a nombre de su esposa y de sus hijos y que nunca ha declarado en Rusia tal y como obliga la ley. En su última declaración patrimonial, correspondiente a 2016, indica contar con ingresos por importe de 538 millones de rublos (es decir, 67 veces más que en 2015, cuando era diputado en la Duma) y dice ser propietario de un único apartamento en Rusia de 69 metros cuadrados. También asegura que no tiene coches.
Jean-Luc Schaffhauser afirma no estar al corriente de lo que sucedió después de la entrevista de Ginebra con Vilis Dambins. “Le encomendé el caso a mi abogado para seguir las pistas [de los nuevos bancos] que nos proponían, pero nunca creí en estas pistas [las del Strategy Bank y la del NKB Bank]”, dice. Este abogado es Didier Bollecker, especialista en derecho mercantil, cuyo estudio CAA está radicado en Estrasburgo, y presente en la entrevista que mantuvieron en París Vilis Dambins y Wallerand de Saint-Just, el tesorero del FN. Ninguno de los dos ha respondido a nuestras llamadas. Tampoco lo han hecho Marine Le Pen ni Alexandre Babokov.
Las comisiones del intermediario del FN, en el punto de mira de la Justicia
Jean-Luc Schaffhauser se muestra menos locuaz cuando se trata de hablar de las comisiones que percibió por su labor de intermediario. En 2014, después de que saltase a la luz la concesión del primer préstamo, el eurodiputado reconoció haber percibido “140.000 euros” del banco FCRB, una suma que había “omitido” de su declaración de intereses como parlamentario, que luego rectificó. Primer explicó que esta comisión la recibió “a través de una empresa de Luxemburgo, de conformidad con el Frente”, después reconoció a Mediapart haber percibido un pago por mediación de la consultora familiar, Cano SAS.
Según nuestras informaciones, la Justicia se ha interesado por los fondos percibidos por el diputado europeo y sus empresas. La Fiscalía Financiera abrió en febrero de 2016 una investigación preliminar tras recibir la denuncia de Tracfin, la división de lucha contra el blanqueo. Las investigaciones las dirige la Oficina Central de Lucha contra la Corrupción y las Infracciones Financieras y Fiscales (OCLCIFF).
Nuestra investigación sobre los pormenores del préstamo concedido en 2014 muestran un complicado entramado de pagos que pasan por Luxemburgo y las Islas Vírgenes británicas y en el que figuran Alexandre Babakov y personas de su entorno. En el centro de esa maraña, se sitúa la Academia Europea, una fundación dirigida por Schaffhauser que promueve el acercamiento con Rusia. Según nuestras investigaciones, la asociación recibió en 2014 y 2015, 150.000 euros de la empresa Spencerdale Ltd, radicada en las Islas Vírgenes británicas. El dinero pasó por una organización creada meses antes del primer pago, el 30 de septiembre de 2013: el West East Communication Group.
“Ellos [el West East Communication Group] invirtieron en la Academia Europea, sin duda”, reconoce Schaffhauser, sin precisar el montante de dicha inversión ni el nombre de los generosos benefactores. Detrás de estas empresas se encuentran los Giner, padre e hijo, Vadim y Yevgueni, dos testaferros de Alexandre Babakov. ¿Para qué sirve este dinero? El eurodiputado evita responder y se limita a explicar que esta “inversión” era “completamente legal” y “declarada a las autoridades tributarias”. El diputado terminó por cortar radicalmente el contacto, llegando a amenazarnos con emprender acciones judiciales e investigar sobre [nosotros] y [nuestro] periódico” (véase la caja negra).
La Academia Europa ha desempeñado un papel clave en la búsqueda de financiación del FN en 2014. El 29 de junio de ese año, Jean-Luc Schaffhauser reunió al consejo de administración de esta “fundación” en su casa, en Estrasburgo. En el orden del día figuraba la entrada de dos rusos en la Academia Europea, Mikhail Plisyuk y Alexander Vorobyev. Ambos son personajes influyentes, próximos al Ejército. Están al frente del Instituto de Estudios de Integración Internacional (dependiente de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva), estructura político-militar a la que pertenecen Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kirguistán y Kazajastán.
Pero ese día también estaba prevista la aprobación de la “concesión de un préstamo al frente Nacional, previa autorización del Consejo de Vigilancia”, según el acta de la reunión a la que Mediapart ha tenido acceso. El montante del préstamo asciende a 10,56 millones de euros (incluidos intereses y comisiones). El borrador del contrato del préstamo incluye una cláusula que prevé que las subvenciones públicas del FN, entre los años 2015 y 2019, se aportarán como garantía.
Según un testigo de esta reunión, el tesorero del FN, Wallerand de Saint-Just, presente, se entrevistó en privado, en la planta de arriba, con Jean-Luc Schaffhauser y los dos rusos.
Finalmente, el dinero parece que circuló por otras vías porque, tres meses después, el Frente Nacional consiguió el famoso préstamo ruso del FCRB, por un montante equivalente. ¿Por qué durante un tiempo se llegó a considerar la obtención de un préstamo de la Academia? ¿Este montaje estaba destinado a ocultar el origen de los fondos? Ni Marine Le Pen ni el tesorero del FN, ni Jean-Luc Schaffhauser han respondido a nuestras preguntas.
El lobby de los dos interlocutores rusos del FN
Hay otra pregunta que permanece sin respuesta: ¿hubo una contrapartida política a la financiación rusa del Frente Nacional? De hecho, el partido lepenista no ha ocultado su línea prorrusa desde el colapso del comunismo y el desmembramiento la URSS. Pero, tras la llegada de Marine Le Pen a la dirección del partido, en 2011, se ha puesto en marcha un verdadero proceso de lobby a favor del presidente Putin y de sus iniciativas, en las intervenciones en los medios de comunicación y en el Parlamento Europeo. Este proceso de lobby prorruso se intensificó en los meses anteriores y posteriores a la obtención de los préstamos rusos.
Una serie de e-mails a los que ha tenido acceso Mediapart demuestra que los dos interlocutores rusos de Schaffhauser – Alexander Vorobyev y Mikhail Plisyuk – están vinculados directamente con algunos viajes y argumentaciones del FN.
Baste como ejemplo lo sucedido el 2 de julio de 2014. Ese día, el ruso Alexander Vorobyev remite a Jean-Luc Schaffhauser un “ejemplo de declaración” sobre la situación en Ucrania, que el eurodiputado reenvía a Marine Le Pen a su cuenta personal. Tres horas después, Schaffhauser explica en otro correo, que “Marine está dispuesta a enviarle un comunicado a Reuter” que “hay que elaborar, que ella va a pulir y darme una copia”. (aquí se pueden consultar los correos)
¿Qué hizo la presidenta del FN? Su asesor internacional Ludovic de Danne, entonces su asistente parlamentario en Estrasburgo, ha declinado responder: “Soy el más (o uno de los) asesores más discretos de Le Pen, del movimiento y aliados en los ámbitos europeo e internacional”.
Por su parte, Jean-Luc Schaffhauser hace suyo palabra por palabra dicho comunicado en su primera intervención en sesión plenaria en el Parlamento Europeo, el 17 de julio de 2014. Solicita a la UE que proponga “inmediatamente un verdadero alto el fuego que no sea un alto el fuego que sirva de coartada para cometer una masacre mayor como hoy” y enviar “observadores de la OSCE y de las fuerzas de interposición como propone Rusia”. Una intervención que envió tres días antes a Marine Le Pen y a su asistente por mail para obtener el visto bueno. Pero también... a Mikhail Plisyuk. El 16 de julio, llegó a ofrecerle pruebas a su amigo ruso: “Es mi intervención, con mi propio texto [...]. El vídeo todavía no está en la web del Parlamento Europeo, pero lo estará”.
El 15 de julio, el diputado avanzó en Twitter el que sería su discurso, destacando el pasaje que recibió de su contacto ruso:
[Propongamos inmediatamente un verdadero alto el fuego, enviemos observadores de la OSCE y fuerzas de interposición]
El 22 de julio, el diputado europeo organiza, con el propio Mikhail Plisyuk, una mesa redonda sobre Ucrania. Para esta cena debate en el hotel Renaissance de Bruselas Schaffhauser invita a una veintena de personas, eurodiputados y miembros de su Academia Europea. El título de la velada da idea del tono de la misma: “Ucrania, información y desinformación pero auténtica guerra civil en Europa. ¿Qué pueden hacer los eurodiputados europeos?”.
El 11 de septiembre se firma el préstamo ruso de 9 millones. El 30 de octubre, el eurodiputado viaja al Dombás, en Ucrania, para apoyar a los separatistas prorrusos. El viaje lo prepara Mikhail Plisyuk, una vez más. Jean-Luc Schaffhauser no va solo. Una persona muy cercana a Marine Le Pen le acompaña en el mayor de los secretismos: su director de gabinete, Nicolas Lesage, como desvelamos en nuestro libro Marie est au courant de tout... [Marine lo sabe todo...] Equipos de Nations Presse info y de TV-Libertés, dos páginas webs de ultraderecha, también los acompañan. ¿Objetivo? Ofrecer legitimidad a las elecciones organizadas en ese pequeño país Estado autoproclamado por los separatistas, con apoyo del Kremlin, pero exponiéndose a la desaprobación de Kiev, de Estados Unidos y de la UE.
En el terreno, la pareja graba vídeos propagandísticos con Rusia y mediatiza los discursos de Schaffhauser. Nicolas Lesage dirige el plan de medios. En un e-mail dirigido a Schaffhauser el 16 de octubre de 2014, antes de emprender el viaje, el jefe de gabinete se compromete a que Nations Presse info entregue un montaje “profesional y atractivo, conforme a las exigencias”. Una comunicación que propone combinar con “una intervención en dúplex/directo para Radio Courtoisie” el 2 de noviembre. Todo organizado con autorización Louis Aliot, como demuestra otro correo al que Mediapart ha tenido acceso en el que Lesage explica que ha visto a “Louis” la víspera, “como estaba previsto”. Jean-Luc Schaffhauser nos confirmó que la presidenta del FN “estaba al corriente” de su llegada.
El eurodiputado, exasesor que ha pasado por Auchan, Dassault y Total, trabaja para Marine Le Pen desde 2012, quien vio en la agenda que se había hecho en los países de la URSS un auténtico filón. La presidenta del FN le ofreció a este excentrista, cercano al Opus Dei, un puesto de salida en las listas del partido en las municipales y europeas en 2014. Ese mismo año, le llevó en bandeja el préstamo del FCRB de 9 millones de euros, antes de continuar con la búsqueda de financiación en 2016, con la mirada en las presidenciales. En septiembre de 2016, tres meses después de que Marine Le Pen diese su visto bueno al préstamo de 3 millones de euros, el eurodiputado anunciada en su declaración de intereses como parlamentario, que retomaba su actividad como consultor con la previsión de tener ingresos “a partir de 2017”. En noviembre pasó a formar parte del equipo de campaña de la candidata del FN.
Durante la campaña, Vladimir Putin envió una importante señal al recibir oficialmente a Marine Le Pen en el Kremlin el 24 de marzo. El presidente ruso precisó que no quería “influir los acontecimientos en curso”, pero dijo que (se) “reservaba el derecho a ponerse en contacto con los representantes de todas las fuerzas políticas del país. En el FN varios responsables del partido aseguran que no era el primer encuentro que mantenían.
No han respondido a nuestras llamadas: Marine Le Pen, su jefe de gabinete Nicolas Lesage, su asesor internacional Ludovic de Danne, el tesorero del FN Wallerand de Saint-Just, Alexander Babakov, Alexander Vorobyev, Mikhail Plisyuk, Alexandre Garèse, Vadim ni Yevgueni Giner. “Las informaciones que manejan son sesgadas o erróneas”, se ha limitado a responder el tesorero del FN. Después de contactar con Dmitri Roubinov este colgó inmediatamente y no volvió a responder a nuestras llamadas.
Jean-Luc Schaffhauser, con el que contactamos en varias ocasiones, después del envío de nuestro cuestionario a Marine Le Pen, nos amenazó: “Vivís de calumniar y de mentir, la Justicia existe y seréis juzgados. Dais vergüenza; por lo menos, rectificad las mentiras si todavía os queda algo de dignidad [...] Mentiras, calumnias e investigaciones que salen de los despachos y no de los periodistas... Lo vamos a demostrar... Mentiras reiteradas hasta convertirlas en verdades.. Os llevaré a los tribunales”, avisó. “Te investigaré, lo mismo que a vuestro periódico”, llegó a escribirle a uno de los autores de esta investigación.
El abogado Didier Bollecker apeló al “Código Penal [y] al Código Deontológico de los abogados” para justificar su imposibilidad de ofrecer respuestas. “Lo siento aún más porque, en lo fundamental, las informaciones son erróneas [...] Simplemente deben saber que mi ejercicio profesional, con independencia de quien sea mi cliente, consiste solo en garantizar la legalidad de los actos”, añadió. Vilis Dambins, contactado por nuestros colegas de Re:Baltica, explicó que tampoco concedía entrevistas: “La ética profesional no me autoriza a hacer comentarios sobre los acuerdos o personas con los que trabajo o he trabajado”. Pero sostiene que no ejerció de “intermediario en los acuerdos” en cuestión. “Babakov o cualquier empresa de la que es beneficiario no son mis clientes”, añadió. “Soy asesor financiero con una importante cartera de clientes en todo el mundo”.
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Traducción: Mariola Moreno
Leer el texto en francés:
Marine Le Pen y personas de su entorno lo han proclamado a los cuatro vientos: los bancos franceses no quisieron concederle ningún préstamo al Frente Nacional y tuvieron que ir a buscar el dinero a otra parte. En concreto, a Rusia, donde se recurrió a bancos supuestamente neutrales y ajenos a la influencia del Kremlin.