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Mélenchon, más cerca de pasar a la segunda vuelta de las presidenciales

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La ciudad de Dijon [este de Francia] acogió el martes el último gran mitin previsto antes de la celebración, el próximo domingo 23, de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. O, más bien, habría que decir los últimos mítines. Jean-Luc Mélenchon, candidato de la plataforma de izquierdas Francia Insumisa, decidió estar físicamente el martes en Dijon y, mediante hologramas, en las localidades de Nantes, Montpellier, Clermont-Ferrand, Nancy, Grenoble y Le Port (isla de La Reunión). El coste estimado del despliegue costó entre 800.000 euros y un millón de euros. A cinco días de la cita con las urnas, su equipo sonríe; una sonrisa, que la sombra que el terrorismo terrorismoproyecta en este fin de campaña, apenas logra eclipsar. La dinámica de las últimas elecciones, que ha izado al candidato Mélenchon entre los aspirantes a pasar a la segunda vuelta, no parece haber decaído.

En Dijon, ocho mil personas llenaban la sala del recinto de exposiciones y los organizadores anunciaron que el resto de salas también están llenas. De modo que el número de personas que se habían dado cita ante el candidato, en persona o en forma de holograma, ascendió a 35.000. Además, en YouTube y en Facebook, cuando el candidato todavía no había hecho acto de presencia, casi 40.000 personas seguían la retransmisión.

Nada más dar comienzo el mitin, Jean-Luc Mélenchon quiso transmitir “su solidaridad” a sus “rivales”, en el punto de mira de “criminales insensatos”. “Nunca les daremos la satisfacción a los criminales de mostrarnos divididos, no nos impresionan”, desafió el candidato. Sin embargo, en modo alguno, al contrario, quiso dejar a un lado el debate (posteriormente, el Fiscal Antiterrorista informaría en rueda de prensa de que no hay evidencias que permitan concluir que un candidato determinado está en el punto de mira). “Multipliquemos entre nosotros las polémicas respetuosas, para demostrar que nada acabará con nuestra democracia”, añadió Mélenchon.

Y en torno a la democracia giró el mitin ahora que, según el candidato, “es posible que [él] pase a la segunda vuelta”. El candidato de Francia Insumisa –a quien la derecha y la prensa de derechas acusa de querer convertir a Francia en la Venezuela de Hugo Chávez, y a quien Hollande encuentra aires de dictador– pronunció durante hora y media un discurso tranquilizador. En primer lugar, agradeció el artículo que firman 130 economistas en el diario Libération, “130 potenciales ministros de Finanzas”. A continuación, defendió su programa echando mano de los análisis del FMI, del diario Le Monde –calificado de “gran periódico de centroderecha”– u de otros especialistas otros especialistas. Por último retomando el hilo de su programa desde el comienzo.

Para Jean-Luc Mélenchon, la madre de todas las batallas es la ecología. La amenaza del cambio climático, “que ha empezado”, y de la sexta gran extinción de las especies han evidenciado que “sólo hay un ecosistema compatible con la vida humana” y que este se encuentra “en peligro”. De esa constatación deriva, en palabras del candidato de Francia Insumisa, el resto de su programa, empezando por “el interés general humano, que corresponde al objetivo de armonía con la naturaleza”. Este interés general humano, en su opinión, hace insostenible que “el 1% de la población mundial, los más ricos, posean lo mismo que el 99% restante”. “Es escandaloso”, dijo en Dijon, generando gran revuelo entre los presentes.

A este “sistema intrínsecamente perverso y malo”, Jean-Luc Mélenchon enfrenta “otros valores: el altruismo y la cooperación entre los seres humanos y los pueblos en lugar de la competición y la guerra”. Sus rivales directos, Marine Le Pen, por el FN; François Fillon, candidato de Los Republicanos y Emmanuel Macron, de En Marcha, también fueron objeto de críticas. En primer lugar porque, como destacó Jean-Luc Mélenchon, ninguno de ellos “habla nunca de ecología”. “Es como si no supiesen en qué mundo viven. Sólo hablan de dinero”. Y, especialmente, porque sus propuestas van en contra de todo lo que él lleva defendiendo en estos 14 meses de campaña. Emmanuel Macron, en especial, fue vilipendiado por sus palabras sobre Uber y los camellos: El candidato de En Marcha sugirió que, para los que viven en barrios populares, es mejor trabajar para Uber que convertirse en camello. “Al señor Macron le digo que tendría que sopesar bien lo que dice, pensando en la gente que le escucha”, le reprochó el candidato de la Francia Insumisa. “Discriminaciones por razón de raza, hay muchas”, añadió después Mélenchon. “La República es una e indivisible”. Todavía refiriéndose a los barrios populares añadió: “La educación es una inversión, no un gasto”.

El candidato Mélenchon también dijo a propósito de Emmanuel Macron: “Este hombre que os dice: ‘Quisiera que Francia sea como una start up’start up. ¿Y qué más? No, Francia no es una start up, no es una empresa, es un pueblo”. “Soy el candidato de la igualdad y de la justicia social”, añadió en respuesta a una tribuna publicada en Le Monde el pasado 10 de abril. Para ello, Jean-Luc Mélenchon esbozó cómo cuenta llevar a cabo la creación de una asamblea constituyente y como desempeñará el ejercicio del poder.

La mayoría será una mayoría insumisa, que se ha comprometido a respetar el programa. No tengo intención de organizar a mis propios contestarios”, explicó el candidato. “Los parlamentarios deben poner en marcha comisiones de investigación como, por ejemplo, sobre la venta de autopistas a precios irrisorios”, prosiguió.

Del Gobierno, Jean-Luc Mélenchon dijo que necesitará contar con pocos ministros para disponer, por el contrario, de “altos comisarios”, responsables de misiones bien precisas. “No estamos con no sé qué informe de un congreso, se trata de cambiar el país”, argumentó. “La democracia que reclamo no supone un problema para nosotros, al contrario, supone una ventaja. Francesas, franceses, estaríais llamados a las urnas cada vez que surja un problema importante”, añadió.

“Tenéis razón para estar contentos”, añadió el candidato. “Dicen que tenemos posibilidades de pasar a la segunda vuelta [...]. Las cosas se han hecho bien”, añadió acto seguido, antes de invitar a los presentes a corear: “Estamos ahí, somos Francia Insumisa”.

Se trataba del último mitin antes de la celebración de la primera vuelta electoral del domingo. Para este jueves, France 2 ya ha anunciado la participación de Jean-Luc Mélenchon en un programa al que acudirán todos los candidatos –intervendrán uno a continuación del otro, no habrá debate como tal–, aunque el equipo de Francia Insumisa, en el momento de escribir estas líneas, no había confirmado todavía la asistencia de su candidato. Para el viernes, los distintos grupos de apoyo tienen previsto ofrecer aperitivos a lo largo y ancho de Francia y que durarán “hasta la medianoche”, cuando se pondrá, oficialmente, punto final a la campaña: “Convencer, convencer, convencer”. En Dijon, a modo de último mensaje, Mélenchon anunciaba que el líder de Podemos es posible que le acompañase. Era el último mensaje europeo de un hombre al que acusan de querer romper Europa.

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Traducción: Mariola Moreno

Leer el texto en francés:

La ciudad de Dijon [este de Francia] acogió el martes el último gran mitin previsto antes de la celebración, el próximo domingo 23, de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. O, más bien, habría que decir los últimos mítines. Jean-Luc Mélenchon, candidato de la plataforma de izquierdas Francia Insumisa, decidió estar físicamente el martes en Dijon y, mediante hologramas, en las localidades de Nantes, Montpellier, Clermont-Ferrand, Nancy, Grenoble y Le Port (isla de La Reunión). El coste estimado del despliegue costó entre 800.000 euros y un millón de euros. A cinco días de la cita con las urnas, su equipo sonríe; una sonrisa, que la sombra que el terrorismo terrorismoproyecta en este fin de campaña, apenas logra eclipsar. La dinámica de las últimas elecciones, que ha izado al candidato Mélenchon entre los aspirantes a pasar a la segunda vuelta, no parece haber decaído.

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