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Un informe denuncia que grandes marcas deportivas patrocinan la Eurocopa a costa de rebajar los salarios en sus fábricas asiáticas

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Cuando los fans de las selecciones de Francia, de Inglaterra o de Italia se enfunden sus camisetas nuevas flamantes para seguir las hazañas de sus respectivos equipos, mientras dure la Eurocopa de fútbol que dio comienzo este viernes 10 de junio, no pensarán en ello. Por descontado. Sin embargo, deberían tener en la cabeza una cifra: la camiseta por la que han pagado unos 85 euros sólo ha costado 5,85 euros producirla. Y las personas que la han confeccionado habrán recibido 65 céntimos de media por el trabajo. En cuanto a las Air Jordan que quizás calcen, Nike habrá pagado una media de 2,4 euros a la persona que las ha cosido, mientras que esas zapatillas de lujo se venden por unos 140 euros.

En estadios y fan zones, estos datos no serán prioritarios. Que se hable de ellos es mérito del informe publicado por el colectivo Éthique sur l'étiquette (Ética en la etiqueta). La asociación, creada en 1995, tiene como misión informar a los consumidores de la “calidad social” de sus compras. Y coincidiendo con la celebración de la Eurocopa, ha decidido recordar algunas verdades sobre el negocio de algunos de los principales patrocinadores del evento futbolístico, Nike, Adidas y Puma, que esponsorizan la competición y también a las selecciones nacionales participantes. El informe, elaborado por el gabinete de estudios Basic, recoge que el margen de Nike puede, en algunos casos, ser del 50% del precio de venta de unas zapatillas de gama alta. Por contra, los trabajadores subcontratados –y los de las marcas de la competencia–, apenas perciben el 2% de dicho precio. Si comparamos los datos con las cifras de 1995, se deduce que el salario no ha subido, mientras el precio de las zapatillas se ha duplicado, de media. La parte que representa el importe de la mano de obra en el precio de las zapatillas y en las camisetas de marca ha caído a la mitad en 20 años.

Sin embargo, tal y como recuerda Guillaume Duval, presidente de Éthique sur l'étiquette y redactor jefe de la revista Alternatives économiques, Nike, Adidas y Puma “han aprobado códigos de conducta, realizado auditorias sociales regulares a sus subcontratas, facilitado más informaciones sobre su cadena de suministro. [...] Pero hay que decir que están todavía muy lejos de hacer lo que podrían –y deberían– llevar a cabo en este sentido”, escribe el periodista en la introducción del informe. “En contradicción con su discurso de marcas responsables, otorgan más peso que nunca a la lógica financiera y dan preferencia al marketing [...]. Mantienen una presión igual de fuerte sobre sus precios de compra”.

En el informe se recuerda que, tras los múltiples escándalos relativos a las condiciones en que se trabaja en las subcontratas de las grandes marcas, los tres fabricantes se presentan desde los años 2000 como buenos alumnos en lo que a las condiciones de trabajo de los empleados de la confección respecta y “han hecho de ello la prioridad de su política de responsabilidad social corporativa”. Pero esto no les impide perseguir por todos los medios un abaratamiento de los costes, incluida la remuneración de su mano de obra, en función de los beneficios que quieren sacar de sus productos.

“Para cada modelo, los fabricantes fijan el precio final al consumidor y después el margen que quieren obtener para conseguir un coste de producción máximo de su producto”, se precisa en el informe. “Después le indican a su proveedor las materias primas utilizadas, el origen, precio, así como el número exacto de minutos dedicados a la confección y lo que se destina a pagar a la mano de obra”. Los obreros no son más que una variable de ajuste en la larga cadena de concepción del producto, donde el marketing se lleva la mayor tajadamarketing.

Los fabricantes se marchan de China

Pero lo fundamental que se desprende del informe, muy bien documentado, tiene que ver con las estrategias de suministro de los fabricantes: Nike, Adidas y Puma están saliendo China, cuyos salarios no han dejado de subir, para fabricar cada vez más en Vietnam e Indonesia, con la vista puesta en Birmania, India o Pakistán, “países cuyos niveles salariales permiten reducir considerablemente los costes de mano de obra”. Con ello, “se exponen a desviarse de las normas sociales (impago de las horas extras, incumplimiento de las vacaciones pagadas, discriminación y represión sindical...).

El estudio detallado de los informes anuales de Nike y de Adidas pone de manifiesto que la producción en China ha caído entre el 20 y el 38% desde 2008. Simultáneamente, la producción en Indonesia ha aumentado un 20%. El crecimiento es todavía mayor en Vietnam, del 45% de más en el caso de Nike y del 26% en el caso de Adidas.

“Estas reorientación viene motivada fundamentalmente por el deseo de los fabricantes de frenar el aumento de los salarios en ChinaChina, con una mano de obra a precios próximos a los que se pagan en los países mediterráneos y en Europa del Este, aunque superiores a los de Indonesia y Vietnam”, recoge el informe, que se basa en testimonios de responsables de los fabricantes y en documentos internos.

Este alejamiento progresivo de China choca con los compromisos de los tres fabricantes en materia de responsabilidad social corporativa y sobre todo con el de “asegurar a largo plazo el pago de salarios decentes” a todos los proveedores. Efectivamente, China es el único país de Asia donde los salarios en las fábricas textiles garantizan al trabajador un “salario vital”, concepto referido al importe que permite cubrir las necesidades esenciales de una familia (dos adultos y dos niños): alimentación equilibrada, según las normas de la OMS, alojamiento decente, educación, salud, vestido, ropa... Ahora bien, Nike, Adidas y Puma “se están dirigiendo a países donde los salarios están aún lejos de permitir a los trabajadores cubrir sus necesidades esenciales y las de sus familias”: son un 33% inferior al “salario vital” en Vietnam, a un 45% en Camboya y a un 50% en Indonesia e India.

Sin embargo, según el último cálculo efectuado por Basic, los vendedores de material deportivo podrían permitirse pagar salarios decentes. Para cada productor, pagar el “salario vital” representa sólo unas “decenas de céntimos en el precio final”. Pero las grandes marcas han preferido aumentar la partida dedicada a los patrocinios, según el informe, “sólo con lo que se ha incrementado el patrocinio en los 10 principales clubes de fútbol europeos se habría podido, desde 2013, pagar un salario vital a más de 165.000 trabajadores en Vietnam y a 110.000 trabajadores en Indonesia”.

Que Nike, Adidas y Pumas paguen un salario decente a los empleados de sus fabricantes, les cuesta menos que lo que invierten en marketing y en patrocino. En concreto, alrededor del 16% de dichas partidas en el caso de Nike; el 8% en el de Adidas y el 4%, en el de Puma. Calderilla.

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Traducción: Mariola Moreno

Leer el texto en francés:

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